El nuevo tango, de nuevo

Orquesta Escuela de Tango Nuevo Córdoba (foto Escuela El Camino)
Orquesta Escuela de Tango Nuevo Córdoba (foto Escuela El Camino)

Hubo una vez titanes, acaso dioses, como Piazzolla o como Rovira -entre otros- capaces de repensar el tango, género orquestal privilegiado en el contexto de la música popular argentina, insuflándole materiales que le dieran alas propias, desatadas, si se quiere, del gusto bailable. Pasado el tiempo que sudaron los dioses, en las mitologías sucede la generación de los héroes, seres con cintura como para perseverar, pese a todo, en un lenguaje musical que dialogue y se emborrache en compañía de otros géneros capaces de inspirar y de enriquecer la pasión de los creadores. Esa etapa vio una aceleración en los años noventa del siglo veinte, como si el tango de vanguardia se agazapase para saltar al nuevo siglo/tercer milenio. Desde entonces ha transcurrido prácticamente una historia, vivida casi como un eterno hoy, en que las corrientes sanguíneas del tango dieron por incorporadas las nuevas sustancias y el género quiso mirar hacia las estrellas, como quien no mide límites.

Multiplicar es la tarea, cantaba Fito Páez -también él un gran tanguero- y no cabe duda de que hoy es posible que prendan semillas de tango nuevo en distintas regiones y puntos del país, aunque no en todas partes estén dadas las mismas condiciones. No siempre hay una "masa crítica" para que comience a formarse, hasta llegar a establecerse en lo que se llama un circuito.

Pero, al menos para nuestro enfoque, es bueno contar con un comienzo.


Yokoo - @OrquestaEscuelaTangoNuevo
Yokoo - @OrquestaEscuelaTangoNuevo

Veinte años en breve

La historia del tango nuevo se oye abreviada en labios de un porteño que vivió la movida tanguera de los últimos veinte años en su ciudad, y puede contarla desde dentro. Javier Yokoo es director de la Orquesta Escuela de Tango de la UBA (Universidad de la Ciudad de Buenos Aires). Bandoneonista, actualmente parte de la Orquesta Típica Ciudad Baigón y del sexteto La Hoguera. Tocó en el atril de los fuelles de La Martino Orquesta Típica, en un período que le rindió a la agrupación una nominación a los Premios Gardel 2017, en la terna Mejor Álbum Nuevo Artista de Tango. Su fogueo en el circuito había tenido lugar como parte de la Orquesta Típica La Vidú.

Así recuerda Javier Yokoo la emergencia de la movida que le daría una nueva piel al tango argentino. Un pequeño reino con raíces en los años noventa, que extendió y legitimó sus territorios en las últimas dos décadas.

"Todo esto comienza en el año 2000 con un par de agrupaciones de orquestas de tango que al menos estaban en Buenos Aires, que es de donde yo soy. Estaba la orquesta típica Fernández Fierro, La Vidú, Misterioso Buenos Aires, La Fronte, Ciudad Baigón. Y la realidad es que estas eran orquestas que no trabajaban con el tango tradicional, como se venía trabajando mucho en tanguerías, en milongas como para público extranjero, sino que eran más bien orquestas que estaban aprendiendo el lenguaje, a tocar. Y de a poco, con el pasar de los años empezaron a incorporar en su repertorio material nuevo. Entonces, de repente, la Fernández Fierro, por ejemplo, que estaba tocando Canción Desesperada, El Milagro, Zita, muchos de los clásicos, empezó a incorporar temas de su autoría, que los escribían con letra y música los propios músicos de la orquesta. Y así empezó a suceder con varias orquestas. Actualmente hay un montón de orquestas en todo el país, orquestas, quintetos, sextetos, tríos, dúos, que hacen material nuevo. Muchos músicos se animaron a estudiar, a agarrar un bandoneón, a estudiar, a agarrar un contrabajo, un piano. Vemos hoy por hoy a muchas mujeres tocando instrumentos que tradicionalmente lo tocaban los hombres, como es el bandoneón, como es el contrabajo, mujeres que están al mando de orquestas, que son directoras de orquestas que están integradas completamente por mujeres. Entonces hubo un cambio, en estos últimos 20 años, muy grande. Hay milongas que solamente pasan tangos nuevos, y la gente va a bailar esa música."

La corriente así descripta -seguramente haya tenido su prehistoria en los noventa- fue tratando de ganarse sus espacios propios en la ciudad porteña, dando a conocer a sus compositores y letristas, a sus músicos; creó a su público, demarcó sus locales de convocatoria. Hoy representa un circuito, el mito se ha establecido. Pasó al ala de las opciones legítimas, a la hora de describir el ecosistema tanguero de la capital argentina, para propios y para turistas.

Javier Yokoo nos brinda unos silbos de bandoneón para hacer la transición del plano porteño a la aun humilde aldea tangonuevera de la pujante ciudad de Córdoba. El músico lleva ocho años al pie y al frente de la Orquesta Escuela de Tango Nuevo en Buenos Aires, primer organismo especializado en ese estilo, en tocar un repertorio de obras de esa importante línea estilística de identidad propia. Y la transición a Córdoba consiste en que, desde 2022, Javier Yokoo comenzó a empollar un proyecto similar en Córdoba, como director visitante y con la directora adjunta, la violinista Valeria Martín. El cascarón se rompió el año pasado y hace rato se ha escuchado a la Orquesta Escuela de Tango Nuevo de Córdoba resonar en la aldea.

Antes de acercar el foco a ese hecho emergente y promisorio, echemos una mirada al territorio al que ha llegado a desplegar su tarea este proyecto artístico educativo, a la historia que se viene gestando en Córdoba capital, vinculada a la renovación tanguera.


Nuevo tango en el corazón (del país)

La ciudad de Córdoba tiene su propia joven historia en la senda de los nuevos aires, en la que se registran apariciones puntuales de proyectos musicales de ese palo; esto ocurrió de manera más sostenida desde aproximadamente 2015. El proceso está en expansión como lo deja ver, en esta primera mitad de los años veinte del dos mil, la multiplicación de formaciones enroladas en esa dirección. Lo que ciñe y limita el circuito es la falta de un público aferrado a las expresiones y manifestaciones de los nuevos estilos tangueros. Un panorama actual de Córdoba plantea interrogantes en ese sentido. Sin embargo, hay a la vez otros signos de vitalidad que alientan las esperanzas con vista a la estabilización del tango nuevo. Lo hacen, al menos, desde una batalla cultural, como las tantas que constantemente hay que dar, apostando a la formación de músicos, al sostenimiento de una agenda por las agrupaciones, a la creación de nuevas obras y arreglos y, paralelamente, a la necesidad de espacios propios y a la conquista de un público más amplio.

Vero Bié
Vero Bié

Actitud Novotanguera

Vero Bie es una figura clave dentro de lo que se podría llamar la oferta de una escena tanguera contemporánea de arranque más popular. Lo es, en primer lugar, desde su compromiso musical a través de su proyecto Milonga sin corte, que ha llevado varias veces de gira por países europeos y latinoamericanos, básicamente como dúo, junto al violinista Benshi Suárez. En esa dimensión artística, Vero sostiene un tango con mensaje que se tira cara a cara, a un público cercano, con una formación pequeña, y en la que la performance interpretativa pide también una letra que acompañe esa sinceridad. Eso es lo que propone en escena. Pero ahora nos detenemos en su otra dimensión: su militancia novotanguera, ya que también se anima a proponer y a llevar adelante en forma incansable, tácticas y estrategias para sumar condiciones favorables al desarrollo de ese estilo y género. Muestra un absoluto convencimiento de lo que está en juego: un universo musical que se abre a la danza, con una gran capacidad para aportar mensaje críticos sobre la realidad y que además puede superar el tradicionalismo machista del género tanguero, desde -valga la aparente redundancia- una mirada de género. Entretanto, Verónica sabe lo que es remar en el horizonte tanguero renovador de Córdoba. La artista ha trabajado los últimos años para lograr imponer una cita, al menos mensual, de un ciclo que ha dado en llamar Tangopallooza. Comenzó en 2022, justo después de la pandemia, y logró atraer a un cierto público a la sala escenario de Pez Volcán, sobre la Cañada de Córdoba, bajo la consigna de mostrar varios números rotativos e invitados. Esos encuentros con las y los músicos y compositores que mantienen latiendo el corazón del tango nuevo, ofrecieron en el tiempo momentos muy felices, y ayudaron a visibilizar la variedad de las propuestas, revelando interesantes cruces y novedades del género, con una decidida promoción de las creadoras e intérpretes femeninas que pueblan la escena tanguera local. Este es, valga la aclaración, un territorio bien diferenciado del otro escenario del tango: las milongas, adonde se asiste a bailar y se oye generalizadamente tango tradicional.

En la visión de Vero Bie, la pelea por el público es parte de un mosaico de indicadores que definen el momento del nuevo tango en Córdoba. Su apuesta es a la calidad de lo que se ofrece, para atraer más público. "Claramente creo que el público se va sumando. Y yo creo que se va sumando a medida de las propuestas que vamos haciendo, y a la par de a qué nos vamos animando nosotros. A ver: nos cuesta incluso defender el tango nuevo, por llamarlo así: es el tango vivo, el tango de ahora. Parece que hay que estar explicándole a cada persona de qué se trata. Entonces, por ahí el hecho de decir que es tango nuevo, ya es una apuesta, ¿no? Porque puede pasar que gente que por ahí lo desconoce, o que no quiere intentar conocerlo, caiga en esa de: bueno, no, esto es tango nuevo, ya no es tango. Entonces por ahí jugamos con esa en contra. Lo que hoy llamamos el tango nuevo quizás ya está cumpliendo sus 25 años, aunque aquí largamos más tarde. Acá en Córdoba nos llegó más lo de allá, lo de la capital, por una cuestión de que hay más producción en Buenos Aires. De allí nos vienen y nos llegan esas obras que fueron tocadas en el 90 y que hoy son, te diría, clásicos del tango nuevo. Me refiero a las obras de Julián Peralta, el Tape Rubin, Victoria Di Raimondo, que son por ahí las que hacemos. Así que el proceso, sí, puede ser lento, depende de qué lado se lo mire. Aquí hay canciones nuevas, hay letras y autoras nuevas. Yo creo que justamente en estos años hay un montón de material que está encajonado, o quizás solo lo compartimos entre los que hacemos el género, y algún que otro conocedor que se interese específicamente. Pero claramente, en los espacios que por ahí habitamos con la Milonga sin Corte, que no suelen ser las más convencionales quizás, yo voy viendo que vamos no solamente ganando público, sino un público joven, que no tenía el acceso a este tango que de algún modo lo representa. Creo que va creciendo. Yo lo veo acá en Córdoba y, bueno, la verdad que lo agradezco y lo festejo."

Gabriela Castillo
Gabriela Castillo

La paciencia de tejer un culto

Evidentemente, estamos ante un estilo inscrito dentro de un género más extenso, que se halla en determinada etapa de su emergencia, y que se vincula a un contexto de encuentro directo de un público y unos músicos en vivo. Es allí donde -sin desdeñar una concepción más extensa de público, o de audiencia, a partir de la digitalización de la música, el streaming, o incluso como ocurrió antes, con la radio- encuentra sentido el género, o un determinado estilo. En un lugar de encuentro. Ese arraigo, esa chispa que se aviva en determinados locales de una ciudad, a determinadas horas, ese momento de encuentro directo, sigue siendo la base y el sentido de lo que se pretende encender en una audiencia, para que, a su vez, en forma dialéctica, esto le dé vida al fenómeno. No es el alcance masivo que marca tendencia en otras autopistas del espectáculo lo que definirá en esta etapa al tango nuevo. Todavía funciona el culto, el sentirse representado, un grupo más grande o más chico de personas, por un fenómeno artístico dado que tiene lugar a un determinado alcance de ese público.

La problemática del público en relación a las nuevas corrientes del tango en Córdoba, aparece reflejada con perspectiva en el testimonio de Gabriela Castillo, productora y conductora, junto a Francisco Calzona en Radio Nacional Córdoba, del programa cultor del género, Mirá lo que quedó. El programa, en base al seguimiento de un público fiel, a las relaciones tejidas con el mundo del tango, trató de congregar, en los años 2013 a 2015, parte de un universo federal del tango nuevo. Esas experiencias le aportaron un panorama.

"Nosotros organizamos los primeros festivales de tango nuevo -si entendemos como tango nuevo, fundamentalmente, a artistas que tuviesen composiciones propias, o hiciesen temas de compositores contemporáneos, coetáneos de ellos- fue en los años 2013, 14 y 15. Trajimos a músicos de distintas partes del país. Eso empezó a partir de una columna que Francisco Calzona tenía en el programa. El empezó a mirar con interés este movimiento que en Buenos Aires ya tenía varios años para entonces. Y todas las semanas entrevistábamos y mostrábamos a algunos de esos músicos de esa corriente de tango nuevo. Cuando finalmente nos decidimos a hacer ese festival, no había en Córdoba nadie que hiciese algo parecido a eso."

El testimonio deja un dato que sirve para, de un vistazo, comprobar la ausencia de representantes de la corriente canyengue renovadora en el medio cordobés, en los primeros quince años del milenio. Y lo otro que la realización de esos festivales permitió palpar, lo agrega Gabriela Castillo, tras una aclaración:

"Te doy mi visión como productora, no como especialista, porque no lo soy. Desde entonces hasta ahora ya hay varios grupos. Lo que queda por ver es si tienen público. En el momento en que nosotros empezamos con esto no había ni artistas, ni público en Córdoba. Esos festivales llevaron una cantidad de gente porque eran muy específicos de oyentes de la radio, además trabajábamos con la Universidad y con las orquestas sociales, pero ninguno de los artistas que tocaban tenían público en sí mismo. Aun así, fue una cantidad bastante moderada. Se complementaba además con otras actividades, involucraba a mucha gente, pero no movimos público. Ahora hay una cantidad notable de grupos que hacen algo parecido, lo queda por ver es si efectivamente hay quien los escuche."

Valeria Martin
Valeria Martin

Un rodeo a la última mitad

El panorama que presenta actualmente el tango nuevo en Córdoba no se limita a grupos emergentes. Hay proyectos que reivindican su historia, algunos se remontan a 2015. Quien nos acerca una perspectiva de la última parte del proceso, desde su experiencia propia, es la violinista Valeria Martín, una figura destacada en el horizonte tanguero local por su múltiple relación con organismos orquestales, así como por su trabajo a la cabeza de agrupaciones renovadoras más reducidas. Fue y es parte de ese asomarse a una corriente tanguera de relevo, y puede dar cuenta de los aportes cordobeses al repertorio del tango nuevo.

"Los compositores del siglo XXI de mayor envergadura -explica- presentan sus obras en formato de orquesta, por lo general. Pero me parece importante mencionar otros proyectos que se empeñan en interpretar obras de compositores actuales, aunque en su mayoría no tienen formato orquestal. Sin ir más lejos, yo tengo un dúo que se llama Chapeau Tango Dúo, con Daniela Mercado en piano y yo en violín. Ese dúo se conformó en el año 2015. Si bien hacemos arreglos sobre tangos tradicionales, también hacemos todo el tiempo composiciones de Daniela, composiciones de compositores actuales como puede ser Nicolás Ledesma, también composiciones para este formato de Julián Peralta, y hemos incluido en nuestro disco una obra de Jorge Martínez, que es un compositor, arreglador y pianista que reside aquí en Córdoba. Bueno, también hemos hecho otros temas de Damián Torres y de Pablo Jaurena, que son compositores bandoneonistas de aquí de Córdoba. O sea que, en otros formatos que no necesariamente es el de la orquesta, sí se está desarrollando un repertorio de compositores actuales. También puedo mencionar a Milonga sin Corte, el sexteto Mauricio Pregot, que no solamente hace arreglos de tango tradicionales y abordan otros géneros, sino que también tocan temas propios de Mauricio, que es violinista. Y los Santos Trío, a veces una banda más amplia que puede llegar a ser más que trío digamos, pero también un grupazo que yo integro hace muchos años. Marcelo Santos es cantante, y también he tocado composiciones propias de él. Y aunque hagamos tangos tradicionales reversionados con arreglos de él, y también lo digo en general, con los compositores que he nombrado que también son grandes arregladores, siempre tiene una impronta distinta respecto a la impronta del compositor actual, por más que sea un arreglo, eso también es bueno destacarlo, me parece. Y ya que mencioné a Damián Torres, él también tiene su quinteto, que también ha grabado composiciones propias. O sea que hay, existen varias agrupaciones de diferentes formatos que vienen -venimos- haciendo un trabajo de difusión y de poner en relieve a los compositores actuales y a los arregladores actuales también, ¿no?"

Se pueden sumar nombres de la acera femenina, como la pianista y arregladora Bel Disandro, recientemente incorporada a Milonga sin Corte, y el cuarteto Qué Tupé Cuerdas, con arreglos de Renata Bonamici, que integran también Cecilia Jiménez, Clara Murúa y María Luz Alderete. Hay varios más proyectos, sin duda, por censar, entre ellos se puede destacar a Sideral Tango, un quinteto, luego trío con cantor, fundado por Gustavo Gancedo, instrumentista, compositor y arreglador que se fue a París como guitarrista y volvió años después aferrado firmemente al bandoneón.


Obreros para el tango nuevo

Los procesos culturales y artísticos se cuentan en años, lustros, décadas, hasta que toman forma e identidad en expansión. De ese panorama general del tango nuevo en Buenos Aires y en Córdoba, ahora ajustamos el foco en torno a un aspecto puntual de la evolución de esa movida musical contemporánea: la llegada a Córdoba, durante 2022, de la Orquesta Escuela de Tango Nuevo, una iniciativa de la Escuela de Música El Camino, de Córdoba que, tras subsistir varios años como una academia de barrio, en Urca, se instaló en Espacio 220 el año pasado y desde allí hizo pata ancha para producir nuevas vías. Su director es Pablo Álvarez. En ese espacio funciona la Orquesta Escuela de Tango Nuevo. La dirige Javier Yokoo, de Buenos Aires, y su directora adjunta en Córdoba, es la violinista Valeria Martín.

Así relata Yokoo los inicios de la Orquesta Escuela de Tango Nuevo en Córdoba, réplica de un proyecto madre dirigido por él.

"La Orquesta Escuela de Tango Nuevo que dirijo en Buenos Aires, es la primera Orquesta Escuela de este género que trabaja íntegramente material del siglo XXI. Es la primera en la Argentina. Desde hace ocho años estamos trabajando, siempre en Buenos Aires. Y desde el año pasado tenía ganas de viajar a otras ciudades en donde sabía que había una historia con el tango, como lo es Córdoba, o como Rosario y Mar del Plata. Mi idea era viajar a dar unos seminarios y pasó que conocí acá, en Buenos Aires, a Vero Bié, cantora de Milonga Sin Corte, y conectamos automáticamente. Ella me dijo que era cordobesa, que allá había una necesidad también de que funcione una orquesta escuela. Porque orquesta escuela de tango hay en todo el país, hay muchas de estas infanto-juveniles. Y para adultos, bueno, quizás no hay tantas, hay muchas tradicionales, sí. Pero que laburen material de tango nuevo, no hay. El año pasado, la conocí a Vero, me presentó a Pablo Álvarez, que es el director de la Escuela El Camino, que funciona dentro de la Plaza de la Música en Córdoba. Y bueno, entre los tres empezamos a proyectar y a idear cómo iba a ser la Orquesta Escuela de Tango Nuevo en Córdoba. Al principio fue una sola venida con la idea de hacer ese seminario y nada más, pero bueno, la verdad es que tuvo una recepción muy buena, entonces los músicos pidieron que se vuelva a repetir, que siga, que continúe y bueno, lo empezamos a establecer con clases permanentes, buscamos una directora adjunta que es Valeria Martín, que es violinista y ella se encarga de hacer todo el trabajo durante el mes y yo viajo una vez por mes para Córdoba para hacer el ensamble final con los músicos y así que estamos desde el año pasado. La orquesta aprendió 12 tangos nuevos, que es un repertorio bastante extenso para trabajar dentro en un año, con todo material de tango nuevo y bueno este año sigue teniendo esta continuidad, sigue teniendo muy buena recepción por parte de los músicos, la orquesta está formada por violines, bandoneones, contrabajo, piano, guitarras, cantores, masculino y femenino, así que bueno, la idea de Proyección es esto, es la de continuar, se acerca mucha gente, estamos en Córdoba Capital trabajando, pero vienen muchos músicos de otras ciudades cercanas, así que bueno, estamos muy contentos porque esto viene funcionando muy bien y la idea es que siga creciendo y también poder hacer esto mismo, replicar en otras provincias de la Argentina."

De hecho, se está alentando por las redes a instrumentistas a sumarse a ese proyecto en pleno crecimiento, donde a la vez se toca y se aprende de la mano de especialistas.

La directora adjunta, la violinista Valeria Martín, también aporta su perspectiva sobre el proyecto: "Yo creo que la Escuela de Tango Nuevo fehacientemente es la única orquesta que se dedica a estudiar, a interpretar y a difundir tango del siglo XXI, o sea, compositores del siglo XXI, compositores totalmente actuales, en formato de orquesta. Como en todo, es un proceso lento, porque no es fácil hacer que se conozca más el proyecto, que se vayan sumando cada vez más músicos a este género que está encaminado al tango actual."

La exigencia de mantener cierta continuidad en el lenguaje que viene de la tradición del tango y marcha hacia nuevas concepciones sonoras, es decir las marcas irredimibles del género, no persisten por sí mismas, sino por su uso. La enseñanza tiene su parte fundamental en este traspaso generacional, y así lo entiende Valeria:

"Claro que en la formación no podemos desconocer al tango histórico y la forma de tocar tango que nace en el siglo pasado. Entonces hay que acomodar muchas cuestiones técnicas, entender el lenguaje, entender cómo se toca y así poder desarrollar todo este repertorio actual que, por supuesto es muy necesario. Porque las letras de las canciones, el tipo de música, la textura por supuesto que es diferente, y es necesario que sea diferente, por los tiempos en que vivimos, adaptado todo a las vivencias de este siglo."

Referido al futuro inmediato de la Orquesta Escuela, que aún no ha dado muchos pasos, su directora adjunta resalta la paciencia necesaria para garantizar el afianzamiento y el crecimiento del proyecto.

"Creo que, bueno, si hay una estructura que apoye el proyecto y aunque suene muy romántico, que haya mucha predisposición, mucho amor, más por tratarse de un proyecto pedagógico, y mucho compromiso con la docencia, se pueden sostener. Yo creo que quizás lo que hace falta es mayor difusión, mayor difusión para lograr una mayor llegada a los músicos emergentes, jóvenes a quienes les hace falta formación; y a no necesariamente jóvenes, que se quieran acercar al tango, ¿no?"

Pablo Alvarez
Pablo Alvarez

Menos mitología y más números

La mirada sobre el tablero de la realidad y las posibilidades de que la Escuela de Tango Nuevo adquiera una estabilidad en tanto proyecto, la tiene Pablo Álvarez, director de El Camino, Escuela de Música Contemporánea. Es la persona que le vio la calva a la oportunidad, y anudó las condiciones para que la Escuela hiciera escala en Córdoba y se abriera una experiencia preliminar. Su mirada no derrocha esperanza; prefiere la acción misma.

"Si me preguntás cómo veo la movida, la veo difícil, muy difícil todavía, yo te voy a hablar del lado de productor, que nos repartimos con Vero Bié la parte ejecutiva de la orquesta, y a mí me toca ver los enlaces, la visión más macro. Yo estoy en la parte de números y avizorando la gestión con posibles sponsors. Estamos buscándole la vuelta, hay muy buena onda también. Hay que recapitular que En Vivo Producciones (a la cabeza de Cultura 220, en la Plaza de la Música) ha aportado toda la voluntad, ha apoyado muchísimo todo esto y ha puesto toda la artillería. De ahí a que se consigan los sponsors, es otro asunto. Pero sí han movido contactos."

Pablo Álvarez puede sintetizar con precisión aspectos del estado de las cosas con las cuales debe vérselas el proyecto:

"La realidad es que no se puede bajar todavía la edad de gente que escuche el tango. Sigue todavía en moñito, eso se remonta a la misión del Ignacio Varchausky, que fue el gran productor de tango que tuvo la Argentina en el año 95, 96, lo y que lo dejó en moño. O sea, lo ha puesto al tango muy conocido, pero a nivel for export.

Esto del tango nuevo está bueno, porque nos representa. Pero son las empresas las que tienen que ayudarnos a sostener este proyecto artístico y educativo. Ayudarnos a multiplicar esto. Nosotros deberíamos llenar una Plaza de la Música, o algún otro evento, para que las empresas empiecen a mirar a esta movida, a apostarle. Que vean esto como un negocio. Por ahora está costando mucho que una empresa te dé dos pasajes, siquiera un pasaje.

Me preguntás si avizoro un futuro, te diría que no lo sé, no lo veo todavía. Lo que sí veo es la necesidad de seguir haciendo resistencia, seguir tratando de apostarle a este gran proyecto, y esperamos que nos den las fuerzas."

La más reciente presentación en vivo de la Orquesta Escuela de Tango Nuevo en Córdoba fue el pasado 9 de septiembre, en el local de Pez Volcán (Marcelo T. de Alvear 835 - Bº Güemes), en el marco de una Gran Milonga con Orquestas en Vivo, velada donde se oyeron agrupaciones de tango nuevo como el Sexteto Pregot con el cantor Claudio González, el Cuarteto La Nafta, y los infaltables Milonga sin Corte, justo antes de partir a una nueva gira por Europa, desde donde acaban de mandar saludos por las redes.

Todo indica que la Orquesta Escuela afrontará un 2024 para seguir remando. Pero si no es el intento mismo lo que mueve la historia, no sabemos en qué otra dimensión se puede constituir; se puede incluso soñar, un futuro para un tango tantas veces desahuciado y al que la sola finta de una emotiva escala de bandoneón puede revivir, boca a boca. Incluso, para más certeza, tal vez la mejor simbología para el tango nuevo fuera la de un bandoneón apoyado sobre unas rodillas de mujer.



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