Bienal Ferroviaria Audiovisual Acá estoy, acá soy
Jackie Bini
El emblemático predio de la Estación de Cruz del Eje será epicentro, los días 10 y 11 de octubre, de la Primera Bienal Ferroviaria Audiovisual "Acá estoy, acá soy". Un sueño colectivo hecho realidad para artistas, gestores, docentes y habitantes de la querida ciudad cordobesa.
De su creación e impulso, de los desafíos y las proyecciones, hablamos con Carly Murúa, uno de sus promotores y miembro de la Comisión Organizadora.


A modo de presentación ante nuestros lectores, nos gustaría que nos comentes tu relación con las artes.
Crecí entre hojas de dibujo, bastidores, pinceles, lápices y música, rodeado de todo tipo de artistas que visitaban a mis padres. Desde niño, mi camino estuvo ligado al arte, comenzando en el infantil de Bellas Artes para luego continuar mi carrera allí. Tras el fallecimiento de mis padres, seguí mi formación en Bellas Artes de Córdoba, y luego en la Escuela de Artes de la UNC.
Mi sed de conocimiento me llevó a explorar otras disciplinas creativas y técnicas. Estudié Publicidad en el IES, y luego Cine y TV en la UNC. Además, para complementar mi visión, me formé en Prótesis Dental en la UNC. Más recientemente, profundicé mis conocimientos con una diplomatura en Gestión Patrimonial en la FAD de la UPC.
Mi trayectoria profesional se ha desarrollado de forma independiente, participando en diversos procesos creativos. He trabajado en campañas publicitarias para productoras locales con proyección internacional, colaborado en largometrajes en las áreas de arte y producción, y, como muchos, me he dedicado al registro de eventos sociales, al diseño, la ilustración, la animación y la fotografía.
Prefiero los trabajos grupales a los competitivos, ya que considero que la colaboración enriquece cualquier proceso creativo.
¿Cómo surge el proyecto para realizar la Bienal Ferroviaria Audiovisual?
El proyecto nace de una necesidad muy simple y profunda: la de cuidar lo nuestro. El mural "Leyenda de Cruz del Eje" es un tesoro de la comunidad, y a partir de él, nos dimos cuenta de que podíamos hacer mucho más. Nos inspiró la idea de que, si un solo mural puede contar tantas historias, ¿qué pasaría si todo el espacio de la estación se llenara de arte? La convocatoria fue espontánea, como si una red invisible pero presente se activara, a la vez que creamos la comisión organizadora y empezamos a reunirnos, a soñar juntos y a trabajar de forma autogestiva para que ese sueño se hiciera realidad. No fue una decisión de arriba, sino una inquietud que surgió desde la base.
¿De qué se trata específicamente la Bienal?
La Bienal es una invitación a vivir una experiencia. Como un encantamiento que durará dos noches, queremos transformar la estación de tren en un espacio de arte inmersivo, un lugar donde los visitantes puedan caminar y sentir que están dentro de una obra o de un sueño. La idea es que la atmósfera sea onírica y evocadora, que cada rincón nos haga viajar a través de los sentidos y la memoria. No se trata solo de exponer obras, sino de crear un entorno sensorial que invite a la reflexión, a la sorpresa y a la conexión con nuestra historia, intentar que el espectador sea parte de la obra. Es un festival de arte sin competencia, donde no habrá premios, donde lo más valioso es el acto de crear y compartir juntos esa experiencia única.
¿Qué objetivos pretenden alcanzar?
Tenemos varios objetivos, pero el más importante es movilizar a la comunidad. Queremos que la gente se sienta parte de la historia de Cruz del Eje, que se enamore de su patrimonio ferroviario y lo defienda. Buscamos promover el talento local y fomentar la colaboración entre artistas, docentes y estudiantes. Queremos que los jóvenes vean en el arte una herramienta para expresarse y para transformar su entorno. Y por último, tratar de cambiar ese signo negativo que tiene este lugar, totalmente olvidado por las instituciones que lo crearon, por tantos gobiernos que nada hicieron, por el positivo de los que recordamos lo maravilloso que fue, y vemos en lo que se transformó. En definitiva, nuestro objetivo es que la Bienal no sea solo un evento de dos días, sino un punto de partida para que la autogestión y la participación se conviertan en una costumbre.
¿Por qué el eje, el punto de partida es el mural Leyenda de Cruz del Eje?
El mural es, sin dudas, el alma del lugar. Su historia es la historia de todos. Mi padre (el artista Carlos A. Murúa) pintó este mural cuando yo era un niño de 7 años, y marcó una época de esplendor para la zona. Luego, vinieron tiempos oscuros, y el lugar pasó al abandono. Cincuenta años después, el mural seguía ahí, en pie, algo inusual. Después de ser declarado patrimonio cultural y su autor, mi padre, artista ilustre, fue en el 2022 que nos pusimos en la tarea de restaurarlo con el Profesor Oscar Gubiani, una verdadera eminencia, que fue designado como director de la intervención por la Agencia Córdoba Cultura, y pudimos rescatar esa obra monumental. Para nosotros, la Bienal es una forma de celebrar esa historia de resistencia y renacimiento. El mural es la prueba de que lo nuestro tiene una fuerza que perdura en el tiempo.
¿Quiénes conforman la Comisión Organizadora y qué roles cumplen?
La Comisión Organizadora es un grupo de vecinos y amigos, una red de personas con diversas ideologías y creencias, pero con un objetivo en común. Somos profesionales, docentes, artistas, estudiantes, comerciantes, todos entusiastas de la cultura. No tenemos una estructura jerárquica rígida. Cada uno aporta lo que puede desde su lugar: algunos se encargan de la comunicación, otros de la logística, de la gestión con las instituciones. El rol principal de todos es el de la autogestión y la colaboración. Es un trabajo a pulmón, movido por la pasión de hacer algo significativo para nuestro pueblo. Todo mi agradecimiento y amor a cada uno de ellos: Graciela, Daniel, Marcela, Gabriel, Irene, Daniel, Conrado, y los que se van a integrar.
¿Cómo han estructurado la dinámica de la Bienal? ¿Quiénes son los convocados y participantes?
La dinámica de la Bienal es totalmente participativa. No hay un jurado ni un premio, el reconocimiento es la experiencia misma. Los convocados son todos los que quieran ser parte. La idea es que cada artista encuentre su lugar para crear y para compartir. Queremos que las obras que se realicen, las canciones que se canten y los videos que se proyecten sean una oportunidad para contemplar y preguntarse aquellas cosas que se tienen adentro.
¿Cómo han pensado ocupar el espacio de la estación?
La estación de tren no es solo el lugar, es el protagonista, es una casa grande sin paredes, con un gran techo y con reliquias, maquinarias arruinadas por el tiempo, demarcando el entorno. Pensamos en ocuparla de manera integral, como un gran lienzo en movimiento. Queremos que los andenes se llenen de color con creaciones artísticas que tomarán un significado amplificado por la resonancia del lugar. Que las vías, que antes transportaban trenes, ahora lleven la música y los sonidos que vuelven del pasado, mezclados con armonías evocadoras, fruto del trabajo en conjunto de músicos y estudiantes de música. Y que las viejas paredes, que guardan el eco de un pasado industrial, se conviertan en salas de proyección para el cine móvil de la Agencia Córdoba Cultura, donde veremos documentales y ficcionales enlazados a este espacio-tiempo audiovisual, y tantos proyectores como nos sea posible, que iluminen los distintos espacios. La idea es que, al caminar por la estación, la gente se sienta inmersa en un universo de sensaciones, donde cada rincón cuenta una historia, y se sientan integrados a ella
¿Está en los planes darle continuidad al proyecto?
Absolutamente. La Bienal es el primer paso de un camino mucho más largo. Soñamos con que esto no sea un evento aislado, sino que se convierta en una tradición para Cruz del Eje. Queremos que el mural "Leyenda de Cruz del Eje" siga siendo una fuente de inspiración y que cada dos años, la Bienal Ferroviaria Audiovisual se consolide como un espacio para que nuestra cultura y nuestra memoria sigan vivas y en constante movimiento. Ya estamos pensando en lo que se viene.
¿Cuál es el estado actual de las artes visuales en la región? ¿Y de la cultura en general?
Creemos que la cultura en la región está más viva que nunca, aunque a veces no tenga el espacio ni el apoyo que merece. Hay un talento inmenso en nuestros artistas, músicos y creadores. Lo que falta, a menudo, son los canales para que ese arte se muestre. Nuestra cultura artística está hecha de un pasado de bienestar social, donde se crearon tanto la escuela de Bellas Artes R. Viola, de la cual mi padre fue uno de los fundadores, como el Conservatorio de Música L. Gianneo. Siempre hubo una constante de esfuerzo, de pasión y de muchas ganas de hacer. La Bienal, en ese sentido, es una respuesta a esa energía. Es un intento humilde de crear un espacio y decir: "Acá estamos, acá somos. Esta es nuestra cultura, y está lista para que la vivas y la sientas".
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