Apariciones
Se llamaba Irina.
Su recuerdo tiene un lunar en la mejilla izquierda para que no nos olvidemos de ella.
Vivía en barrio General Paz, en la época en que la avenida 24 de Septiembre tenía un repulgue al medio que separaba los números pares de los impares.
Según la percepción de quienes vivían a la derecha del repulgue, Irina vivía a la izquierda, del lado de los impares. Allí estaba el kiosco de revistas y el odontólogo. Por lo que Irina tenía buenos dientes y era una gran lectora de Nippur de Lagash, los libritos de Eudeba y todo lo que le llegaba por los cuatro puntos cardinales de su voracidad.
Un día, Irina cruzó el repulgue y nos visitó en el lado derecho.
Para ayudarle a mamá con su tiempo par desordenado.
Y a bordo de su tiempo impar de lectora adolescente, nuestra infancia navegó en una vía láctea plagada de libros donde fuimos desde un elefante ocupándolo todo hasta un navegante eterno que nos daba miedo y a la vez queríamos invitarlo a nuestros cumpleaños. Con Irina y sus libros éramos lo que imaginábamos.
En una tarde que nos engañó con su rutina, desaparecieron casi todas las personas lectoras en el barrio, tanto de un lado como del otro del repulgue. Pares e impares.
Fue cuando papá le dio los libros de Irina a mi hermana menor para que los enterrara en la huerta. Como yo no quería, me dijeron que eso se hacía para que dieran brotes como los tomatitos cherry.
Y mamá acondicionó una casita de juegos en el depósito de telas de papá en donde Irina pasaba sus días leyendo y releyendo nuestra colección de La Pequeña Lulú una y otra vez, mientras todas esperábamos que el elefante y el navegante eterno germinacen en la huerta.
Pero no aguantó y se cansó de Lulú y salió a averiguar qué había pasado con Nippur y los lectores barriales que de golpe se habían ido sin avisarle.
Nunca más la volvimos a ver. Ni por el lado impar ni por el par.
Desde ese día, en casa no paramos de leer.
Cada vez que abrimos un libro es como desenterrarlo.
Y ella aparece
Marta García
Vive en las Sierras Chicas, Río Ceballos, Córdoba. Fue Profesora en
Letras, Redactora publicitaria, Maquinista de máquinas offset,
diseñadora. Publicó tres libros "En pocas palabras",
poesía, "Isis, Osiris, Clítoris" relatos bajo el avatar
Martha Drooker. Y el Anuario de la Editorial Orsai de Hernán
Casciari llamado Hilo, Papel Tijera, en el que se seleccionaron entre
3000 textos, a los 40 autores más leídos en las redes. Hoy, es
editora en el sello Grupo Editor 7 y Directora del Programa de
Gestión Cultural Cataplum/7
Comentarios:
- Anónimo: Que tierna historia! Amo los libros.
- Ignacio: Lo mejor del sitio. Cuánto sentimiento y frescura.
- Patricia María: Uno de los mejores textos que he leído, como ya nos tiene acostumbrados la autora Marta García.
- Marco D'Angelo: Se enfrió el café y se me piantó un lagrimón.
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