Paco Giménez y La Cochera, Bodas de Rubí

10.04.2024

Cómo no acabar de una vez por todas con el teatro


Gabriel Abalos

Paco Giménez (ph Susana Pérez)
Paco Giménez (ph Susana Pérez)


Sangre serrana, 40 años en un galpón teatral

Teatro La Cochera está cumpliendo 40 años como un corazón querido entre los queridos corazones que sostuvieron la tradición del teatro independiente de Córdoba, transmitiéndola desde el fondo del renacer, tras la dictadura. Un teatro que siempre fue un bullir de jóvenes inquietos, imantados en torno a Paco Giménez. Y si en ese trascurrir de cuarenta años en la Cochera crecieron los jóvenes en oleadas de grupos que se formaron allí, que luego a su vez formaron a otros, hasta irse renovando una tradición particular, una identidad propia, que tomó la forma de cientos de puestas de toda clase; si como en una usina, camadas de jóvenes se entrenaron y se estrenaron durante cuatro décadas, ¿qué es decir Teatro La Cochera cumple cuarenta años? Significa decir que eso que se lanzó a funcionar en 1984 y hasta mediados de 1985, fue un mundo teatral vivo, y que la figura de los maestros y maestras que acompañaron su nacimiento tiene un peso determinante en esa vida teatral que adentro se reprodujo. Esos maestros y maestras habían sido jóvenes inquietos en un tiempo épico que la dictadura tronchó, para eso están los dictadores. Eran tiempos, os digo niños y niñas, en que los dictadores no llevaban disfraz democrático, sino que se presentaban armados y con el tortuoso odio brillando en sus ojos asesinos. Hoy advienen en el hábito de monstruos civilizados. Lo cierto es que aquellos, tronchar, troncharon. Decidieron arrancar el despertar de una generación que se había puesto al hombro reescribir la belleza y la libertad de los gestos. Una ceremonia más abierta, más democrática, más humana, en suma. 

Esos jóvenes de entonces, los que pudieron exiliarse, habían comenzado a volver en el reverdecer de la recuperación democrática en los años ochenta, y a asumir el papel de maestros. Es un proceso que ocurrió en muchas partes, en todas partes del país a donde esos maestros pudieron regresar. Y entre tantos (a algunes se nombra en este diálogo con Paco) que se reconectaron con Córdoba y con el teatro en Córdoba, el foco cae en esta ocasión sobre el teatrista Francisco Daniel Giménez, cruzdelejeño de los años cincuenta, que había pasado su exilio en México, exactamente los siete años de la dictadura. Antes de abandonar Córdoba, en 1976, había estudiado teatro en la universidad y tuvo una intensa carrera actoral. Allí tuvo, también, maestros como Mery Blunno, Lisandro Selva o Roberto Villanueva. Paco fue actor en el Teatro Estable de la Universidad de Córdoba (TEUC) y también participó como actor y como director en los cuerpos artísticos oficiales de la Provincia. En 1974 tomó las riendas creativas del grupo de épico nombre: La Chispa. Allí exploró con libertad y profundizó sus cualidades de puestista, y dirigió y/o actuó en el estreno de varios trabajos: Feliz Brasil Para Todos (1974), sobre textos de Augusto Boal; la creación colectiva El Perchero (1975), El Petirilío (1975) de Laura Devetach; Vecinos y Amigos (1976) de Alberto Adellach. Entonces, en 1976, como si todo -solo en este relato- volviese a ocurrir: el exilio.

Memorias del año uno

A la hora de retornar a Córdoba, siete años después, parece evidente que Paco había puesto un término a su estadía en México y que volvía sin un proyecto. Ni siquiera algo que respondiese a su pregunta de cómo iba a vivir, qué iba a hacer una vez en Córdoba. Según él, su ascendencia indígena de las Sierras Grandes lo hizo indolente en relación al hacer. "Por mí no hubiera hecho nada" dice el Paco. Para él, volverse era en sí mismo un gran hacer. Sin embargo, hoy, no hay duda de que decir que La Cochera cumple cuarenta años es volver los ojos a este personaje nativo que constituye el emblema más indiscutido de esa historia y de ese sello teatral en el firmamento urbano de barrio Güemes. Como tal, toma la palabra Paco Giménez.

"En noviembre de 1983, Toto López, actor de Córdoba, manager de Casa Grote, esperó mi llegada después de siete años de permanecer en México, exactamente los años de la dictadura, y reunió unos cuantos actores y actrices alrededor mío para que yo los entrene en un garage amplio de acá, de La Cañada y la Julio A. Roca. Ahí podía decirse que se puso la piedra fundacional de lo que sería, un par de años después, el Teatro La Cochera. En ese instante, en esa época, estos encuentros se llamaban el Taller de Paco, nombre puesto por los propios concurrentes. En 1984 nos mudamos a la calle 9 de Julio, a Barrio Alberdi, a alquilar un salón con Mónica Carbone y Graciela Albarenque, actuales dueñas del Teatro La Luna, y ahí tuve muchísima gente, muchísima, pero muchísima gente, y muchos días, de manera tal que, no sabiendo de qué iba a trabajar cuando regresara de México, me encontré con que me pedían estar conmigo y trabajar, o sea que me fue muy fácil retomar mi actividad. Actividad que yo había comenzado allá por el 71 actuando en el Teatro Estable de la Universidad y luego a partir del 74 con el grupo La Chispa. Bueno, del año 84 se cumplirían los 40 años, ahora. Los 40 años desde ese año hasta mediados del 85, en el que se produce el primer estreno de La Cochera a cargo de los actuales Delincuentes. En aquel momento el espectáculo se llamó Delincuentes Comunes y el nombre de Delincuentes es el que se les quedó."



Yo no quise tener un teatro

"Una de las cosas es decir que La Cochera nunca fue un proyecto. Yo regresé de México como respuesta a un llamado, esto entre comillas, porque me di cuenta que estaba en México sin razón ya en el 82, 83. Así que me regresé sin saber ni planificar nada. Yo no quise tener un teatro. Llegué acá y ahí sucedió que un grupo de actores, sabiendo que yo venía, querían entrevistarse conmigo, hacer entrenamiento. Bueno, como si fuera un momento en que estaba haciendo falta otra cosa. Otra cosa por lo menos en el teatro. En lo que respecta al país, obviamente que estaba pasando otra cosa, porque había regresado la democracia a la Argentina. Mi trabajo con los actores fue muy intenso porque era diario, en un garage. Al año iba a sobrevenir el primer festival latinoamericano. Yo les decía a los actores: lo hagamos, lo hagamos. Miren, van a decir que nosotros hemos copiado algo de lo que viene… No sé por qué decía todas esas cosas. Bueno, en realidad sí, así fue porque vino una onda a través de los latinoamericanos de cosas que hace mucho que no se veían en Argentina, en Córdoba. Y lo mío, aunque muy modesto, pero se adentraba en esa combinación que hoy en día está en su plenitud y pronto quizá en su decadencia, de cruzar lo expresivo con el oficio de los actores, el oficio teatral, el métier teatral. Es decir, los que hacen, los teatristas que hacen, crean espectáculos y se expresan sobre el mundo, sobre la vida, sobre los tiempos, sobre la identidad. Aparte de crear nuevos códigos para su histrionismo, nuevos recursos, ¿no es cierto? Porque los contenidos de pronto cambiaron, cambiaron los puntos de vista."

El toque Paco

"Cuando digo lo de que no tenía proyecto, porque yo vine, yo volví, yo sé que volví, que era lo que deseaba y necesité compulsivamente, pero nunca pensé, ni imaginé, ni planifiqué a qué volvía. Así que me siguió ocurriendo lo que ocurrió desde principios de los años setenta, que gente que veía en mí no sé qué, me requería, quería hacer cosas conmigo, quería que yo coordinara sus trabajos, como el Grupo La Chispa, que le diera el toque, el toque Paco, que no era otra cosa que la ignorancia sobre la cultura teatral, sobre la historia, del teatro, de las teorías. Y obviamente creo que estaba en juego también mi talento, veían algo que yo no veía, que para mí era muy simple, era muy natural, mucho juego, gracioso, con muchos niveles de lectura, mezclando con música, con jazz, haciendo toda una combinación de lo que era mi mundo musical referido al teatro. Así que, bueno, funcioné primero como coordinador porque el Grupo La Chispa, ellos decidían el contenido que iban a manejar en el próximo espectáculo y a mí me tocaba darle una estilística, una onda, sugerir, cerrar, dar vuelta, potenciar desde lo que a mí irresponsablemente me gustaba."

Ya no soy aquel que se lanzaba

"Así como La Cochera se creó por pulsión de lo que estábamos haciendo con Galia Kohan, Giovanni Quiroga, Beatriz Gutiérrez, Bati Diebel y Estrella Rohrstock. Bati me dijo un día, Paco, hagamos algo. Bueno, dije yo, porque siempre tuve esa actitud de no negarme. Entonces empezamos a hacer pavadas, a improvisar, a expresarnos, hasta que surgió el material para un espectáculo y decidimos darlo en el propio lugar donde había sido creado, cosa que a mí me interesa mucho. Así sea una pocilga el lugar donde lo hemos creado. Había que ponerle un nombre al espectáculo y yo sugerí Delincuentes Comunes. Y había que ponerle un nombre al teatro que se inauguraba. Y las actuales dueñas de Teatro La Luna, las dueñas de La Luna, Mónica Carbone y Graciela Albarenque, dijeron Teatro de la Cochera. ¿Por qué? Porque estaba al lado de una cochera. ¿Cómo se llamaba la verdulería de Toto López y su mujer? La Papa. Así, no había ninguna sofisticación. Ese, así, que se lanzaba, ya no lo soy. Tengo muchos años como para no hacerlo, a pesar de que yo sigo el lema de Müller, Heiner Müller, que dice 'solo me interesa el teatro si no sé cómo hacerlo'. De verdad que demoro mucho en saber cómo se puede hacer. Son todos escarceos, tiros al aire con respecto al contenido, a los conflictos que se presentan en los ensayos, en las obras de teatro que vamos a versionar. O en el espectáculo que estamos creando desde un determinado germen que nos interesó. O sea que lanzado soy, pero ya el trayecto no lo vivo de esta manera tan suelta, de esa manera con que lo vivía por los ochenta, en los comienzos más románticos de La Cochera."

Gentileza La Cochera
Gentileza La Cochera


Cuando pase la incertidumbre

"Últimamente, yo ya no soy ese temerario, mi teatro es más pensado, estoy avivado de muchas cosas, en realidad, como yo digo, el teatro, el teatro-teatro, a mí no me interesa, a mí me interesa y me importa el teatro que yo hago con actores dispuestos, actrices dispuestas, juntos creando algo que tenga que ver con el tiempo que vivimos y a la vez aprendemos sobre los griegos o aprendemos sobre Roberto Arlt, aprendemos sobre la argentinidad o aprendemos sobre poetas, entonces, así es, bueno, nos llenamos no solamente de contenido sino de enseñanza.

"Ha sido imposible en estos 40 años zafar de una modalidad de hacer teatro, de crear un lenguaje escénico particular, un estilo que no se puede formular, sino que después de una gran incertidumbre empieza a aparecer. Me refiero a que siempre que estamos en proceso caemos en la informalidad, caemos en la incertidumbre, en el despilfarro del tiempo, hasta que en determinado momento asoma lo que largamente hemos estado esperando, que es llegar a ese estilo que nos caracteriza y que no podemos formular de entrada, que no lo podemos hacer así matemáticamente, técnicamente, sino que hay que esperar hasta que aparezca. Pasaron muchos años, ya no somos los mismos ni los actores del siglo pasado, los que empezaron por los 80, ni los que empezaron por los 2000, pero aún hay algo intenso que nos convoca, que nos reúne y que no es precisamente la actitud profesional, sino el gran deseo de diversión, porque en la cochera hay gente tan diversa ideológicamente, estéticamente, socialmente, que hemos convertido en gozo ese juego de comunidad, que yo lo promoví porque, bueno, yo soy así, yo no hago diferencias.

"Y bueno, seguimos haciendo unos intentos que, obviamente, que estamos más cerca de dejar que de seguir, ¿no? Dejar la actividad o seguir, independientemente de que yo me mande a guardar y el resto de los actores hagan su vida, tomen la posta, qué sé yo, qué puede llegar a pasar. Aunque ese lazo es tan fuerte que no sé si habría vida después, después del abandono."

La tracción de los otros

"En realidad, así como yo dije que no fue mi proyecto tener un teatro, tener muchos actores, hacer muchas obras, digamos, todo esto se ha dado verdaderamente por el requerimiento de gente que me pedía, que venía, se llegaba, y yo no he podido nunca resistirme al deseo de la gente. Después, mi deseo surge cuando encuentro un motivo de interés, ya sea por la conformación de ese grupo, por las personas, por lo que expresan, por lo que significan, por cómo son. Entonces, ahí me surge recién el deseo, propongo un material, todo eso ya bajo la línea del interés. Y, como dice el dicho, lo que importa es lo que interesa, lo demás da igual. Entonces, ahí llega un momento en que yo me intereso por algo. Así como no me resulta fácil interesarme por una dirección, por encargo de gente que quiere y que me llama para hacer una obra que yo ni elegí, que ni conozco a la gente. Esa forma de trabajo profesional yo no la he buscado, no la conozco, no la experimenté y no la busqué jamás. Y eso que lo podría haber hecho porque hasta actores y actrices de Buenos Aires muy importantes me convocaron y no me resultó, el interés no apareció porque lo importante, digamos, es otra cosa para mí. Bueno, que las cosas así, ambiciosas, las cosas profesionales, porque me trae responsabilidades que yo no estoy dispuesto a tener. En cambio, me gusta la diversión de la gente conocida que yo empecé a conocer. Entonces, ahí siento una inquietud, un compromiso y un deseo de sacarlos adelante, de proporcionarles algo que los motive, que les haga imaginar. Bueno, más o menos así me la he pasado los 40 años. Empecé con el pedido de un grupo de, al principio de los 80 en México, de gente mexicana, de gente argentina, de músicos, de actores, que me dijeron, Paco, ¿no podemos entrenar con vos? Y bueno, esa es mi muletilla ancestral. Y bueno, entonces no podía decir que no a lo que me pedían. Entonces, si no me lo hubieran pedido, no hubiera hecho nada. No sé de qué hubiera vivido, pero no hubiera hecho nada. Tal es así. Por eso digo que los demás son mi tracción, porque el deseo de los demás mueve el mío. Pero yo no lo tengo de antemano. Yo no estoy deseando hacer teatro. No estoy deseando hacer algún... Sí, puedo estar interesado porque leí un artículo en el diario, en el periódico El País, creo que se llama, el de España, sobre la Cabezón Cámara. Entonces dije, qué interesante esto. Me llamó la atención. Entonces quedó guardado en mi memoria. Y cuando empecé a conocer al grupo que ahora va a trabajar sobre esa idea, vino en mi ayuda para ofrecerles un motivo de trabajo. Eso me encanta. Ofrecer un motivo de trabajo a gente que quiere y una vez que yo los conozco. Si fuera cualquiera, no. No, porque no tendría... ¿Qué sé yo? Falta romance. Faltaría romance. Si no hay romance primero yo no puedo hacer nada. Bueno, vamos a ver si conforma."

El año de los cuarenta años

La celebración del 40° aniversario de La Cochera se desarrollará en base al teatro mismo. Se harán estrenos y se reestrenarán obras. Sera una celebración tan difusa como fue el propio comienzo del "taller del Paco", sus clases durante los meses de 1984, que marca el inicio de la parte formativa del proyecto. La transmisión de saberes del maestro a los alumnos. A eso se le sumará, con los Delincuentes, el comienzo de la producción teatral a partir de una toma del timón de Paco referida al trabajo escénico. De la misma forma en que eso dio nacimiento a un proyecto de educación y de producción teatral, ya con generaciones de teatristas formados y expuestos al público en tanto "La Cochera", la celebración serán estaciones teatrales, algunas recién salidas del horno y otras que se vuelven a amasar en público. Seguramente habrá en el medio una fiesta de La Cochera, porque eso no puede faltar y se anunciará cuando estén organizados los fastos en sus estaciones. La parte ya establecida sobre los Cuarenta es la que a continuación comenta Paco, con una reflexión final sobre lo que se vislumbra.

"Este año en La Cochera se van a reponer dos obras que han tenido mucha convocatoria, Mientras los filósofos duermen, una farsa sobre el capitalismo, versión de La Cueva Caliente, y Basta, Federico un espectáculo surreal y psicoanalítico sobre Federico García Lorca y sus personajes femeninos. A partir de mayo se agregarían dos estrenos, uno que se llama Malapraxis a cargo del vigente grupo Los Delincuentes, un delito escénico más dentro del Vademecum de Los Delincuentes. Y ¿Qué pasó en Roma? Un espectáculo sobre la concubina de San Agustín, el padre de la iglesia, cuya voz está novelada por Justin Gardner, y nosotros lo hemos tomado como inspiración para este espectáculo, que obviamente sigue poniendo en crisis la relación, aunque arcaica, entre el hombre y la mujer, entre el amor carnal, el amor entre el machismo y el feminismo. Bueno, aparte, un nuevo espectáculo de canto de Rubén Cirigliano y de Giménez, otra versión, nada que ver con No Soy un Robot, este quizás se llame Enganchado como Can-Can, una manera humorística de titular un material del que no puedo zafar, que es el del amor romántico. Bueno, eso son las producciones por ahora. En cierne y en preparación está un espectáculo conmemorativo de actores y actrices de La Cochera para el próximo aniversario que se acerca, y una versión desde la salud mental sobre Martín Fierro, La Ida y La Vuelta. Esto es lo que se está preparando. Bueno, en realidad hay otra cosa más, que combina actores y actrices de Coriolano, de Basta Federico, de La Cochera, un compendio de intérpretes alrededor de una propuesta que es la de realizar un trailer sobre la obra de Manuel Puig. Un tráiler escénico, por supuesto.

"Bueno, ¿qué otra cosa puedo decir? Por supuesto La Cochera continúa apoyada absolutamente por la gestión de Marcelo Castillo, La Cochera continúa impregnada de las enseñanzas sobre el cuerpo, sobre los objetos que nos lega desde hace tiempo Graciela Mengarelli, sobre el histrionismo, el talento y la experiencia de Los Delincuentes y la atracción, la atracción enorme de tantos actores y actrices, muchos vigentes todavía desde los años 80 y otros desde los 2000 que permanecen dentro de La Cochera fieles a una manera tradicional, una manera especial de hacer teatro, que es la que me interesa y que es la que transmito.

Para el festejo no tenemos todavía una programación clara, fechas ni nada, salvo el hecho de que se siguen estrenando y reponiendo espectáculos. No sé si por un año más, o acá se acaba todo, no sé. Por lo menos de mi parte estoy dispuesto a cualquiera de las dos posibilidades. ¿Seguimos o acabamos? Como dice Roland Barthes, en su libro Fragmentos de un discurso amoroso, más vale arder que durar. Bueno, hemos durado mucho, ¿no? 40 años."


ph Susana Pérez
ph Susana Pérez

Una ficha de cuatro décadas

Teatro La Cochera ha producido hasta este momento sesenta obras desde 1985 (este año serán sesenta y tres), las que fueron producidas por actores y actrices que pertenecen a tres diferentes equipos de trabajo: el grupo Los Delincuentes, el Grupo Teatro La Cochera y Los que dijeron Oh!, colectivos que a través de una dinámica basada en procesos de formación y de investigación, propician la creación de obras cuya coordinación y dirección general están a cargo de Paco Giménez. El siguiente es el listado de títulos de esos estrenos.

- 1985: Delincuentes comunes
- 1986: Cielos de agua
- 1987: Los ratones de Alicia
- 1987: Uno
- 1988: Pan - Pan - Pan
- 1989: Barriendo la pampa
- 1990: Choque de cráneos
- 1990: Besos divinos
- 1991: Una vez cada siete años
- 1991: El Noche de Alegría
- 1992: HanjoLubaKantan
- 1993: El ángel de los suburbios
- 1994: Enfermos del culo
- 1994: Luminarias
- 1994: Arcadia
- 1995: Polvo de ladrillos
- 1995: Número vivo
- 1996: Un tranvía llamado deseo
- 1996: Corazón palpitante
- 1997: Bien frappe
- 1998: La intimidad no se improvisa
- 1999: Everyman
- 2000: Festejo Artístico Los Quince, Sacra fauna
- 2001: Oh!
- 2002: Intimatum
- 2003: Orto y ocaso
- 2004: La docena
- 2005: Pedazo de Carne
- 2005: Festejo Artístico 20 Años, Proyecto Cruce:
   - 20 Años, 20 Minutos
   - Sarco
   - Roberto Zucco
   - Esto no es Los Ratones de Alicia
   - Vaca
   - El ADN
   - Cagaret
- 2006: Fonda Cordooobesa
- 2007: Los que no fuimos
- 2007: Paco Peca
- 2009: Peligran los vasos
- 2009: Agua Turbia
- 2010: Torrente de Varón
- 2010: Fanáticos de la Mami
- 2010: La edad de los nunca
- 2011: Se te vino la Noche
- 2011: Fonda Patrioootera
- 2012: La Mosca Loca
- 2012: Nuestro Vademécum
- 2015: Montando al Negro Iriarte
- 2015: Mala Praxis / Sopa
- 2016: No se olviden de Sarah
- 2016: Tracción a Sangre
- 2017: Burlesque Sentimental
- 2017: Pintó Sodoma
- 2018: Vals (Sabemos a qué atenernos)
- 2021: Un demonio nos pellizcó - Herética salvajada
- 2021: No Soy Un Robot
- 2022: Basta, Federico, Memes Lorquianos
- 2022: Coriolano a Plena Luz (Un drama ponzoñoso)
- 2023: Mientras los filósofos duermen

A estrenar:
- 2024: ¿Qué pasó en Roma?
- 2024: Enganchado como Can-Can
- 2024: Martín Fierro, la ida y la vuelta

En lo que respecta a hitos de reconocimiento a la labor de La Cochera, hay que consignar que en 2021 este teatro de Córdoba obtuvo una Mención Especial de los Premios Konex de ese año, cuyo gran jurado en su 42ª edición lo incluyó entre las cien figuras más relevantes del espectáculo argentino de la última década, junto al Grupo de Titiriteros del Teatro San Martín, el Grupo Piel de Lava y el Teatro Nacional Cervantes.

También es digno de destacar que, en octubre de 2017, en el marco del 11° Festival de Teatro del Mercosur, fue presentado el Archivo Virtual Paco Giménez, en el Hall del Teatro Real. Este archivo es el resultado de un trabajo de investigación comenzado en el año 2015 en el Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba y cuenta con el registro de la vasta producción del reconocido director y en esta oportunidad, se da a conocer su primera etapa. El archivo está coordinado por Gabriela Macheret, con la colaboración de Laura Bedoya, Sofía Moroz, Andrea Asís y Víctor Guzmán. Producción de Marcelo Casarin, Gabriela Macheret y Noelia Pascucci. Forma parte del acervo del colectivo creado por él mismo, La Cochera, centro cultural y sala teatral fundados en Córdoba en el año 1984, a su regreso del exilio mexicano.
Su objetivo es poner a disposición de especialistas y público en general la producción registrada de Paco Giménez. El archivo contiene, entre otras cosas, registros de sus obras, de sus procesos de producción, documentos personales y de los grupos con los que ha trabajado, cuadernos de nota de sus registros de procesos, además de una serie de entrevistas videograbadas.



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Comentarios:

- Elsa Torres: Genios cercanos. Universales

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