Culturas y Géneros

10.11.2025

Disentir


Soledad González


Túpac Katari (Imagen, fuente: Radio Florida, Cuba)
Túpac Katari (Imagen, fuente: Radio Florida, Cuba)
Silvia Rivero Cusicanqui
Silvia Rivero Cusicanqui

Disentir es sentir diferente.

Urano, el planeta que para la astrología nos habla de disrupciones, revoluciones y fraternidades, se descubre en 1781, el mismo año de la rebelión pan-andina de Tupac Katari, cuya principal batalla fue el cerco sobre la ciudad de La Paz que sacudió a toda la región y culminó con el descuartizamiento del líder: "el indio Poeta y Astrólogo, que sabía cultivar la comida, descifrar las marcas del tiempo-espacio y trajinar por el mundo, más allá de las contingencias de la historia", en palabras de Silvia Rivera Cusicanqui. Descuartizamiento que para Silvia sigue en los territorios de estas naciones andinas. Levantamientos y bloqueos de caminos que se proyectan en este siglo XXI con epicentro en la ciudad de El Alto, enclave de las tropas rebeldes de 1781.

Pocas noticias nos han llegado de esa historia que ella nos quiere acercar a través de la sociología de la imagen, una metodología novedosa que despliega en varios de sus libros. ¿Han pensado que nuestras revoluciones libertadoras son una continuidad de la historia colonial? Otra conmoción en tierras de Abya Yala después de la conquista, a la que unxs llaman descubrimiento y otrxs genocidio. Así vamos caminando en estos territorios con culturas ancestrales y milenarias, andando una vecindad que tiene muchos dolores, batallas y triunfos de diferentes colores.

Ocho años después de la rebelión de Tupac Katari, se gesta la Declaración de Derechos del Ciudadano de la Revolución Francesa de 1789 y bajo esta influencia vendrán las Declaraciones de Independencias del siglo XIX en América/Abya Yala, marcadas todas ellas por variopintas exclusiones que les habrán parecido necesarias a los "ciudadanos". Claro que no tanto así les pareció a mujeres, esclavos, siervos, campesinos, extranjeros, mujeres esclavas, siervas, campesinas y extranjeras de un lado y del otro del océano. Liberté, égalité, fraternité…

Lo que cuentan las imágenes es contundente para Silvia: pictografías, grabados, pinturas... Aparece allí lo que no se puede domesticar ni acomodar en una única historia. "Hay en el colonialismo una función muy peculiar para las palabras: ellas no designan, sino que encubren."

Escribir es reescribir y lo mejor de los relatos es abrirlos y repararlos si hace falta. Entre los grandes hitos del siglo XX, en la ciudad donde nací, Córdoba, está El Cordobazo. La gran marca utópica donde obreros y estudiantes se encontraron en 1969, organizados, para resistir y defender derechos desde las fábricas y las facultades. Este movimiento nació de la mano de figuras de una ética ejemplar como fue Agustín Tosco, dirigente sindical del gremio de Luz y Fuerza, que para muchxs en esta provincia sigue siendo el símbolo de la lucha obrera organizada en la historia del siglo XX.

Hoy, el Cordobazo goza de una reescritura y una reparación, el libro El Cordobazo de las mujeres, de Bibiana Fulchieri, publicado en 2020, cincuenta y un años después del acontecimiento. El libro abre la posibilidad de escuchar un escenario silenciado, al igual que el documental Las brujas del Cordobazo. Aparece aquí una memoria de género, singular y de construcción colectiva como señala una de las protagonistas entrevistada, Soledad García Quiroga, a quien debo mi nombre por elección de madre. No será esta la primera revolución donde la participación de mujeres haya sido borrada de la historia por largos períodos. Sin embargo, las épicas íntimas, en redes invisibles y con huellas dispersas, vienen a desnaturalizar el flujo de los relatos.

Bibiana Fulchieri (Infobae)
Bibiana Fulchieri (Infobae)

Bibiana Fulchieri empezó a estudiar comunicación con orientación en imágenes en 1977, durante los años de la última dictadura militar en Argentina. Su trabajo enlaza, desde el comienzo, historia y memoria a través del registro de imágenes. Encontró un procedimiento: tomar los hechos históricos y preguntarse ¿qué no se ha dicho sobre eso que las efemérides nos muestran? "Trabajar sobre la memoria de lo pendiente: mujeres, afrodescendientes, aborígenes y disidencias sexuales", en sus palabras. "El Cordobazo de las mujeres se gestó en capas por esa necesidad de no desagendar a mujeres que construyeron un Nosotros". La búsqueda fue errática y difícil hasta que apareció una foto en el Archivo de Luz y Fuerza: Tosco y una fila de mujeres en la primera línea de la Marcha. El trabajo a partir de esta huella fue restituir a las mujeres y contar la foto completa porque por cincuenta años esa imagen había sido recortada y sólo había quedado en la superficie la figura de Tosco ocupando el centro de una escena sin profundidad. Así se configuró una historia. En la foto Bibiana vio nítida a Nené Peña, empleada bancaria.

A partir de ahí nace una red donde aparece Soledad García Quiroga, parte fundante del Movimiento de Mujeres Córdoba y del Movimiento Nacional de Mujeres, entre otras. El Cordobazo fue un punto de partida para muchas mujeres, feministas silvestres, que lucharon y luchan por transformar las conciencias sociales. Para Viviana si no hay foto no hay memoria. La fotografía construye esa memoria. Durante décadas se pensó que no había mujeres en el Cordobazo. No fue así.

No hay nada más profundo que las desigualdades naturalizadas en el lenguaje, los gestos y las omisiones, ¿verdad? Sería propicio preguntarnos ¿cuándo un gesto representa una omisión -nunca inocente-, o una octava más arriba, se siente como un desprecio? No olvidemos que disentir es sentir diferente.

Preguntar

Poner la mirada en la ética para enlazar políticas públicas y prácticas individuales ayuda a nombrar estrategias como la que señaló con humor e ironía Marilina Bertoldi al recibir un premio de la industria musical en 2019, siendo la primera mujer que lo recibía después de Mercedes Sosa, pero veinte años después. No le halagó llenar un cupo tan desigual en la distribución de lo simbólico y lo económico. Le vino a Marilina la pregunta por ¿quiénes evalúan?, ¿para fomentar qué?, y ¿si se podía evitar la repetición? Y ¿cómo se regularía la alternancia de miradas y oídos? y ¿cuántos colores y géneros entran en el arco iris de un jurado?

El arte y el archivo nos invitan a descifrar el sentido del mundo y de la vida como algo que siempre puede ser diverso. Sin estas experiencias que nos descentran queda trunca la posibilidad que provoca la libertad de la imaginación para preguntar, completar, crear y co-crear mundos posibles.

En toda crisis es propicio volver a preguntarnos por los relatos además de seguir resistiendo.

La reconstrucción de fenómenos individuales y colectivos del pasado nos puede acercar a aspiraciones utópicas de artistas, movimientos, pueblos, que estando a nuestro lado, parecían dormidos o silenciados por siempre en la historia que nos veníamos contando.

El archivo y el arte pueden ser, también, un mapa para el futuro.





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