Latinoamérica a barro y fuego

10.11.2025

Crónica de viajes: Lo Cierto es que uno Respira, de Juan Francisco Uriarte


Santiago Pfleiderer


Muchas veces los viajes no terminan cuándo y dónde uno quiere. Existen procesos misteriosos en los profundos ríos del destino. Pueden pasar años, décadas, hasta que el viaje mismo dice "hasta acá". Y nuevas cosas estarán por venir. Tal es el caso de esta crónica, que marca un inicio y un final caprichosos. Al fin y al cabo, podremos decir que la magia sí existe.

Cuando hay sed de tinta

Podemos suponer que América Latina es un territorio forjado en barro y fuego. También en letra de molde.

El pasado 11 de octubre, en el Centro Cultural de Villa Dolores, Catamarca, se presentó el libro Lo Cierto es que uno Respira, del periodista y escritor Juan Francisco Uriarte. Él es oriundo de allí, y es ahí donde trabaja y vive actualmente. ¿Y por qué debería hablar de la presentación de un libro realizada en otra provincia? La respuesta es muy sencilla: porque Juan Francisco (Pachi, Paco, Pacorro) Uriarte tiene en su ADN la memoria genética de años de experiencias, estudios, trabajos, miles de páginas escritas, amistades y relaciones sociales construidas en los márgenes del río Suquía, en esta ciudad mediterránea que fue fundada por el mismo español rebelde que fundó otras localidades catamarqueñas.

Uriarte estudió Comunicación Social en la UNC, y desde 2004 hasta finales de 2014 trabajó como redactor y periodista cultural del diario Hoy Día Córdoba.

Pachi Uriarte es tozudo, emprendedor, inquieto y arrebatado, pero también muy generoso y entregado, como su apellido vasco acusa. El tipo trabajó durante años en la redacción del diario Hoy Día Córdoba convirtiéndose en una voz valorada y respetada en lo que hizo a la crítica literaria de Córdoba en esos años. Además, ha colaborado como columnista en la revista universitaria Deodoro (¡cómo se la extraña!), en la edición latina de Le Monde Diplomatiqué, y ha participado en varias producciones editoriales (Noches Blancas y Maíz Rojo, entre otras). Actualmente desarrolla una columna cultural titulada Garamond 11 en el diario El Ancasti, de Catamarca.

Luego de un largo viaje (del cual ya hablaremos) por las profundidades latinoamericanas, Juan Francisco se animó a emprender otra locura en la era de lo efímero, de lo superficial, de lo rápido y lo furioso: se lanzó a la aventura vertiginosa de la publicación de su primer libro: El Sentido de la Literatura (Lago Editora, 2016). En él se reúnen 37 relatos que abarcan el diálogo pausado y armonioso con un lector atento acerca de una gran cantidad de libros leídos y disfrutados, a modo de recomendación, huyendo de la soberbia. Muchos de estos textos fueron publicados en el ya mencionado matutino cordobés, pero otros son fruto de la búsqueda incansable de un lector sediento y hambriento, tal como lo es Uriarte.

En el año 2019 Pachi Uriarte realizó un extenso viaje, tanto físico como espiritual, por las inmensidades ancestrales de la India. Y en 2021 su pluma volvió al ruedo cuando, en plena pandemia, lanzó su segundo libro, Altar de Piedra (Lago Editora), una novela distópica, cruda y vertiginosa que propone una catástrofe bélica en espacios que nos resultan cotidianos.

En medio de tareas diversas vinculadas al trabajo editorial, la redacción periodística y la comunicación institucional, su vocación como escritor lo llamó a un nuevo desafío: fundar su propio sello editorial de la mano de un nuevo libro. Así, este octubre de 2025 vio la luz Lo Cierto es que uno Respira (La Borges), una maravillosa crónica de viajes que recupera las experiencias de un joven Uriarte como mochilero por la América Profunda, desde finales de 2014 y durante casi todo el 2015, partiendo desde Cuba como punto de inicio.

Cartografías

La historia de las crónicas de viaje se pierde en la noche de los tiempos. Guerreros, expedicionarios, conquistadores y comerciantes fueron narrando el mundo de acuerdo a cada porción de océano y de tierra descubiertos. Desde los relatos homéricos, los viajes de Marco Polo, la llegada a "las Indias" o el "descubrimiento" de América, pasando por los majestuosos viajes por la denominada Ruta de la Seda, miles de textos han ido configurando el mundo según los intereses políticos, comerciales y científicos de cada momento de la historia.

Muchos han sido los narradores que, desde diversas áreas, han contado cómo es nuestro planeta más allá de lo conocido. Fray Bartolomé de las Casas, Charles Darwin, Fernando de Magallanes, Vasco da Gama, y tantos otros han dado sus impresiones acerca de los nuevos mundos.

La literatura, el periodismo y la política también han dado testimonio desde polvorientas bitácoras a lo largo del tiempo, en mares embravecidos o en terrenos hostiles. Referencias hay miles, tanto foráneas como locales: Lucio V. Mansilla, Domingo Faustino Sarmiento, Stefan Zweig, Roberto Arlt, Rodolfo Walsh, Jack Kerouac, Ryszard Kapuscinski, Bruce Chatwin, Jon Lee Anderson, Hebe Uhart, Ernesto "Che" Guevara, Jon Krakauer; y otras más cercanas y actuales: Martín Caparrós, Periodistán (Fernando Duclos), Federico Bianchini, Laura Lazzarino, Liliana Villanueva, Javier Sinay, y también algunas locales como María de los Ángeles Fornero, Leandro Blanco Pighi, y –claro- Juan Francisco Uriarte. Casi todos, escritores y/o periodistas que, en algún momento de sus trayectorias, experimentaron la escritura atravesando fronteras y sometiendo al cuerpo a la adrenalina de aventurarse a nuevos territorios, tanto físicos como mentales y emocionales. Porque el viaje nunca es uno solo.


Un territorio de barro y fuego


Como dijimos antes, Lo Cierto es que uno Respira es un conjunto de crónicas que Pachi Uriarte escribió entre noviembre de 2014 y mediados de 2015, en un viaje iniciático por esa Latinoamérica intensa tatuada con su espíritu revolucionario y drogada de capitalismo.

El viaje duró diez meses en los que el cronista nos cuenta con una escritura cinematográfica y atrapante acerca de su paso por Cuba, México, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, hasta su vuelta a Argentina pasando por el norte de Chile y el enigmático Paso de Jama.

Como una crónica que se escribe con el cuerpo, con sus decisiones y los imprevistos correspondientes de cualquier viaje que abarque miles de kilómetros, problemas económicos y nuevas decisiones, el texto no es lineal. Uno puede sentir el aliento cansado, las inclemencias del clima, las tensiones sociales, la indecisión, la desesperación, las inquietudes, la sorpresa, el maravillarse, el amor, el disfrute, la intensidad y los dolores que genera una tierra tan amplia, rica cultural y naturalmente, como diversa, injusta y desproporcionada en el reparto de sus recursos.

El título del libro es una referencia a una hermosa cita del escritor chileno Roberto Bolaño, haciendo alusión quizá a lo inevitable, a una pulsión vital que está ahí más allá de lo inconsciente, incluso más allá de lo incómodo. En este sentido, la obra es un pulsar de sensaciones y de emociones tan vívidas como contradictorias.

"Realmente, es más sano no viajar,
es más sano no moverse, no salir nunca
de casa, estar bien abrigado en invierno
y sólo quitarse la bufanda en verano, es
más sano no abrir la boca ni pestañear,
es más sano no respirar. Pero lo cierto es
que uno respira y viaja."

El libro cuenta con veintitrés capítulos. A lo largo de sus 157 páginas la lectura nos sumerge en discusiones permanentes, en reflexiones políticas y sociales, y en reveladores aprendizajes espirituales.

Siempre hay un detonante, un cambio de paradigmas. Una ruptura amorosa, la pérdida de un empleo, una crisis existencial. En ese momento se planea algo que a la propia vida le devuelva el sentido. En la mochila cabe más la incertidumbre que la ropa, pero el pasaje ya está comprado.

Noviembre de 2014, La Habana, Cuba. Ahí comienza nuestra historia. El cronista describe su temprana soledad de viajero en una ciudad que todavía siente ajena. La nostalgia y el entorno inicial comienzan a desvanecerse en las primeras experiencias sociales: nuevas amistades, salidas, un festival de cine y la amabilidad de un pueblo que entrega su calidez a pesar de las dificultades. Es que la contradicción hace picar la piel. El idealismo convertido en ADN, ése que nos hace reconocernos aunque no queramos, muchas veces obliga a poner la lupa sobre lo que se observa por arriba. La sangre ardiente de un pueblo con una historia épica de poetas, cantores y revolucionarios puesta a disposición de la injusticia provocada por el bloqueo económico que EEUU imparte en la isla desde hace décadas, sumado a la falta de recursos que se hizo evidente luego de la caída de la Unión Soviética a comienzos de la década del 90. Pero también la historia se sostiene en la promesa de que nuevamente el mundo le abra las puertas a Cuba y se puedan repensar los ideales de justicia e igualdad planteados por la Revolución.

Esta parte de la obra cierra con una entrevista magistral a Roberto Fernández Retamar, escritor, pensador, una figura clave de la cultura cubana y latinoamericana, quien además ostenta la honorable presidencia de la Casa de las Américas.

La crónica, luego, nos lleva a México, precisamente a la ciudad de Cancún y a sus playas paradisíacas; la vida en un hostel buena onda en medio del consumo masivo diseñado para los yanquis, clases de buceo y la experiencia adquirida en ese afán de sobrevivir el día a día para después pensar en los siguientes pasos que vendrán.

Uriarte en México con Los Rastas (Gentileza)
Uriarte en México con Los Rastas (Gentileza)

El libro cuenta con muchos momentos potentes y muy emocionantes donde se desdibuja la experiencia ajena y la propia. Pero, quizá, uno de esos momentos tiene que ver con la llegada del cronista al estado mexicano de Chiapas. En sus páginas no sólo se describe la riqueza natural de sus paisajes y la belleza de localidades como San Cristóbal de las Casas, sino que se pone de manifiesto la historia y el presente de su gente a raíz de la realidad social y cultural vinculada al Movimiento Zapatista. No corresponde hacer spoiler, porque esto es algo que se tiene que vivenciar como una experiencia lectora única que dejará sus huellas, sin ningún tipo de dudas.

A lo largo de los capítulos que siguen Uriarte comienza a diagramar su vuelta a Argentina, no sin altibajos, pero también con grandes momentos de misticismo. Pakal, un emperador Maya deja, al momento presente, un enigma en torno a su tumba. Templos, pirámides y amistades de tiempo y piedra. ¡Quién pudiera recorrer esos pasos a la par de quién los camina! Por suerte existen la literatura, el periodismo y la crónica.

La historia nos lleva desde el sur de México a la isla de Barú, Colombia, en medio de tormentas indescriptibles y un mar ionizado por las luces que caen del cielo. Pero el recorrido, que en la vida real duró diez meses, en el relato hace una pausa y un salto temporal a nuestros días y, de repente, nos encontramos en la provincia de Catamarca tratando de subir, por tercera vez en veintitrés años, a la cima del cerro El Manchao', junto al cronista y a un grupo de montañistas.

La descripción de esa trepada histórica le pone la cereza final a un viaje que no había terminado, y que había empezado –en realidad- muchísimos años antes.

El libro cierra con un capítulo titulado La Biomecánica de Dios, un manifiesto enigmático y bellísimo acerca de las infinitas posibilidades de nuestra propia existencia en armonía con el diseño universal, según los preceptos de hinduísmo, materia que Uriarte maneja de manera implacable y conmovedora de acuerdo a su propia experiencia espiritual y a su práctica del Yoga.

La presentación que no fue

Lo Cierto es que uno Respira se iba a presentar en la tarde del sábado 18 de octubre en un bar de la zona norte de la ciudad de Córdoba. Por motivos ajenos al autor y a sus organizadores, el evento fue cancelado.

Pero muchas veces el destino nos tiene preparado cosas mejores.

Esa tarde, en plena Feria del Libro, casi como por capricho cósmico, el viento primaveral reunió a quien escribe junto a Juan Francisco Uriarte y al viajero y escritor Leandro Blanco Pighi, quien en 2022 (además de otros innumerables viajes) realizó una tremenda gesta: cruzó el continente africano en bicicleta -10.000 kilómetros- junto a otros tres cordobeses, desde Ciudad del Cabo (Sudáfrica) hasta Doha (Qatar), y allí presenciaron la gloria mundialista de la Scalonetta.

No hubo presentación formal en Córdoba, pero la tarde convirtió los mates en cervezas y en una charla interminable que, un poco, se ve reflejada en esta nota.

La Biomecánica de Dios sabe lo que hace.

El viaje comienza, pero él decide cuándo termina.

Uriarte, Pfeiderer y Blanco Pighi
Uriarte, Pfeiderer y Blanco Pighi


Ficha:

Arte de tapa: Mauge Suárez
Diagramación y diseño editorial: Aylén Avilés
Corrección de estilo: Florencia Freijo
Texto de contratapa: Washington Cucurto
Editorial La Borges, Banda de Varela, Catamarca

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