¿Arriba esas palmitas?

10.01.2024

-Ni uno es de uno-

Nada puede demostrar más rotundamente el carácter eminentemente contradictorio de Córdoba, que el que a su emblemático río, primero le hayan llamado Suquía y segundo le hayan nombrado Primero ¿no?

Pero la revolucionaria y arrepentida, tiene otra característica que tiende a demostrar su coherencia: Enero y Festivales son sinónimos

"Enero en la piel, relincha un bagual un buen payador, copleando al azar cantores que van, queriendo serenatiar. Jesús María cantará", reza la canción que anuncia un festival mentiroso: no se trata de doma, sino de jineteada. De jineteada de caballos largamente trajinados en otros pagos.

Y hablando de caballos, según Suetonio, el emperador Calígula quiso nombrar a su caballo Incitato sacerdote y cónsul, posiblemente para ridiculizar a los senadores. Tal parece que nadie protestó, ni los caballos ni los senadores. En ambos casos, porque si es difícil ganarle al caballo del comisario, calculá al del Emperador…

Volviendo a los festivales, Cosquín resulta el más convocante de Córdoba.

Nació el 21 de enero de 1961 derivado de los festejos que se realizaban en conmemoración del día de la Virgen del Rosario.

Y tan sólo cuatro años después, Jorge "el Turco" Cafrune, hizo subir al escenario mayor a Mercedes "la Negra" Sosa a cantar "Canción del derrumbe indio" de Fernando Figueredo Iramain, acompañada solo por su bombo.

Desde su debut, La Negra se ganó el apelativo de "El alma que canta", nombre del pequeño folletín con letras de canciones populares con la que muchos aprendieron a leer antes de aprender a cantar.

El "Turco" pronosticó que su acción le iba a valer una reprimenda de la comisión organizadora.

Pero recibió algo más que una reprimenda, y no por aquel hecho, sino por su militancia política: un "accidente" se cobró su vida el 1 de febrero de 1978.

El Turco volvió a Buenos Aires para preparar lo que sería una gira épica a caballo que había planificado con detalle. Veinticinco postas de 35 kilómetros por día para viajar unos 750 kilómetros hasta Yapeyú (Corrientes) en homenaje al General San Martín, en el año del bicentenario de su nacimiento.

El 31 de enero, a la altura de localidad bonaerense de Benavídez es embestido por una camioneta. El conductor Héctor Emilio Díaz, un joven de 19 años que iba a borracho y sin luces, se entregó al otro día del accidente, acompañado por su padre que años anteriores había realizado trabajos para el Ministerio de Bienestar Social dirigido por López Rega… el mismo que había dicho "Cafrune es más peligroso con una guitarra que un ejército con armas".

Por esos días, el que esto escribe también era cantor.

Primero de coros, Universitario y de Cámara de Córdoba fundados y dirigidos por el gran César Ferreyra, y luego de folklore.

Al principio como solista, luego como primera voz de Los Huelleros, que habían ganado un concurso en Canal 12 cuando yo gané como solista, y luego con el Negro Álvarez, predecesor del Dúo Argentino al que después de exprimirnos la neurona, bautizamos como "Manuel y el Negro", lo que hacía que al salir a escena Álvarez dijera: "Buenos noches, Somos Manuel y el Negro. Adivinen quién es Manuel…".

Finalizando esta pequeña autorreferencia, pobre revancha la del tiempo de la dictadura militar, cuando estaba recontraprohibido escribir en primera persona, como una forma más de tratar de anular la identidad, vuelvo a los grandes festivales que hacen, desde más de 60 años atrás, que Córdoba se desgañite y arda en palmas.

Desde un tiempo en el que el cordobesismo aún no existía, aunque ahorita mismo, lo sigan festejando.

Quizás no han notado que los ha antecedido un festival que los representa de cuerpo entero.

El "Festival del salame", en Oncativo

¿Arriba esas palmitas?




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Comentarios:

- Luis Eliseo Altamira: Buenísimo, Manolo

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