El Festival de Teatro de Rafaela mantiene prendida la llama
El Festival de Teatro Rafaela 2024, organizado por la Secretaría de Educación y Cultura de la Municipalidad de Rafaela, concretó su 19va edición, desde el miércoles 10 al domingo 14 de julio.
Guadalupe Pedraza
La 19ª edición de un festival de teatro en el interior del país, no deja de llamar la atención y más aún cuando esta se desarrolla en este 2024 signado por el desprecio a las expresiones artísticas y culturales. El Festival de Teatro de Rafaela se ve a lo lejos como una gesta y un gesto de resistencia. Nos convocó en torno a un recorrido que hiló propuestas diversas; y la vivencia, de principio a fin, permitió una experiencia muy intensa y gratificante a quienes compartimos esos días. Sin duda, reflejó el diálogo entre tradición e innovación, el interior y la capital. La selección de obras mostró claramente la intención de trazar puentes entre las distintas generaciones y las trayectorias profesionales, las tendencias y la experimentación, y alimentar un código ya preexistente con los públicos y los espectadores del festival.
Sostener la incandescencia a base de deseo
Las 21 propuestas programadas por el director Gustavo Mondino y su equipo, sostienen un compromiso con la conexión con los públicos, la calidez de los hacedores y la calidad artística.
El hilo conductor se teje con los temas recurrentes con distintos tratamientos, la belleza de lo simple, la creatividad y el encuentro como bandera.
Vivir jornadas intensas donde disfrutar entre 5 y 6 espectáculos cada día te vincula con la expectación de un modo único, habla del deseo incansable, del hambre de escuchar historias y de compartir con otros/as. Eso provoca el festival y la llegada de elencos y periodistas de distintos puntos del país, de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Tucumán a una ciudad que vive el teatro de una manera admirable.
Comparto a continuación mis notas sobre las propuestas de las que no seguir hablando se me haría imposible:
Performance de apertura dirigido por Juan Parodi. Uno de los momentos inolvidables ocurrió cuando la caravana se detuvo frente a enormes vidrieras cubiertas con papel. Se pidió a los asistentes que se taparan los ojos y, en cuestión de segundos, el papel se rompió. A través de una transmisión en circuito cerrado, logramos ver a una actriz descender por unas enormes escaleras desde el fondo del local, y su imagen se replicaba en todas las pantallas.
"La singularidad de lo mismo. Primera parte: Cuidado Hollywood te estamos acechando. Segunda parte: La inocencia de H", del Laboratorio Teatro a cargo de Santiago Gobernori, convocado por el festival. Un cruce potente entre el director de Buenos Aires, actores y actrices Rafaela, de distintas edades y formaciones, que logra con inteligencia e ingenio una propuesta rica en lenguajes y formas. La cercanía con los artistas en un primer momento genera un efecto de intimidad que facilita recibir todo lo que viene después. El amor, el consumo, la obsolescencia programada, la diversidad de géneros y la multiplicidad de voces, presentados con creatividad en la escena lograron una alquimia con el público que rió a carcajadas, se emocionó y aplaudió entregado.
"Lugar secreto" en el Bosque Educativo "Norberto Besaccia", de Silvia Grinberg por Plataforma Libélula, dejó una anécdota llena de ternura: el equipo le pidió información a Jorge Frana, un ingeniero agrónomo jubilado, y este no solo colaboró sino que terminó actuando en las funciones programadas por el festival. Desde la danza y la instalación con miniaturas, nos invita a la contemplación. La conexión con el bosque se logra en distintas postas que nos hacen dar cuenta que hay algo que no estamos viendo. La vida en la naturaleza nos cuestiona ¿Cómo podemos convivir las especies? Una espectadora compartió algo que sintió al realizar la experiencia y resume muy bien el eco de varios espectadores: "Detente y deja que la vida se acerque".
"Un tiro cada uno", de Mariana de la Mata, Consuelo Iturraspe y Laura Sbdar. La obra surge a partir de la investigación sobre casos de violencia de género durante el 2016 en Argentina, narra la historia de Ale, Nacho y P, quienes juegan al básquet en un club de la ciudad de Bahía Blanca. La noche anterior al último partido del campeonato cometen un femicidio. El ingrediente, más que acertado, que sumó la organización del festival fue hacer la obra por primera vez en una cancha de básquet, en un club deportivo. Nos encontramos con un drama que revitaliza la conversación sobre la violencia de género desde una mirada sensible. Con una atmósfera que se pone cada vez más densa, vemos a tres jóvenes varones y como su manera de relacionarse refuerza la marca social de lo que se espera de ellos. Es importante nombrar las cosas y en este caso el femicidio, donde las víctimas aparecen en las voces a coro.
"Suavecita", de Martín Bontempo, unipersonal con Camila Peralta. Destacada actuación en una obra que permite encontrar la ternura aún en situaciones muy difíciles. Un texto y un personaje que corre los límites cotidianos de lo que se piensa y dice sobre la sexualidad, la enfermedad, la discapacidad y la fe. Un trabajo brillante, sorprendió y se metió el público en el bolsillo.
"Matate, amor", unipersonal protagonizado por la gran actriz Érica Rivas a partir de la novela homónima de Ariana Harwicz. Hay un tiempo que se detiene cuando comienza la obra, es impactante la escenografía que presenta un bosque en movimiento y todo lo que escuchamos interpela, intriga y estalla por la fuerza de las palabras pero más aún en ese todo. El técnico, los sonidos, las luces, la asistente de dirección están allí con la protagonista, la sostienen, dialogan, la acompañan. Con un halo de misterio sentí que estaba frente a una película por momentos, con algunos desafíos para la comprensión se abre paso otra mirada del puerperio, la maternidad, el vínculo de pareja y la salud mental.
"Estamos grabando", pieza de teatro documental de Guadalupe Valenzuela de Tucumán, que dialoga con la voz de un padre, voz grabada casi 40 años atrás, que vuelve para instalar una pregunta sobre el tiempo, la historia, sus repeticiones y sus diferencias. No solo es una obra de teatro documental; es una meditación poética sobre el tiempo, la memoria y la historia. Con una puesta en escena que mueve al público a través de distintas temporalidades y una narrativa que toca el alma, Valenzuela logra crear una conexión emocional profunda que invita a la reflexión y al diálogo. Este tipo de propuestas refuerza la importancia del teatro como espacio para explorar y entender la complejidad de la experiencia humana
"Lo tejió la Juana", comedia dirigida por Ignacio Sánchez Mestre, por Las Savias, nos presentan al Negro y al Cabezón en el momento que acaban de perder a su madre y tienen que decidir qué hacer con la casa. La Gringa, una prima embarazada y llena de futuro, llega de Buenos Aires para sacudir este presente que rebalsa de pasado. Con sutileza trae un universo de recuerdos familiares con un texto maravilloso. La historia es de amor, el amor de los hijos, de los hermanos. Está situada en San Juan, y sus personajes pasan por la culpa, la religión, la muerte, todo eso y más con una estructura de juego, donde el artificio teatral está presente en la escena.
"Modelo Vivo Muerto", del grupo Bla Bla & Cía, trae un modelo vivo encontrado misteriosamente sin vida en la Academia de Artes. Al descubrir que se trata de un crimen, el personal de la institución lleva adelante una investigación inmediata. Con la utilización de técnicas poco ortodoxas, los interrogatorios avanzan demostrando que todo puede pasar. Si de romper el hilo se trata, como es el caso, la primera obra en sala del festival, esta compañía sabe cómo hacerlo. Y con solvencia. Fuimos llevados por distintas situaciones para reírnos juntos sobre la profesión del artista, las convenciones sociales y culturales, los miedos y los sueños.
Increíblemente "El cuarteto del amor", banda cordobesa, logró cual hipnosis que en el acto de cierre más de mil espectadores se mantuvieran en sus butacas, a fuerza de serenatas y derroche de simpatía, hasta 20 minutos antes del comienzo del partido de la Copa América donde disputaba Argentina la final. Y más allá de la anécdota, fue una presentación impecable, que recuerda el amor en todas sus formas y la música como lenguaje universal.
El Festival de Teatro de Rafaela 2024 nos deja con una profunda reflexión sobre la capacidad del arte para resistir y florecer incluso en tiempos adversos. La cercanía y la entrega del público rafaelino a cada propuesta reflejan un vínculo único y natural con el arte. Este festival no solo celebra el teatro como una forma de entretenimiento, sino como una herramienta poderosa para el diálogo social y cultural.
La programación de Gustavo Mondino y su equipo logró mantener la llama incandescente del deseo por el teatro, ofreciendo experiencias que no solo emocionaron sino que también invitaron a la reflexión y el debate. Las rondas de devoluciones, coordinadas por Luisina Valenti, enriquecieron aún más esta experiencia, permitiendo un intercambio de ideas y perspectivas que fortaleció los vínculos entre artistas, críticos y espectadores.
En definitiva, el Festival de Teatro de Rafaela 2024 reafirma la vitalidad del teatro como espacio de resistencia y creación.
Guadalupe Pedraza
Comunicadora social, crítica cultural, intérprete escénica e investigadora. Forma parte de Red Latinoamericana de Profesionales para el Desarrollo de Públicos (REDLAP).
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