El legado africano en Córdoba

10.11.2023

Y en el resto del país…

Macongo, la Córdoba africana
Macongo, la Córdoba africana

Hemos escuchado muchas veces decir "en la Argentina no hay negros…" o aún fundamentaciones soprendentes como "los esclavos no se adaptaron al clima del Río de la Plata…murieron todos en la guerra….con la fiebre amarilla…" todo sin fundamentos. Por cierto, muchos africanos murieron en la Guerra de la Triple Alianza porque los enviaban en la vanguardia, a pesar que ya no eran personas esclavizadas pues esto sucedió años después de la Constitución de la República Argentina. Los contrincantes paraguayos los llamaban kure py, que en guaraní significa pie de cerdo en referencia a la planta blanca del pie de los guerreros negros. También es verdad que, los pocos que regresaron a Buenos Aires luego de la guerra, estaban mal alimentados, enfermos y trajeron la fiebre amarilla, pero en pocos lugares se puede estudiar que las familias patricias, al abandonar el barrio de San Telmo, mandaron a poner vallas para que ningún negro, enfermo o sano pudiera traspasar para el norte de la ciudad donde se habían mudado. Este vergonzoso episodio casi no se cuenta en los libros de la historia. Porque los actos inhumanos se esconden y también se escondió el legado de los hombres y mujeres del continente africano de los libros de la historia del país y eso es una manera de invisibilizar y de hacer desaparecer a una población entera. Hoy, muchos argentinos son afrodescendientes. Para saber cuántos debería hacerse el estudio de ADN y probablemente tengamos resultados sorprendentes.

Me centré en la Provincia de Córdoba para hacer el primer documental de una serie que planifico realizar, a pesar de la resistencia de los integrantes de los comités de documentalistas del INCAA con los proyectos que presenté de Santa Fe y Corrientes, que no dieron lugar a mi solicitud de una entrevista para defender el proyecto y que votaron con negativas y argumentos espurios para ocultar motivaciones de carácter racista.

Estuve viviendo casi 5 años en Ascochinga en un paraje de una comuna llamada La Pampa (nombre que trae más de una confusión, incluso tras la proyección del documental para periodistas en Buenos Aires muchos me preguntaron si había filmado también en la Provincia de La Pampa) dado que originalmente ese lugar era llamado La Pampa de Ascochinga. Al respecto hay varias cuestiones. Muchos dicen que Ascochinga es una palabra comechingona que significaría "perro perdido". Ahora bien, la realidad es que no hay diccionario Comechingón-Castellano, no existe. Existió un texto antiguo con algunas palabras y se perdió. Por cierto, hay estudios antiguos en los que se mencionan algunas palabras de lenguas sanavirón o comechingón. Pero en el oeste africano Asco es un grupo de familias muy amplio incluso hoy se conocen como Ascofaré, y muchas otras por dar un ejemplo. Chinga, tal como figura en el Diccionario de Africanismos en el Castellano del Río de la Plata de Néstor Ortiz Oderigo, refiere que chingar es cometer un error, un desatino. Palabra que proviene del vocabulario kimbundo, siendo la palabra kuritchinga, la raíz madre. Así que no estoy tan seguro que Ascochinga sea comechingón, pero no lo puse en el documental. Y Pampa, bueno ahí puede haber una discusión porque algunos refieren que en lengua quechua significa "espacio sin límite", pero el parecido que tiene pampa con bamba es importante. Digo porque La Pampa de Ascochinga, y justo ahí donde sube el camino hacia San Jorge, cruza por debajo del camino una vertiente llamada Macongo, o arroyo Macongo como está escrito en cartografía de 1929:

Entonces podemos pensar claramente que Macongo era un lugar de un asentamiento numeroso de población africana. Además, como se explica en el documental, justo donde cruza Macongo con el camino a San Jorge hay un altar que alguien puso hace relativamente poco tiempo, algunos cuantos años. Pero San Jorge fue tomado por la población esclavizada y se lo sincretizó con la figura de Ogún de la religión Yoruba que luego se convirtió en Umbanda, Kimbanda, Candomblé, Santería en distintas regiones de América. Fue mi sorpresa al recuperar temporalmente una casa familiar construida en 1929 allí, a menos de 100 metros por donde pasa el arroyo (escrito arrollo en el plano adjunto) Macongo. Macongo, el único lugar del planeta que se llama Congo está en el continente africano y el prefijo ba ó ma en las lenguas bantúes significa plural, los congos, eran los que venían del Congo. Aún hoy los habitantes de La Pampa de Ascochinga llaman a los jotes negros los congos. En octubre de 2018 mientras buscaba cómo llegar al lugar, mi prima me envió un mensaje de audio con la voz de mi tía Inés de 96 años que me decía "el arroyo se llama Macongo".

El proyecto se fue materializando en pandemia, fueron casi tres años de investigación puntual de los lugares, de búsqueda de las personas que iban a ser entrevistadas, no solamente de los profesionales, historiadores, escritores como Josefina Piana y Marcos Carrizo sino también los afrocordobeses, aquellas personas que se animaron, y muchos con orgullo, a dar su testimonio sobre su raíz africana.

El legado africano está en nosotros, en nuestro lenguaje diario, en la comida, en la música, hasta un candombe cordobés existió, diferente del candombe rioplatense. La danza: el malambo, por cierto, palabra de origen bantú (Malabo es la capital de la República de Guinea Ecuatorial) y también remitirse al libro de Oderigo para nutrirse de la bella información sobre Malambo y su origen en el Congo. Las personas esclavizadas que estuvieron en la Provincia de Córdoba principalmente fueron transportadas de lo que hoy es la República Democrática del Congo y Angola, si bien hubo algunas otras que vinieron de la parte mas ecuatorial con la raíz Yoruba. Los yoruba hoy están en Nigeria, Togo y Benín, desde los puertos de Ouidah (Benín) partían los barcos con población esclavizada. Antes de embarcar los hacían dar 7 vueltas alrededor de un árbol al que los empresarios de las compañías esclavistas llamaron El árbol del olvido. En esas siete vueltas debían olvidarse de todo: de su lengua, de su religión, de su familia, de su ubicación geográfica, etc… Luego, antes de subir al barco los hicieron pasar debajo de un arco que tenía escrito: La Puerta del No Retorno. Hoy allí en Ouidah, existe un Memorial con toda la información para que la gente conozca lo que sucedió. Allí era un punto de partida de la ruta del esclavo. Otro fue el puerto de Cabinda en Angola, que sigue llamándose así hoy. Lo más sorprendente es encontrar a 40 minutos de Jesús María, por un camino de tierra, un paraje llamado Cabinda. Ocurre que el historiador no se interesó en informar porqué se llamaba así el lugar, ni tampoco otros emblemáticos de Córdoba como Candonga, Tulumba, la quebrada de Bamba, que no era indio sino negro como queda probado en la obra del gran historiador cordobés Efraín Bischoff (ver "¿Quién fue Bamba?"). Para el historiador argentino, salvo raras excepciones como el caso de Bischoff, los negros no contaban, no tenían alma para ellos. Eran mercancía, no habrían dado a la humanidad nada. Sin embargo hoy son miles de publicaciones acerca de los conocimientos ancestrales de los pueblos del continente africano. Nos dejaron, a través de su tradición oral, el conocimiento enigmático del sistema del universo a través de los escritos obtenidos por etnólogos y antropólogos tras décadas de haber entrevistado a la población Dogón, Bobo, Bambara, Akán. El sistema del mundo según la cosmogonía Yoruba se forma por la comunicación de 256 energías (sistema animista) y hoy la ciencia reconoce en el universo 256 partículas que están interconectadas y que forman y sostienen este mundo colorido. Los Dogón (habitan hoy en Malí) han dejado atónitos a los antropólogos con sus conocimientos acerca del ADN, así como también de la estrella Sirio y sus acompañantes, de todo el funcionamiento de 14 mundos paralelos cuando hoy recién se está hablando entre científicos de la posibilidad que exista un espejo de este mundo pero a la inversa.

Tuvimos un presupuesto para poder rodar 3 semanas con un equipo de unas 15 personas, sin contar a quienes entrevistamos. Me hubiese gustado filmar en Candonga y en Alta Gracia, quedó pendiente, tal vez para una segunda parte, si tuviéramos apoyo del Gobierno de Córdoba que no tuvimos para este filme. Sí tuvimos apoyo del INCAA y de los municipios que acompañaron el rodaje: Capilla del Monte, Jesús María, Tulumba, Cabalango, Nono y La Granja.

La película MACONGO, LA CÓRDOBA AFRICANA, fue rodada en soporte fílmico y no digital dado que toda mi filmografía está en fílmico. En este caso optamos por el negativo de 16mm. El filme dura 113 minutos. Algunos efectos se hicieron con una cámara de Super 8mm pues se me ve a mí filmando con esa cámara en los lugares memorables que nos dejan esta huella tan importante.

A este negacionismo le siguió siempre la dificultad de hablar del hermano y hermana negros, al punto de evitar usar esta palabra al dirigirse a ellos por considerarla ofensiva a lo cual, todo empeoró y cuando los blancos empezaron a llamar a las personas negras como gente de color fue un efecto boomerang. Pero Léopold Sédar Senghor, poeta y político senegalés, primer presidente de Senegal, dedicó un notable poema en relación al conflicto del blanco con la expresión negro:

Querido hermano blanco:

cuando yo nací, era negro,
cuando crecí, era negro,
cuando estoy al sol, soy negro,
cuando estoy enfermo, soy negro,
cuando muera, seré negro.


En tanto que tú, hombre blanco
cuando tú naciste, eras rosa,
cuando creciste, eras blanco,
cuando te pones al sol, eres rojo
cuando tienes frío, eres azul
cuando tienes miedo, te pones verde,
cuando estás enfermo, eres amarillo,
cuando mueras, serás gris.


Así pues, de nosotros dos,

¿quién es el hombre de color?


Muchos medios de comunicación no se preocupan demasiado y siguen poniendo todos los días "Lunes negro en los mercados" "Plata negra de los políticos" "Día negro", etc… 

Allá ellos.


Pablo César

Director


Sobre el autor:

Pablo César (Buenos Aires, 26 de febrero de 1962) es un director, productor, guionista y profesor universitario argentino de cine. Comenzó su carrera como cineasta en la escena porteña del cortometraje independiente en formato Super-8,​ realizando más de veinte obras entre los años 1970 y 1980, entre las que destacan Del génesis (1980), Ecce civitas nostra (1984) —codirigido con Jorge Polaco— y Memorias de un loco (1985). En 1983, César dirigió su primer largometraje en Super-8, De las caras del espejo, volcándose al formato de 35 mm a partir de su segundo largometraje, La sagrada familia (1988). César ha sido pionero en desarrollar coproducciones entre su país y naciones de África y Asia del Sur. Es el primer director argentino en realizar coproducciones con la India, y el único cineasta de América Latina que ha dirigido coproducciones con países africanos, incluyendo Túnez, Benín, Malí, Angola, Namibia, Etiopía, Marruecos y Costa de Marfil. En 1994 estrenó Fuego gris, película sin diálogos que contó con diecisiete composiciones originales de Luis Alberto Spinetta, la única banda sonora en la carrera del músico. La obra de César —íntegramente realizada en formato fílmico—​ es considerada un exponente del cine independiente y de autor, caracterizada por su uso poético, simbólico y contemplativo del lenguaje cinematográfico. El contenido de sus películas está influenciado por sus estudios sobre la mitología, la etnología y la etnografía de varios países, explorando temas tales como el poscolonialismo, el legado de la filosofía y cosmogonía africana,​ los lazos entre Oriente y Occidente, el impacto de la comunidad afrodescendiente en Argentina, y la puesta en jaque de las prácticas tradicionales de representación de África y la India.

Biografía y filmografía completa, en Wikipedia: Pablo César


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