El Miedo

10.09.2025

Viaje a Venezuela


Textos: Andrés Dunayevich
Fotografías: Fernando Mercado


En La Vega suenan los Tambores de San Juan (Foto: Fernando Mercado)
En La Vega suenan los Tambores de San Juan (Foto: Fernando Mercado)


Un ritual. Suenan los tambores. Un sonido atávico que nos transporta en el tiempo. Palos y troncos. Danzas y voces. Tradiciones ancestrales. Los latidos dan inicio a este viaje. La comunidad de La Vega se organiza durante todo el año y van bajando de las laderas con sus vestimentas, instrumentos y banderas. Mujeres danzando, sigue la música, todo se va integrando. Hay abrazos. Es alegría, son sonrisas, también llantos. La gente no para de bailar, no puede dejar de hacerlo y lo hará hasta que salga el sol. Son los Tambores, Los Tambores de San Juan los que nos hacen entrar en una especie de trance y sentir qué somos parte de un todo, que somos parte de lo mismo. Todo es circular. Estamos en Caracas, Venezuela.

Los Tambores de San Juan tienen profundas raíces en la cultura afrodescendiente de Venezuela (Foto: Fernando Mercado)
Los Tambores de San Juan tienen profundas raíces en la cultura afrodescendiente de Venezuela (Foto: Fernando Mercado)
Los Tambores necesitan ser calentados previamente para su afinación (Foto: Fernando Mercado)
Los Tambores necesitan ser calentados previamente para su afinación (Foto: Fernando Mercado)
 Esta festividad, que tiene lugar cada 24 de junio, es reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO (Foto: Fernando Mercado)
Esta festividad, que tiene lugar cada 24 de junio, es reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO (Foto: Fernando Mercado)
La fiesta es una expresión de fe y agradecimiento a San Juan Bautista, a quien se le atribuyen poderes milagrosos y se le considera un santo protector (Foto: Fernando Mercado)
La fiesta es una expresión de fe y agradecimiento a San Juan Bautista, a quien se le atribuyen poderes milagrosos y se le considera un santo protector (Foto: Fernando Mercado)

Iniciamos el desafío de vivir 10 días en Venezuela

Todo comenzó con la invitación para participar de la Primera Muestra de Cine Militante de Caracas con la proyección del documental que dirigí desde EL CAMBOYANO PRODUCCIONES con Tiempos Circulares y El Grito del Suquía.

En esta serie de crónicas que presentaremos en la Revista Tierra Media, nos proponemos la imposible tarea de contar a Venezuela. Por su inquietante complejidad, sus contradicciones, lo que se dice y lo que no se dice. Los fragmentos de lo que fuimos viviendo se reflejan a través de las historias de vida que conocimos y que quizás nos permitan comprender un poco de este inmenso e increíble país.

En esta serie de textos me gustaría hablar de los miedos. Nos llegaban mensajes de amigos y familiares con la misma, constante y repetitiva palabra "Cuídate". Vos estás loco. Donde vas a parar. Miedo a que el "gobierno dictador" te meta preso, que no vas a poder volver, te van a dejar guardado. Ahí comenzamos a tomar verdadera conciencia sobre lo que representa Venezuela para muchos. El miedo real, el imaginario. El que nos inculcaron o el que nos contaron los propios amigos inmigrantes de este país. Fueron tantas las noticias de los principales medios de comunicación que la impresión era terrorífica.

Nos llegaron los tickets de vuelo dos días antes de viajar. Así que no tuvimos mucho tiempo para prepararnos, organizar, ni saber a dónde íbamos. Esa misma noche lo llame a Fernando mi compañero y editor del documental que presentaríamos en el festival. Lo enganché con algunas copas de más, desconcertado y sin entender que el viaje ya se había concretado.

Nos dijimos vamos a la aventura. Vamos a conocer este país. Para eso estamos. Este es nuestro "IKIGAI", nuestra forma de militar o aportar algo al mundo. La narración de historias. Así que cargamos la cámara por las dudas surgieran historias y posibles documentales. La curiosidad es la génesis de todo documentalista. Igual me compartió de sus preocupaciones y las de su familia. Pero cuando el deseo se enciende es difícil de detener.

Viajar dicen es tirarse un poco al vacío. A través de estas historias podremos ir reflexionando sobre la realidad venezolana, los prejuicios, los miedos propios y ajenos para pensarnos como Latinoamérica.

Andrés Dunayevich, cronista de esta nota, en el barrio de La Vega hablando con los niños y niñas el día de la llegada a Venezuela (Foto: Fernando Mercado)
Andrés Dunayevich, cronista de esta nota, en el barrio de La Vega hablando con los niños y niñas el día de la llegada a Venezuela (Foto: Fernando Mercado)
Cancha de básquet y baseball multiuso donde juegan los “chamos” en el barrio de La Vega (Foto: Fernando Mercado)
Cancha de básquet y baseball multiuso donde juegan los “chamos” en el barrio de La Vega (Foto: Fernando Mercado)
Las famosas chimeneas de la ex fábrica de cemento que representan y se ven en el barrio de La Vega (Foto: Fernando Mercado)
Las famosas chimeneas de la ex fábrica de cemento que representan y se ven en el barrio de La Vega (Foto: Fernando Mercado)


En esta seguidilla de crónicas contaremos la historia de la comunidad de La Vega, en Caracas con la magia del ritual de Los Tambores de San Juan, la historia de Jhon y su trabajo con el reciclado y la inclusión de "chamos" jóvenes con distintas problemáticas sociales. Conoceremos a los artistas Black 7 un rapero de la comunidad y a Víctor Medina artista plástico militante Chavista y pintor muralista. A través de la historia de amor de Eliezer podremos comprender lo que sufrió realmente el pueblo venezolano con el bloqueo impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos.

En paralelo, iremos narrando en primera persona algunos imprevistos y situaciones conflictivas que vivimos recorriendo las calles de Caracas. Presentaremos fotos, videos y la redacción de las impresiones que fuimos senti-pensando en este viaje.

Me gustaría ser siempre como soy cuando viajo. ¿Será que nos hace bien conectarnos con nuestra parte nómade? ¿Los miedos se diluyen cuando nos ponemos en movimiento? El viaje nos obliga a enfrentarnos a nuestros miedos para conectarnos con otros o con nosotros mismos. Nunca, nada es lo que parece, aunque en algo se parezca. Utilizamos la narrativa del camino del héroe, en el sentido del viajero que vuelve transformado, habiendo enfrentado sus miedos y vuelve con un aprendizaje para compartir.

"Dicen que viajando se fortalece el corazón".

De lo que no estamos hablando es del verdadero miedo. El miedo al amor y de eso hay que cuidarse. Uno ya no está en edad para enfrentar ciertas cosas. Pero eso lo dejaremos para el último capítulo.

Somos las historias que nos contaron y nos contamos





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