Historia de la tristeza, de Raúl Lafuret Pereyra
Poema visual. Borde Perdido Editora (2021)
"La línea saca a la luz aquello que el vacío mantiene oculto"
Diálogo entre Raúl Lafuret Pereyra y Pablo René Belzagui
El tiempo dice. Con Raúl nos conocemos desde hace muchos años, cuando nos encontramos en un Taller de Guion en la Biblioteca Popular de Bella Vista. Desde allí iniciamos un camino de diálogos, de conversaciones con extensiones y profundidades diversas, que se mantiene. Algunas veces, sin un tema más que invocar la charla; otras, como en este caso, lo que convoca es una de sus propuestas artísticas.
"¿Sabe por qué? Porque el poeta suele ser la conciencia de la felicidad perdida… Y realizable…" es una respuesta que le da Juan L Ortiz en una entrevista a Vicente Zito Lema sobre la necesidad del poeta.
RLF - La conciencia dialéctica de las cosas, decía el peruano Cesar Vallejo, el poeta, cuando se refería al arte. Hablaba de las respuestas sin preguntas, como el espíritu del Arte. La diferenciaba claramente de las preguntas sin respuestas que las adjudicaba al espíritu de la Ciencia, o la curiosidad echa inquietud. Considero de mí parte que la inquietud es el nudo más fuerte que tensa el lazo entre Arte y Ciencia. La inquietud nos arrastra a la difícil tarea de la búsqueda de la conciencia y se extiende a aquello que llamamos mecanismos de la conciencia, que se emparenta al cometido de nuestras referencias humanas, nuestras conductas y sus condiciones de manifestar la visión de mundo. Anexo a ésto, el entender que somos puro pasado o vetusto presente.
Entonces, cuando traslado esta idea a un Retrato de Persona, espero que me engañen, que me distraigan, que me escondan. No creo en la transparencia...
RLF - El artista sólo bosqueja su obra, y entrega esa traza para poder hilvanar con los espectadores la acción final de dar forma. Así la tarea del artista se convierte en tarea inconclusa pero no falta de elementos, que mudan su escasez a la pluralidad de las miradas ajenas. El artista traza la línea infinita, una estría que se reduplica con cada existencia que desee apreciarla y otorgarle sentido. Ocasiona material maleable a la foránea experiencia de existir. Ese material es pura apariencia, la experiencia de existir es pura resolución personal.
La imagen es pensamiento en desarrollo. También, la imagen es adoctrinamiento, dogmatismo, ceguera.
RLF - Entre las características que relacionan al ser humano, está la capacidad de forjar y ordenar imágenes. Inmediatamente deviene el efecto enajenante y traspasador en nuestra relación con ellas. El regreso de estas imágenes pueden proporcionar una complejidad tal que se puede permanecer atrapado en desarreglos psicótico, desórdenes y trastornos mentales que hasta pueden llegar a la pérdida del contacto con la realidad, y esto nos imbuye en el aparato psíquico y su descomunal posibilidad. Estamos entonces frente a la línea y la lectura que hacemos de ella. Pero en un orden superior está la poesía, que llega y nos aleja con su mandato hacia un equilibrio de otra creencia e impresión, una disposición menos indócil que sin quitarle propiedades nos sumerge en aquello que hemos dado en llamar "los sueños", "la lírica". Estos sueños de poesía son el peldaño dificultoso que esgrime su vaguedad e indeterminación. Yo estoy entre los que creen que los términos literarios no pueden definirse. Su épica los envuelve y los transporta a definiciones superiores o inferiores. En la polaridad radica la importancia de una interrelación sin precedentes que nos permite entrar en la ostentación de existir.
Tus intervenciones artísticas son en ámbitos de lo sonoro y lo visual. Ambos, si no se combinan, tienen un perfil de receptor, eso que vos pensás como una línea, una estría, diferenciado. Lo sonoro, lo musical, suele ser expuesto ante un "auditorio"; aún cuando se lo pueda replicar en una escucha privada con posterioridad. Lo visual, en este caso la poesía, nos pone frente a una incertidumbre como receptor. Más allá de hacerle llegar el libro a personas particularizadas, el libro es de libre adquisición. Entonces, ese lector te resulta desconocido. Por lo cual el sentido que pueda otorgarle, la explicación, te deberá resultar distante. La pregunta es sobre el público, el lector, el receptor de tu obra. ¿Cómo la trabajás obra para vincularlo? ¿Por la curiosidad? ¿Por el asombro? ¿Por la búsqueda de un sentido en la obra?
RLF - Entiendo que desde el siglo XX las cosas cambiaron en el propósito y el pensamiento de los artistas con relación a sus espectadores o escuchas. Todo creció en cantidad debido a la influencia de la comunicación de masas y lo que esta forjaba. El tráfico y el intercambio de imágenes y sonidos fueron a tener (mientras el siglo xx transcurría) un sorprendente alcance global. Nace el negocio del arte y la confusión o aparición de una complejidad de perfiles de productores de arte. El arte crece en las Universidades ensanchando campos que lo alejaban del siglo XX y entra en el juego también, la especulación y el rol del estado. Esta pocas variantes (hay muchas más) hilvanan un panorama donde el artista se ve apremiado pero anteriormente habíamos dejado en claro que "todo creció" en el convulsionado siglo XX. Entre ese crecimiento surge el artista formado en importantes centros de aprendizaje incluidas las Universidades que le aportan a los creadores todo el saber histórico más la cuota de la transgresión dentro del campo de la experimentación y esta sienta bases sólidas ya que se sostiene en el conocimiento ya adquirido. La experimentación sin previos conocimientos casi carece de sentido, es un juego absurdo pero que todos tienen el derecho de jugar. En mi caso en particular, mi conexión con el público se hace más sencilla porque mi alimento está en los procesos y no tanto en el objetivo. Así entregado, el resultado se ve liberado de presiones externas evitando las coacciones. Intentando ser más claro, si bien el Arte es para mí proceso interno, una herramienta de transcurrir la existencia, no considero que este deba ser importante para los demás. Soy feliz con el Arte y pretendo dar Felicidad a la mayor cantidad de gente posible. El número final de espectadores que puedan sentir o modificar algo en su forma de percibir mi obra, es el número preciso que mi obra da en las circunstancias en que se exterioriza. Todo está en la órbita del orden terrenal.
Retomo una frase tuya: "Ese material es pura apariencia, la experiencia de existir es pura resolución personal." Sin embargo, las obras no son impermeables a los autores. Puede que en algunos casos sea más simple descomponer, y separar. En otros, la complejidad de la obra lo dificulta. Pero siempre el autor está allí. Entonces, con esa idea tuya de que la poesía nos sumerge en los sueños, ¿cuánto de los tuyos trasunta la obra? ¿No pensás que entre los intereses de los lectores puede estar el de "leerte"?
RLF - En la vida, el efecto de las cosas es anterior a su causa. Desde allí, a través del asombro, primero, de la inquietud que de esto resulta, sea través del arte o de la ciencia, nos embarcamos en una infinita búsqueda por el sentido. Si tan solamente nos asombráramos, creo que podríamos encallar en la alegría.
En mi obra "Los Beneficios de la Vanidad" (de la cual participaste) gozaba de un grado de complejidad que le otorgaba grandes vacíos. Los mismos facilitaban al espectador tanto en la fachada visual como sonora, un entendimiento del segmento percibido. Esta parte era "una parte de la gran parte". Sin duda la idea central está basada en esta frase del Fausto de Goethe y en los procesos acusmáticos. La obra se exhibía en tres escenarios separados entre sí. En los tres espacios se escuchaba lo mismo pero se veían escenas diferentes. Ahora, volviendo al vacío que esto otorgaba, entraba en juego la vanidad de todos (artistas y espectadores). Soy un convencido que en el arte contemporáneo, los artistas estamos aventajados por la vanidad del espectador. Es decir, hoy en día nadie quiere fracasar frente a la obra de arte y esto les otorga a los artistas al menos un porcentaje que rondaría el %60 como mínimo. El porcentaje que aportan los artistas termina redondeando al menos un %80, que es un proporción importante y nada despreciable para una obra de arte. Aquí sobreviene aquello de que tener algo es beneficioso y que carecer de algo es provechoso. Respondo entonces: la lectura y entendimiento del lector surge del interés de cada uno y mis sueños son entregados para la interpretación y creación de nuevos sueños. El Arte Contemporáneo disminuye la cuota de violencia simbólica, este es un signo de clase original donde si uno se empecina en las representaciones antiguas puede hallar el origen de nuevas formas, sus antecedentes.
"No tengo nada que decir, y lo estoy diciendo, y esto es poesía", decía John Cage.
RLF - John Cage, es uno de los artistas más relevantes del siglo XX, cuya vasta obra musical se ve alterada por la trascendencia que tuvo su obra 4´33´´. Una obra que solo él pudo gestarla. Yo he tenido la suerte de trabajar con Óscar Bazán, quien también se permitía husmear en territorio innovadores; así nos encontramos con performances... Denominarlas musicales, música, filosofía, poesía o encajarla en otras disciplinas artísticas les era reconocido.
Yo entiendo, también, que existen una buena cantidad de artistas que irrumpen en la escena con supuestas rupturas y que en su momento tienen la atención de los especialistas y los espectadores. Es bueno entender que son contados aquellos como los nombrados, que a través de sus trabajos artísticos alcanzan a generar nuevas estrategias en la formalización de obras de arte o abrir nuevos senderos en el terreno del pensamiento.
"El arte es una queja o un apaciguamiento." En Cage todo era interdisciplinar, su manera de proceder entretejía lo experto con lo psíquico y subjetivo, lo pragmático con lo espiritual.
Pienso que lo extraño de la poesía visual, la que convoca al extrañamiento, eso que el dramaturgo alemán llama distanciamiento, es una doble actitud, en alguna medida contradictoria: por un lado, la poesía es una invitación a habitar el espíritu; por el otro, lo visual, la imagen, es un baile alrededor de lo real, lo concreto. Entonces, observo, hay una doble entrada a la lectura que proponés. Puede que lea estados exaltados de la existencia; puede que mire dibujos sincronizados.
Pero vos resaltás el proceso, la escena donde todo esto se produce, por sobre el resultado/objetivo. Y hay una materialidad presente, que distingue y diferencia, por ejemplo, entre tu muestra de Fotografías, tomadas de la pantalla de un televisor, donde la explosión del punto eléctrico se mal-complementa con la baja calidad del video que se reproduce; y, en el caso de Historia de la Tristeza, la línea de los ¿fonemas visuales? se abstraen hasta la pureza del trazo único. Por principio moral yo descarto incluir cualquier idea de progreso, pero todo indicaría que no solamente hay una idea de "proceso".
¿Cómo pensás esto?
RLF - Lo primero que se me viene al respecto de la dualidad del resultado, es que también lo creo así y al decir dualidad nos referimos a más de uno. Existe la mixtura también, pero decisivamente creo en el peso de la experiencia de la mirada, en las circunstancias del momento presente (frente al poema, digo) y a la historia personal del que mira, que es la misma con la cual interpretamos el mundo, y claro la inmediata respuesta que nos da aquello de: "El mundo es ancho y ajeno". Por otro lado, al hacer presente que la idea de creación, en este caso y en mi trabajo en general, como lo repito casi con insistencia, se centra en los procesos y no en la búsqueda porfiada de un resultado, no descarta que el camino nos conduce a algún sitio. Ahí estaría el progreso que la línea determina. Dar pasos no necesariamente nos lleva hacia adelante y aún más alejado está la idea de que a la línea no la mueve el deseo de saber. La misma nos entrevista con el vacío, con la ausencia de un saber. La línea saca a la luz aquello que el vacío mantiene oculto.
¿Cuál es la musicalidad que tu poesía (visual) deja transmutar en esa experiencia de intercambio de sentidos?
RLF - La musicalidad está en todas las cosas ya que se trata de un fenómeno matemático y por consiguiente se escurre por todos lados, así esté en la intención, o no, del trabajo de todo artista. En unos es más notable que en otros, y esto también depende de los conocimientos del observador. Entonces ocurre que el espectador puede comprender la musicalidad de las grafías o puede estar inmersa en ella sin saberlo. La música también es el silencio, el intervalo de entrada y este fenómeno que parece tan complejo, en su forma se reduce sólo a "la permanencia, el cambio o el retorno". En resumen, puedo decir que la musicalidad en mi poesía visual me rige no por voluntad propia, sino por la manera más influyente que entendí en la producción de arte. Yo mismo me siento asaltado por estas formas que rigen mi trabajo. En otro sentido hallo la música como una respiración y una ausencia; y ahí me atrevo a decir que esa respiración, esa ausencia, está en el trabajo de todo artista y que no es necesario que alguien lo sienta de esa manera. Simplemente el fenómeno se manifiesta como tal.
¿Cuáles son las o los artistas, o procesos de trabajo, que emparentados con tu libro, podés reconocer allí?
RLF - Prefiero y me gusta empezar por los locales. Entonces nombro a Guillermo Daghero, Rosana Fernández, Soledad Sánchez Goldar y Mariana Robles. Estas últimas por sus modos, procesos, ubicación en la producción y ángulo de su mirada artística. Graciela Castillo y Oscar Bazán me hablan al oído. De los foráneos, alcanza y no puedo dejar de pensar en John Cage.
Como la última (y fundamental) pregunta kantiana, ¿qué tenemos que esperar ahora?
RLF - Que difícil, esto es en verdad difícil de contestar para alguien como yo que no cree en el futuro y donde el verbo esperar hace referencia casi exclusivamente al mañana. Mi camino me encuentra solitario aunque no estoy solo en este camino. Entiendo más aquello de cosechar por sobre la actitud de sembrar. El presente es desesperante y la tarea es mejorarlo con lo sabido. Lo sabido se haya anclado en el pasado, y el descontento no es otra cosa que la oscura línea que quita el velo de todo lo bello que somos capaces de construir.
Córdoba, entre octubre y noviembre de 2021
Raúl Lafuret Pereyra
La Escuela de Artes de la UNC le otorgó su principal formación académica. Sus desarrollos artísticos y técnicos le han valido un reconocimiento constante, que se evidencia en la proyección y promoción de sus obras de arte en diversos contextos, representando a nuestro país en numerosos acontecimientos internacionales, en Bolivia, Chile, Cuba, Francia. EEUU, Alemania y México entre otros. Reconocimientos que se manifiestan también, por las distinciones, premiaciones y becas con las que ha sido galardonado.
Pablo René Belzagui
Vivió la juventud en San Francisco (Cba). En Córdoba desde 1983. Estudió en la Facultad de Filosofía y Humanidades (UNC). Fue docente en la carrera de Cine y TV. Participó y produjo cine y video. Durante muchos años trabajó en espacios culturales, entre amigos y como empleado. Participó en actividades sociales y políticas. Apoyó, incentivó y produjo grupos y artistas de diversas expresiones. Tiene un hijo en crianza. Hace 20 años trabaja en una Universidad pública, en la ciudad de Chilecito, provincia de La Rioja.
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- Laura Actis Danna: Felicitaciones! Excelente visión y aporte al arte actual!
- María Castillo: Un placer ha sido recibir este regalo. gracias, a disfrutarlo
- Adriana Cervi: Gracias Raúl por este envío, para mí es una distinción recibirlo. En Historia de la Tristeza, veo a través de imágenes poéticas dispuestas secuencialmente, allegros, adagios y silencios, la vida misma. Se ve un proceso desde el ensueño poético hasta su ejecución! Un placer!!!! Gracias, gracias!!!
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