Teresa Parodi

10.01.2024

Sigamos cantando, no podrán detenernos

"Soy música argentina, elegí esta profesión desde muy temprana edad. Soy una autora y compositora de música popular que quiere dar testimonio -en canciones- del país en que vive, de su entorno, de su hábitat, más allá incluso del paisaje, sino de las comunidades que habitan ese entorno". Autodefinición de Teresa Parodi a solicitud nuestra, en el inicio de una charla que intenta repasar sus elecciones, sus métodos de trabajo y su presente. En estos tiempos donde La canción es urgente (Que nos una amorosa / que nos pegue en el pecho / que sigamos cantando / no podrán detenernos), es menester su palabra. Inmensa, fundamental, necesaria.

Teresa Parodi (ph Nora Lezano)
Teresa Parodi (ph Nora Lezano)


¿Cuándo entendiste que la música sería el motor de tu vida?

Empecé a comprender que lo que quería hacer era música desde muy niña porque mi casa estaba llena de música. Mis padres consideraban que la música y la literatura eran dos lenguajes absolutamente definitivos y necesarios para completar nuestra formación, quizás nuestra formación espiritual. Mi padre amaba fundamentalmente la música y mi madre la literatura, y cada uno en lo suyo se ocuparon de que mis hermanas y yo aprendiéramos de sus conversaciones y enseñanzas. Mi mamá contaba que yo siendo muy pequeña una vez ella estaba hablando con una amiga y la amiga, no sé por qué, hizo algún comentario sobre mí que andaba por ahí revoloteando y mi mamá le dijo a la amiga, dice que quiere ser música y parece que yo la escuché y entonces fui y me planté ante ella y le dije a las dos, no, no es que quiero, yo soy música. Según mi madre con una decisión que evidentemente no la pudieron cambiar nunca más, no porque ella no quisiera que yo fuera música, sino porque pensaban que esa era una profesión de la que era muy difícil vivir.

Y esa niña fue creciendo, conservando esa misma convicción.

Una vez que elegí los caminos de la música no dejé de hacer mis otros estudios, incluso llegué a la universidad. No me recibí porque luego, por otras razones personales, decidí ser maestra ahí donde hacía falta, por una cuestión militante. Entonces abandoné la facultad en el tercer año, estaba estudiando Literatura, para ir al monte misionero a ejercer porque ahí era donde se necesitaba la enseñanza. Pero siempre tuve la guitarra conmigo y siempre tuve la música conmigo, donde estaba incluso era una escuela con dos aulas en Eldorado, Misiones, kilómetro 28, Picada Suiza. Allá lejos y hace tiempo, imagináte, la escuela tenía dos aulas, sin profesor de música, sin piano y nada que se le pareciera. Éramos dos maestros por turno que reuníamos a todos los grados en un mismo curso, compartiendo el mismo espacio, por ejemplo yo tenía segundo y cuarto en el turno mañana. Entonces le propuse a la directora si en el turno tarde podía enseñar a cantar a los chicos con la guitarra, para que pudieran participar en las fiestas patrias, en todos los acontecimientos que se vivían en la escuela. Ella, por supuesto, aceptó con mucho entusiasmo y esto sucedió en ese lugar.

¿Cómo fue el camino para una artista popular, en los años que siguieron?

Cuando ya definitivamente elegí la música como profesión por cierto que me costó, por ser mujer. Por cierto que me costó ocupar un lugar como autora y compositora… Me cuesta aún en el espacio de la música popular en el que yo me muevo. Es mucho más preponderante la figura masculina, son muchísimos más los autores y compositores varones, es muy difícil inclusive que las intérpretes mujeres elijan música de mujeres para cantar. Creo que es cultural y también creo que, con los cambios profundos que existen ahora en nuestra sociedad y en el mundo entero después del movimiento de mujeres, que es lo más revolucionario que apareció en los últimos años en todo el mundo, hay un cambio verdadero, resultado de la lucha de muchísimas mujeres a lo largo de la historia, y de las que fuimos heredando esa lucha y peleando cada una en nuestro espacio para ser respetadas, escuchadas y no discriminadas por género. Finalmente estamos hoy en una etapa en que, por suerte, estas cosas han cambiado. Todavía hay que pelear en algunos momentos sí, todavía hay que pedir ley de cupo para que canten o toquen las mujeres en los festivales y hay que hacer cumplir esa ley de cupo. Pero bueno, creo que cada vez se va naturalizando más la participación de la mujer y eso hace que hoy sea muy distinta la realidad.

¿Qué nos puedes contar sobre el proceso creativo para el desarrollo de tu obra, como autora y en tanto compositora?

Escribo canciones desde los 9 años, por una necesidad de contar lo que veía y lo que me emocionaba a mí. Cantaba, por supuesto, canciones de los grandes maestros y maestras de música argentina. Me influenciaron muchísimo, por supuesto, en toda mi vida profesional, grandes autores como Violeta Parra, Chabuca Granda, como Alfredo Zitarrosa, la dupla de Castilla y Leguizamón, Atahualpa Yupanqui, por cierto, Romero Maciel, Albérico Mansilla en mi región, Jaime Dávalos, el gran (Eduardo) Falú, el gran autor que es Falú, Ariel Ramírez, que es tan central en la música en nuestro país. Por supuesto que todos ellos me influenciaron y por supuesto que todos ellos también dejaron sus huellas en mi forma de componer y de hacer música. No tengo una forma, todas las formas para mí son posibles, pueden nacer las canciones juntas en letra y música, siempre son después de grandes emociones que a veces ocurren en el momento en que me sucede algo que me impacta, puedo llegar a escribir una canción, pero también puede quedar ese impacto, esa emoción en mi corazón y mucho tiempo después convertirse en una canción. Y a lo mejor muchos de esos impactos o muchas de esas emociones también en otro momento juntas pueden ser una canción. No tengo un método, a veces nace la música primero, a veces la letra primero, a veces nacen juntas, a veces tengo una música mucho tiempo y no le encuentro las palabras, o muchas veces tengo letras mucho tiempo y no le encuentro la música. Entonces eso me ha hecho, porque necesitaba terminarlas, resolverlas, buscar otros compañeros, colegas y compañeras. Colegas como Ana Prada o como Raúl Carnota o como Peteco (Carabajal), así como ellos también me buscaron a mí, Antonio Tarragó Ros o Enrique Llopis con los que compuse mucho. Ellos me buscaron y yo también los busqué en algunos momentos por necesidad expresiva, también de enriquecimiento. Se enriquece mucho uno trabajando con otros, con otras, con otres. Lo cierto es que, bueno, también la poesía que estuvo siempre en mi vida me ha provocado la necesidad de cantar y de escribir música, y de hecho he musicalizado mucha poesía en donde yo encuentro un gran aprendizaje, me sumerjo en los poemas de los poetas que no escribieron pensando en ser musicalizados, porque están llenas de música las poesías, está lleno de música el poema y yo encuentro y oigo una de esas músicas y las canto naturalmente porque la emoción me dicta esa música. Bueno, o sea que trabajo de todas las formas posibles, imaginables.

¿De qué manera conformás el repertorio, para tus discos y presentaciones?

Armar un repertorio depende muchísimo de qué es lo que estoy haciendo en ese momento. De golpe, si tengo un material nuevo, inclusive sin haber grabado y lo quiero estrenar, como en el último concierto que hice en Bernal donde estrené tres canciones que van a ir a mi próximo disco, simplemente por la necesidad de mostrarlas. Un autor o autora cuando termina su obra, su canción, su trabajo, su quehacer, lo que cree que está terminado, lo quiere compartir, porque además necesita como -voy a decir una palabra horrible- como chequear con el otro, a ver qué pasa con esta canción, a ver qué te pasa cuando te doy esta emoción que estuvo en mí y que ahora quiere ver la luz. Bueno, entonces armo un repertorio con todas las canciones que sé que la gente ya eligió y quiere escuchar, volver a escuchar. Y con canciones de mis últimos trabajos y por supuesto, como te estoy diciendo, con canciones nuevas que no están todavía grabadas. Sé cuando tengo un disco, porque compongo mucho, muchísimo compongo, mucho más de lo que va a entrar en un disco, muchísimas veces quedan canciones como esperando en algún momento ser grabadas, o no. Inclusive tengo muchísimas canciones que grabaron otros, pero no yo, cosa que me parece que está bien. Son momentos y necesidades, siempre atiendo esas necesidades mías expresivas y decir en cada momento algo. Ahora estoy preparando un disco nuevo y estoy en esa tarea maravillosa de reconocerme en esas canciones que estoy eligiendo y voy a dejar otra vez un montón afuera, me gusta cuando me pasa eso.



¿Cómo nos podrías caracterizar tu presente artístico y personal?

Este es un momento muy hermoso de mi trabajo, de mi camino artístico porque lo estoy compartiendo con mis nietos. Tres de mis nietos tocan conmigo, pero no tocan conmigo porque son mis nietos, sino porque son músicos estudiosos, serios, que han tomado este oficio de una manera extraordinaria. Si todo el tiempo están dedicados, porque aman este lenguaje, me siento orgullosa de haber de alguna manera legado eso y dejado esa huella en ellos. También toca conmigo su papá, Camilo, mi hijo Camilo, que es mi segundo hijo. Tengo cinco hijos, pero Camilo muchas veces me ha acompañado y hoy también me acompaña y tres de sus hijos están formando parte del grupo musical con el que voy haciendo mis canciones ahora. Me gusta mucho esta etapa, me gusta mirar, cantar y de golpe darme vuelta al escenario y ver a esta nueva generación comprometida, consustanciada con nuestra música popular más profunda, la que no ha dejado nunca de decir cosas y de tratar de reflejar un modo de vivir y de ser de un pueblo. No sé, ellos harán después su camino, elegirán su forma expresiva. Por ahora, de hecho ya lo hacen, son profesionales además de tocar conmigo, pero en este momento yo estoy disfrutando enormemente de eso. Es como sentir, bueno, acá les pasé la posta, ¿no? Es muy hermoso este momento y estoy disfrutando y recibiendo también muchas gratificaciones porque mis canciones son grabadas por muchísimos artistas, varones y mujeres de las nuevas generaciones y eso es lo mejor que le puede pasar a una autora y compositora o autor y compositor. Por ejemplo, en los últimos premios Gardel, en el rubro de Música Litoral, en los tres discos que estaban nominados, hay canciones mías. Uno, que es de Guillermina Beccar Varela, está dedicado totalmente a mis canciones, se llama Cantar de esa manera, es muy bello el trabajo de Guillermina y Hugo Dellamea, es una joya eso que han hecho. Estoy muy agradecida de que Guillermina y Hugo hayan elegido mis canciones para versionar y también está, por ejemplo, María Elena Sosa, que canta una canción inclusive conmigo, En otro país, y también está Patricia Gómez, que canta conmigo. Es decir, yo recito en una de las canciones que ella eligió para su repertorio, Radio Goya, se llama el disco, y ella allí hace Bajo el cielo de Mantilla, que es una canción que quiero mucho y que tiene la música de Mateo Villalba y cuya letra es mía, y ella compartió conmigo los momentos del recitado. Entonces, estoy muy feliz de que esas nuevas generaciones elijan mis canciones, estoy viviendo como esa capa, creo que cualquiera que hace esto que hago yo, disfruta de una manera única, extraordinaria. Así que, bueno, les comparto estas emociones porque me parece que son muy importantes para mí en esta etapa.

Honrados por tu palabra, solo nos queda decirte ¡Gracias Teresa Parodi!

La verdad que fue muy hermoso para mí poder contarles, compartir estas cosas. Y bueno, sobre todo el amor por la música de nuestro pueblo, por este quehacer, ¿no?, de hacer música. Es muy hermoso. Y me encantó esta charla que pude tener con ustedes. Un abrazo muy grande.


Aquí puedes escuchar los audios de la entrevista y sus canciones



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