Hablar de colores en la oscuridad II
El arte en general es un acontecimiento, pero lo que es un verdadero acontecimiento es la exposición individual del querido Aníbal Buede: "Pinturas", en el Museo Genaro Pérez. El gran inspirador de artistas, dador de pistas, abridor de puertas, plantador de inquietudes vinculadas a las artes que es Aníbal, ha dado la vuelta a sí mismo para reencontrar el viejo susto de la obra, o de obras que son, de algún modo, una misma obra perpetua. Curador de esta sección de interacciones artísticas de nuestra Tierra Media, donde se abren archivos personales del vivir con las artes, las incertidumbres, los tanteos e iluminaciones, le pedimos relatar su propio imaginario del oficio, con vistas a la pronta inauguración. En respuesta, planteó un diálogo con una interlocutora lúcida, pintora de lo tenue, de lo doméstico y lo vegetal, Inés Beninca. De ese intercambio surgen secretos, se nombran amuletos, pasiones, obsesiones.

7 de junio de 2025
Beninca - Retomando las preguntas anteriores, no sé que sería si no fuese artista porque lo que hacemos -me parece- parte de esa premisa. Es una forma de pensar. No estoy muy segura de lo que digo, pero, en todas las cosas en las que trabajé y para la gente que trabajé siempre lo hice desde ese rol. Preguntándome cómo activar cosas para cambiar el mundo. Vos estudiaste cine, ¿serías otra cosa en vez de artista?
8 de junio de 2025
Buede – Quizás formulé mal la pregunta. Yo lo que quería saber es el momento en que vos te cruzas con el arte, ¿Qué estabas haciendo? A lo mejor fue de pedo... ¿Cómo fue? ¿Cómo fueron esos momentos? Yo lo tengo muy identificado. Eso quería saber. Lo que vos me estas contando es casi como vos elegís el arte todos los días de tu vida. Yo quería ir al comienzo.
Y si, yo estudié cine y arquitectura muchos años. Y eso ha hecho mella, seguro. Viste que por ahí hacía cosas de historia, de hijos que buscaban al padre… yo creo que eso tiene que ver con el cine. Es más, creo que en un momento lo pensé como una peli. Y mucho tiempo trabajé con instalaciones, eso venía de la arquitectura. Me quedo esperando ese momento pues, como cuando un hijo le pregunta a los padres cómo se conocieron.
Beninca - Me hiciste pensar en ese primer vínculo con el arte. Capaz que no voy a hablar del arte per se, sino sobre un experimento que hacíamos con una amiga en el patio de mi casa cuando éramos chicas en Rafaela. Juntábamos cositas: un pedazo de pasto, un poco de barro, después le poníamos vinagre, azúcar, y lo mezclábamos con una ramita. Y lo guardábamos, lo escondíamos para que mi mamá no lo encuentre. Capaz que algunos nos lo olvidábamos, pero cuando volvíamos a buscarlos después -si me acordaba- me encantaba ver qué pasaba con eso. Como una especie de experimento de laboratorio de mezclas.
Ahí encontraba algo mezclando cosas y esperando que algo suceda. Que los materiales se hagan cargo de que están siendo deteriorados o mejorados por el otro material. Y no sé si eso es arte pero algo de mezclar cosas me gusta mucho, todavía ahora. Y en relación al mundo del arte, una vez fuimos a una muestra en Arhus, una galería que duró más de 40 años en Rafaela y lo vi en vivo a Carlos Alonso. Me pareció lindo que alguien pinte, algo así. Me pareció emocionante que alguien -esta persona- se encerraba a pintar. Pensé en que era una persona que podía romper con todo y a la vez hacerse cargo de lo que tiene ganas hacer. Aunque sea una pavada pintar.
9 de junio de 2025
Buede- Uy, mira. Nunca me habéis contado eso, aparte me encantaba que te daba gracia mientras contabas lo de los experimentos. Pero, escuchá, era como un acto de fe que pasara algo. Pero te empujo un poco más, lo viste a Alonso ahí, viste la figura del artista, fue ahí que dijiste: yo quiero ser artista ¿y te anotaste a la escuela de arte? ¿Cómo fue? ¿o alguien te dijo? Bueno, un empujoncito más.
12 de junio de 2025
Beninca - No, no fue que lo vi a Alonso y dije: quiero ser artista. Sino que me generó una pregunta que después de a poco la fui encontrando en el arte. Porque era chica, tipo 10, 12 años y yo iba a pintura con Lili Giraudo en Rafaela. Y después, ¿Cómo me metí en el arte? Ni idea, Buede. Cuando me fui a Holanda a los 16 ya fui a una escuela de diseño, restauración y… relacionada a los oficios, más que al arte. Y a mi había algo que me copaba y otra cosa que no. Lo que no me copaba era que todo estaba centrado en un cliente, y creo que lo divertido del arte es que no trabajamos para nadie, ¿no? Primero, hay algo que me parece lindo que es generarte tus propios ingresos. Cada vez más, trabajo de cosas random, en el sentido de que es muy amplio el mercado para el que trabajamos. No es que trabajamos solamente para el coleccionismo, ni para municipalidades, ni para… ¿no? Eso me encanta, ir armando un Tetris entre lo que gano, lo que gasto… Pero la verdad no tengo muy en claro cuándo dije quiero ser artista.
13 de junio de 2025
Buede - Mirá, al final no encontré lo que estaba esperando, porque quizá lo que estaba esperando era algo más del orden de la idealización. Un acontecimiento o una serie de acontecimientos generalmente fortuitos que nos llevan ahí. A algo que descubrimos de repente. Entiendo ahora que por eso no te lo podía sacar, porque es una especie de construcción en el tiempo. Al final no pude llegar donde yo quería, pero aparece otro problema. Cuando decís, esto del Tetris entre lo que gano y lo que gasto, me remitió directamente al Diario del dinero de Rosario Bléfari. Y después aparecen una serie de contradicciones que son las que a mí me gustan, que a vos no te copaba que estaba centrado en un cliente… Y después, aparece acá la palabra mercado, el mercado para el que trabajamos. Como una cosa más amplia no solamente el coleccionismo, las municipalidades… Pero hay algo externo, entonces hay algo externo sobre nosotros, donde ahí ponemos nuestras expectativas económicas y de capital simbólico. Entonces me aparece la pregunta que está ahí presente, si el arte es un trabajo. Ya son dos preguntas sin contestar, jaja aunque la primera la respondiste sin decirme lo que yo quería escuchar.
Beninca- Si, para mí el arte es un trabajo pero no es que trabajamos para alguien, sino para muchos y para un otro generado por nosotros mismos. Me parece que es más difícil encontrar la figura del otro claramente. Y eso me parece complejo e interesante, ¿Por qué tal vez trabajamos para un otro inexacto o deforme -para decirlo de alguna manera- que no es ese otro el que nos da la retribución económica con la que comemos, no? Entonces me parece que esta buena esta discusión: ¿Quién es ese otro? Porque yo puedo estar trabajando temporalmente contratada para una municipalidad, pero tal vez ese otro para el que yo trabajo, fantasma, es muy distinto. Sin embargo, ceno con el sueldo temporal que me da una municipalidad.
Para mí sí, porque también me resulta muy difícil trabajar afuera del arte, siempre trabajo a partir o a través de los mecanismos en los que el arte pareciera estar metido. Porque también siento que el arte es una molestia en muchos lados, no? La cultura es incomoda, mucho más incómoda que hasta la medicina. Porque en la medicina, o trabajas para un hospital, o trabajas para un sanatorio. Ahí está muy claro quién te paga, quién es el jefe. Ahí lo vertical de la jerarquía está muy claro y en el arte no y eso es divertido y complejo.
Para vos, ¿el arte es un trabajo?
Buede- Es cierto, es cierto que el cliente, entre comillas, ya que usaste esa palabra al principio es más difuso, pero no tanto.
Y con respecto a tu pregunta, para mí no es un trabajo, o no tendría que serlo, pero... eso también tiene que ver con lo que yo espero del arte, porque ahí se empieza a jugar una idea que para mí es vital dentro del campo del arte que es la soberanía y, más o menos difuso, hay reglas del juego, no tan precisas pero las hay.
Y entiendo que para cumplir con estos "parámetros" tenemos que empezar de poquito a bajar la bandera de la soberanía y eso es lo que me saca.
Digamos, también es muy cómodo decirlo desde mi lugar, soy docente y cobro un sueldo del estado pero, en fin, tampoco soy un ejemplo de nada.
Mi ideal del artista es que trabaje de otra cosa, no sé, tener una mercería, o algo así. Tendrá menos tiempo para dedicarle a su obra pero esos puchitos cargarían con una libertad que es la que a mí me interesa.
Si, ya sé que estoy romantizando pero bueh, soy artista, cómo no me voy a permitir romantizar?
14 de junio de 2025
Beninca- Sí, capaz que mi postura ya es un poco aceptando las leyes y perdiendo soberanía, pero creo igualmente que hay un marco sobre el cual podemos activar y gestionar nuestros actos de una forma muy particular y divertida. Es cierto que hay formas de hacer y pautas no dichas en el campo del arte pero no para los artistas, entonces ahí hay un lugar divertido donde estar, y en el que estar alrededor de y con tantos artistas increíbles. Pero sí, Buede, vos sos un lobo perdido, pero encontrado y respetado. No sé que significa eso, pero lo charlamos en el Museo Genaro Pérez, voy la primer semana de julio para allá. El sábado nos podemos juntar a charlar.
Buede- Me quedé pensando en tu pintura, y en esa se me ocurría… todo esto que estoy batiendo, esta chabona lo está tirando por la borda, porque ahí, no solo en tus pinturas sino en la relación que generas con el campo del arte… claro que hay soberanía. Lo que pasa es que lo leo como una excepción, o excepciones, pensando en que, como bien decís, hay otros artistas que también llevan sus prácticas por allí.
Dale, ya pongo fecha para tu incursión por Córdoba; Sábado 5 de julio, a la tardecita, a tomar whisky y a seguir esta conversa en el Museo. Okay?
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"Pinturas", exposición individual de Aníbal Buede, se puede visitar en el Museo Genaro Pèrez, Av. General Paz 33, de martes a domingos de 9 a 19 hs. Córdoba, Argentina.
* Créditos de las fotos: Fernando Vélez, Omar Charaf, Sergio Langer, Gaspar Núñez, Natalia Ferreyra y Museo Genaro Pérez.
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