Festival de Teatro de Rafaela

10.08.2025

20 años y no para de crecer


Guadalupe Pedraza


santafecultura.gob.ar
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Todos queremos estar en el Festival de Rafaela, allí confluyen las más interesantes y reveladoras propuestas

En una esquina de Rafaela, alguien espera para sacar entradas para el festival. No sabe para qué obras conseguirá y, como ella, cientos de personas hacen fila. Pero no importa: ir al teatro durante el festival es un ritual sagrado, una necesidad innegociable que resiste cualquier algoritmo. Así empieza este viaje.

Y así, en estos días atiborrados de cinismo y medidas de crueldad imperdonables, el Festival de Teatro de Rafaela se convierte una vez más en un refugio donde recordar y pensar el futuro, desear otra vez cosas imposibles e inútiles, ejercitar la emoción, la memoria y la imaginación.

Llego por las mismas razones, viajando desde Córdoba capital. En colectivo recorro más de 300 kilómetros, mirando el paisaje y el programa. Lo único que sé es que me encontraré con periodistas y críticos de Rosario y Buenos Aires con quienes comparto el mismo vicio. El objetivo es claro y algo demencial: ver las 30 obras en los seis días que dura el evento y escribir algunas notas donde intento leer este acontecimiento como lo que es: una política de lo sensible.

Cómo es la propuesta del festi

El festival se convierte en un gran abrazo que contiene y alienta, como lo describe su director artístico, Gustavo Mondino. Organizado por la Secretaría de Educación y Cultura de la Municipalidad de Rafaela en cogestión con el Ministerio de Cultura de la Provincia de Santa Fe. Se destaca por la diversidad y calidad de su programación en mayúsculas, la impactante fidelidad del público y las Rondas de Devoluciones con café entre plumas especializadas y artistas sobresalientes.

También, la programación incluye montajes de Laboratorios que, desde hace 5 ediciones, buscan incentivar la formación, producción y creación local, vinculando a los y las artistas de la ciudad con referentes de la escena nacional.

La edición número 20 se extendió desde el martes 8 al domingo 13 de julio. En las salas de teatro de la ciudad, durante seis días, circularon grupos con trayectoria, figuras reconocidas del teatro nacional, periodistas de distintas latitudes y un público enamorado del encuentro con el teatro.

Toda curaduría es política

Toda curaduría es política. Y esta edición del festival lo dejó en claro desde el inicio. Obras que, en tiempos ásperos, apuestan fuerte y amorosamente por lo humano. A continuación, comparto algunas de las piezas que entre muchas otras, con distintos lenguajes y potencias, encendieron preguntas y dejaron marcas.

Flota, Rapsodia santafesina
Flota, Rapsodia santafesina

Flota, Rapsodia santafesina, de Compañía Hasta las Manos (Santa Fe). Llega después de un largo camino de más de 20 años, con una herida que aún permanece abierta. "Soy inundado", dice Manuel Venturini: ese suceso es parte de su identidad. Los artistas tenían 15 y 18 años cuando lo perdieron todo en las inundaciones de Santa Fe. Se propusieron narrar lo vivido apelando a un archivo afectivo y documental profundamente arraigado. La experiencia de la vulnerabilidad se vuelve, aquí, universal: nos permite ponernos en los pies descalzos cubiertos de barro de aquellos días difíciles. ¿Dónde se coloca el espectador en un espacio de duelo, verdad y resistencia? Recolectan estos materiales y los hacen poesía, trinchera política y sedimento de la memoria con honestidad: hasta la sala se convierte en un centro de evacuados. ¿Cuándo una obra deja de ser arte y empieza a ser archivo vivo?

Seré
Seré

Seré, de Lautaro Delgado Tymruck y Sofía Brito (CABA), la función fue un acto de magia inquietante y profundamente conmovedor al mismo tiempo. La actuación de Lautaro y el dispositivo escénico no dejaron respirar al público hasta el final. Se trata de un trabajo escénico a partir del testimonio de Guillermo Fernández en 1985 durante el Juicio a las Juntas sobre su secuestro y fuga del centro clandestino de detención llamado Mansión Seré. Este manual de supervivencia, es una canción de esperanza porque llena el aire de posibilidades aún en el más oscuro de los escenarios. ¿Qué permanece en la voz de quien desafió al terror? Este gesto valiente de la compañía se aparta de la mera crónica para dar una vuelta de rosca, un salto hacia la potencia del teatro como acto de memoria y resistencia.

Ante
Ante

Ante, de Ivor Martinic, por compañía Teatro Casero (El Bolsón) la acción transcurre alrededor de una mesa, donde conocemos a Ante, el día que cumple 12 años, donde solo vive con su padre porque su madre murió a causa de la guerra.

¿Cómo dialoga un niño con la pérdida y el abandono? ¿Puede la escenografía, que invita a la cercanía y la complicidad, transformar al público en familia? Ante interroga la fragilidad de los vínculos y el tiempo que pasa, y nos obliga a percibir con la piel, a sentir la tensión de un niño ante sus miedos y traumas.

Una canción para siempre
Una canción para siempre

Una canción para siempre, del grupo La Máscara con dramaturgia y dirección de Gustavo Mondino (Rafaela) ¿Qué se dice cuando se canta? ¿Qué se revela en una noche de risas, copas y canciones, cuando el cuerpo afloja y la lengua también? Una canción para siempre, es una comedia dramática que retrata a un grupo de amigos en una noche donde lo no dicho encuentra su momento para irrumpir. ¿Qué secretos pueden cambiarlo todo de un momento a otro? ¿Es posible regresar a ese instante donde todo parecía estar bien? Entre brindis y confesiones, el elenco sostiene una puesta que equilibra el humor con la nostalgia. Porque a veces una canción puede no salvarnos, pero sí acompañarnos.

Rentera o la primera cena
Rentera o la primera cena

Rentera o la primera cena, de Nicolás Monutti, por el Grupo De Contra (Rafaela). Una pieza que despliega, en un espacio pequeño e íntimo, la tensión creciente entre tres personajes al borde del abismo. Todo se magnifica: cada gesto, cada objeto, cada palabra. La precisión actoral, la geometría del espacio escénico y una utilería minuciosa sostienen este mundo donde nada sobra.

Tres nadies que no pueden pagar la renta, atrapados en una angustia que los empuja hacia un desenlace impensado. ¿Qué clase de libertad puede engendrarse cuando lo único que queda es la desesperación?

Caza de pájaros
Caza de pájaros

Caza de pájaros, de Toto Castiñeiras, Laboratorio con artistas de Rafaela. La función doble del Laboratorio con actores y actrices de Rafaela contó con sala llena. Nos presenta un grupo numeroso en escena para contarnos mil historias que salen volando como pájaros de cada acción. Bandadas de pájaros irrumpen con una violencia inexplicable. ¿Qué representan esos cuerpos alados que atacan sin piedad? ¿De qué está hecha esta alegoría donde lo absurdo irrumpe en la burocracia hasta volverla carnicería?

Fulanos, alguien, algunos, nadie, ninguno
Fulanos, alguien, algunos, nadie, ninguno

Fulanos, alguien, algunos, nadie, ninguno dirigida por Gerardo Hochman, por compañía La Arena (Buenos Aires). Con un elenco joven donde cada acrobacia parece hecha sin esfuerzo ni dificultad, Eluney Pérez Johansson, Juan Cruz Martínez Mosquera, Camilo Olivares, Zoe Madera D'Addario, Zoe Cormillot y Gonzalo Castelli dan vida a estos personajes que saltan, giran y trepan, pero también ríen, se asustan o se enamoran. En una especie de homenaje a los cronopios de Cortázar, estos fulanos elásticos, ágiles y livianos desafían las fuerzas de la gravedad trabajando con escaleras para inventar grandes momentos donde el público de todas las edades goza y se emociona.

Ha muerto un puto (foto: Martina Perosa)
Ha muerto un puto (foto: Martina Perosa)

En Ha muerto un puto, Gustavo Tarrío (CABA) rescata la figura de Carlos Correas, escritor cuya carrera quedó trunca tras la censura de su publicación: "La narración de la historia", considerado el primer relato homosexual en la literatura argentina. Pero la obra va más allá de la biografía: es un cruce de imágenes, música exquisita y reseñas de televisión, que con las actuaciones de María Laura Alemán, Vero Geréz y David Gudiño, reconstituye miradas sobre Correas y su historia. ¿Qué significa rescatar una voz que se intentó silenciar?

¿Dónde queda el lugar del artista cuando su obra se vuelve un territorio incómodo para la cultura? Interroga el presente con sus ecos, invitándonos a escuchar, sentir y repensar el legado de aquellos que se animaron a decir lo que nadie quería oír.

Muerde
Muerde

Al peculiar mundo de Muerde, obra escrita y dirigida por Francisco Lumerman e interpretada por el premiado Luciano Cáceres, se ingresa en silencio y con mucha atención. La potencia performática del actor nos lleva por un oscuro relato donde las palabras cobran una fuerza inusitada. El abandono se logra percibir como un lugar de donde no se puede salir. El texto dicho de corrido, sin pausas, ancla en el cuerpo y la voz incontables heridas poniendo al actor al límite. La propuesta fue ovacionada de pie.

Las Tres Hermanas
Las Tres Hermanas

La única función del clásico cordobés, Las Tres Hermanas, versión libre de David Picotto, se presentó en el Teatro Laserre, con la capacidad agotada, a pesar de que es una sala grande para unos más de 400 espectadores. Con una caja a la italiana y un grato pasado como sala de cine. En medio de la ovación, el equipo completo saludó y leyó un mensaje de contundente apoyo al INT y en defensa de la Ley Nacional del Teatro 24.800, ante el desmantelamiento que significa el decreto nacional 345/25. En ese momento pareció venirse abajo la sala por el estruendoso vitoreo que surgió desde las butacas. Sin duda, los 12 años recorridos desde su estreno, lograron a empoderar la obra y le dan esta impronta, donde los distintos materiales trabajados generan un espectáculo que cautiva la mirada y no deja de sorprender a lo largo de los 95 minutos. La propuesta con mucha soltura y humor presenta una variedad de idiomas y juegos con el doblaje en audio y con el uso de subtítulos. La magia del dispositivo seduce y complementa la precisa performance de los intérpretes. El artificio visual aún impacta. Y, como todo lo que perdura, sigue generando nuevas preguntas con el paso del tiempo.

Un hasta luego

Un nuevo mapa de conversaciones se configura a partir de esta gran convocatoria del festival. Las conversaciones también tienen silencios y momentos, pero lo más importante es que la conversación continúe.

Ronda de devoluciones
Ronda de devoluciones

Sin duda, el lugar del encuentro potenciado, estallado, que significa asistir a un festival de teatro, no tiene comparación. Tanto para los artistas como para los espectadores, es un espacio de juego, de seducción, de conocerse y mucho más. Uno, como espectador, se sonroja desde la grada, llora desconsoladamente o contiene la respiración. Al final, logra gritar "¡bravo, bravo!" o dejarse las palmas rojas de tanto aplaudir. Miramos como enamorados a los artistas, les abrazamos si podemos. Porque cuando actúan, no solo hablan por sí mismos: invocan otras voces, otras memorias. Y al aplaudir, los espantamos… o los abrazamos un rato antes de dejarlos ir. Si eso no es político, afectivo, colectivo y humano… no sé qué lo sea.

La programación invitó a la escucha atenta: de una voz sobreviviente que escapó de Mansión Seré, de un niño que no acepta la muerte de su madre, de un escritor silenciado por su deseo, de trabajadores del Estado invadidos por pájaros violentos, de tres hermanas que siguen preguntándose por el sentido de sus vidas, entre mucho más.

El festival fue también una plataforma para la dramaturgia local con obras como Rentera o la primera cena, Una canción para siempre. Cada pieza trajo su propio modo de preguntar, de abrir silencios, de dejar huellas.

Y algo más: la conversación no terminó cuando se bajó del escenario. Continuó en las Rondas de Devoluciones, en esa red afectiva que se forma entre quienes hacen y quienes miran. Rafaela hace eso: desarma las distancias, acerca al encuentro.

No paramos de festivalear, y por suerte. Porque eso también es resistencia: seguir reuniéndonos a mirar, a emocionarnos juntos, a preguntar con el cuerpo.




Guadalupe Pedraza

Comunicadora social, crítica cultural, intérprete escénica e investigadora. Forma parte de la Red Latinoamericana de Profesionales para el Desarrollo de Públicos (REDLAP).


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