La visión del artista

10.12.2023

Los rostros de Fino Pizarro se publican como libro de fotos

Jorge Luis Borges por Fino Pizarro
Jorge Luis Borges por Fino Pizarro


Bastaría con analizar una u otra fotografía suya para descubrir el estilo. Quizás se parezca a Ron Galella, divierta como Philippe Halsman, o encumbre a lo Annie Leibovitz. Lo cierto es que un retrato 'a lo Pizarro' mezcla -por igual- pizcas de notoriedad, gramos de fotogenia y cucharadas de cuidada composición. Tomemos, por ejemplo, su instantánea a Miguel Ángel Solá: parece un desnudo (pensado y atrapado en estudio, al modo clásico); y sin embargo es el backstage de un asado en Carlos Paz, plena temporada veraniega de la villa, al borde de una pileta. Tomemos, por ejemplo, su imagen de Osvaldo Terranova: parece modelada al calor de tungstenos y paraguas, haciendo danzar en sombras el humo blanquecino de un puro detectivesco; y sin embargo es una apresurada vista al actor, a la salida del VIP en el viejo Aeropuerto Córdoba (Pajas Blancas). Tomemos, por ejemplo, su aproximación a Jorge Luis Borges: nos revela al ciego que -desde su luz- le ríe a la penumbra, desafiante; y sin embargo es relámpago de flash, durante un desayuno de medialunas con mermelada, en el ya desaparecido Hotel Nogaró. ¿Alguien se atreve a cuestionar a Fino como artista?

Miguel Angel Solá por Fino Pizarro
Miguel Angel Solá por Fino Pizarro

"No es la personalidad del retratado o su función social lo que nos impresiona, sino la visión que de él nos ofrece el artista". Atinado citar a John Berger para enfocar el parecer sobre la labor de Pizarro. Sus modos de ver trascienden al sujeto que posa; lo particularizan, lo estelarizan; le dan garbo, brío, apostura, carácter, fulgor, donaire; y lo (re)presentan único, impar, singular. Se es alguien distinto, diferente, después de haber atravesado el objetivo de Fino. Es que su aproximación al ser humano es de todo menos insensible. "Ama al prójimo que te brinda su rostro para que lo retrates. Si no puedes amarlo, ódialo, pero nunca lo trates con indiferencia: para ello es mejor fotografiar una botella de gaseosa" (Anatole Saderman).

Carlos "La Mona" Jiménez por Fino Pizarro
Carlos "La Mona" Jiménez por Fino Pizarro

Conozco a Fino Pizarro antes, durante y después de este libro que hoy ve la luz. Sé -como pocos- su verdadero nombre, su edad, y las (sin)razones por las que se hizo fotógrafo. Disfruto oírlo narrar anécdotas: con Cristóbal "Crist" Reynoso amasando tallarines para Joan Manuel Serrat y Eduardo Galeano en su casa de barrio Alberdi, con Eduardo William Hermes Rucio ("Sarlanga") diagramando el diario Tiempo de Córdoba, con Tom Jones de whiskies en el Hotel Crillón, con Ubaldo Matildo "el Pato" Fillol chinchudo en el Estadio Córdoba, con Gabriel Omar Batistuta metiendo seis goles una tarde en la Bombonera (Fino los fotografió a todos), con un impúdico Charly García en la Asociación Deportiva Atenas, con Steven Taylor (el cantante de Aerosmith) escupiéndolo desde el escenario, con Samuel "Chiche" Gelblung exigiéndole registros de platos voladores en el Cerro Uritorco… Divierte su aventura que refiere al cordobés más famoso (me permito transcribirla textual desde alguna publicación pretérita):

"Me llama una vez la Mona Jiménez, con una idea, para la carátula de su disco número 80. 'Fino, fotografiame con un escudo, yo estaré disfrazado, mezcla de cacique y de Rambo'. Era todo muy absurdo. Yo quería vestirlo de monarca, con capa y corona. Pero Carlitos me dice 'no, no y no, a mí no me gusta ser rey, yo soy muchacho de barrio'. Fuimos a una cueva del Jardín Botánico y armamos un quilombo… La Juana (su esposa) decía: 'Ustedes están locos'".

(Fino me mostró alguna vez esas imágenes, aún hoy inéditas, bizarras, con la Mona aferrada a una lanza cuya punta es un micrófono, frente a una cueva que parece un hormiguero, todo bastante ridículo).

"Volvemos a lo de la Mona, empezamos a ver esas fotos en la computadora, y llega la Juana, su esposa, que tiene carácter fuerte. Se para atrás nuestro y grita: '¡Son una mierda las fotos!' La Mona quiere calmarla, y le dice: 'Mamita, son del Fino Pizarro'. Y la Juana contesta 'vos Mona sos un pelotudo, y este otro también. Sí, Fino Pizarro, usted es otro pelotudo por darle bola a la Mona". (risas)

Leonor Marzano por Fino Pizarro
Leonor Marzano por Fino Pizarro

Demostrando que no es ningún boludo, llega ahora, con cuatro décadas de trayectoria profesional, ASÍ, RETRATOS DE FINO PIZARRO, un volumen de colorido blanco y negro que en 120 páginas con tapas duras compila instantáneas duraderas: Alfredo Alcón como si fuera el pensador de Rodin, Nicolino Locche fumándose el campeonato mundial superligero en el patio del Boliche de Santiago, Julio Le Parc a través del espejo, Enrique Pinti (el humorista) serio, Juan Filloy con el brillo de tres siglos en sus ojos, Cristina Wargon acodada en su Olivetti oteando el futuro, Raffaella Carrà viniendo al sur (¿para hacer bien el amor?)… De entre mis favoritas destaco una, dos, tres: la del músico Enrique "el Mono" Villegas afinando el nudo de su corbata, la de Leonor Marzano al piano, forjando la identidad musical de nuestra provincia, y la de Alberto Cognigni, el fabricante de risas, sonriendo. Ya lo dice María Elena Walsh: "Saber ver es amar la vida, capturar el gesto fugaz sin congelarlo, sorprender a la gente sin agredirla ni profanar su privacidad". ¿Alguien -incluida la Juana- se atreve a cuestionar a Fino como artista?


Guillermo Franco


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