Maradona es un grito de resistencia
Arturo Jaimez Lucchetta
Las hinchadas argentinas homenajearon a Diego Armando Maradona y repudiaron el irónico mensaje del vocero presidencial del 13 de agosto por el Día Internacional del Zurdo. Manuel Adorni aprovechó la fecha para destacar a sus zurdos favoritos, antagonizando con lo siniestras que para él, y el presidente Javier Milei, son las ideas de izquierda.
"Hoy es el Día Internacional del Zurdo, saludar a Lionel Messi, Ángel Di María, Emanuel Ginóbili, a Sergio Maravilla Martínez y a Guillermo Vilas; también a grandes músicos argentinos como Gustavo Cerati y Charly García, grandes zurdos que, en estos casos, sí aportaron a la grandeza de la Argentina", sentenció el vocero al final de su mensaje. Cuando los periodistas acreditados en Casa de Gobierno le marcaron la omisión de Diego Armando Maradona, Adorni respondió: "¿Quién? ¿Quién? Ah sí, era zurdo".
En la repentización del ida y vuelta con la prensa, a caballo de su soberbia, luego de algunas encuestas que lo posicionan como uno de los hombres más destacados del gobierno, Adorni no dimensionó la repercusión que su incontinencia verbal habitual iba a ocasionar, cuando una más de sus gastadas, rozara al dios heroico de la patria futbolera. "Los dioses no se jubilan" dijo Eduardo Galeano y el pueblo argentino se lo hizo saber al funcionario.
La hinchada de Argentinos Juniors, cuna deportiva de "Pelusa", comenzó la proclama, en su duelo contra Huracán, por Copa Argentina. Justo en el minuto diez del partido, los "Bichos Colorados" comenzaron a adorar a "D10s" e insultar al vocero presidencial. Los "Quemeros" se sumaron a la militancia. También en La Bombonera, los fanáticos "xeneizes" cantaron y plantaron sus banderas cómo imágenes del templo más maradoniano: "Adorni el Diego es de Boca y argentino".
Los "Diablos Rojos", no le fueron en zaga a la cadena de oraciones para el dios del fútbol, "el dios de una religión que no tiene ateos", escribía Galeano. "Dios es zurdo y argentino. Adorni botón y mulo" rezaba una bandera en el estadio que lleva el nombre del ídolo de de la adolescencia de Diego en Fiorito: Ricardo Bochini.
Durante muchos años, cada vez que la Selección argentina juega mal, la hinchada comienza a cantar "Maradona, Maradona". Los equipos de Alfio Basile, Daniel Passarella y Marcelo Bielsa padecieron ese eco rumoroso de reprobación. No es un mero homenaje al futbolista más grande de la historia, sino una canción de protesta, casi una sentencia final para los técnicos y la AFA.
No es casual que la gente de la popular esgrima a Maradona como bandera de rebeldía. Diego siempre supo de que lado de la cancha jugar. Nunca puso en duda de frente los cabecitas y de espalda a los poderosos. Interpeló el poder de la FIFA y el lujo de sus titulares forjado con el lomo de los jugadores quienes, en su mayoría no gozan de la fortuna que sólo las estrellas consiguen amasar. Diego se sumó a la lucha de los jubilados en 2001 cuando el gobierno de De la Rúa, Cavallo y Bullrich le bajaron los salarios y los hundieron en la indigencia. No se salvó ni el Papa Juan Pablo II, cuando Pelusa cargó contra el poder económico del Vaticano, en medio de la hambruna de los niños del mundo.
Maradona fue y es resistencia, desde su decisión de pasar a Boca y no a River, despreciando su propia cuenta corriente. Eligió ir al club de sus amores y no al que le ofrecía un contrato millonario. Diego fue revolucionario en la cara de los Estados Unidos de los Bush, resaltando la figura de su amigo Fidel Castro. Puso el cuerpo en el canal Telesur, junto al periodista Víctor Hugo Morales, protagonizando el programa De Zurda. Fueron tiempos de franco apoyo al presidente venezolano Hugo Chávez.
En la Argentina, nunca negó su adhesión al peronismo y su apoyo a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Por peronista y por cuitas personales, fue un opositor acérrimo del presidente Mauricio Macri, a quien apodó "Cartonero Báez", cuando el líder del PRO conducía a Boca Juniors.
Sus convicciones dentro y fuera de la cancha, su perfil alto, contundente y panfletario, generaron amores y odios. Diego no daba lugar a la tibieza. Siempre tuvo claro que había amigos y enemigos: "Para los amigos todo y para los enemigos, ni justicia", decía Perón y Diego le metió la mano a los ingleses.
"Maradona venía cometiendo desde hacía años el pecado de ser el mejor, el delito de denunciar a viva voz las cosas que el poder manda callar y el crimen de jugar con la zurda, lo cual, según el Pequeño Larousse Ilustrado, significa 'con la izquierda' y también significa 'al contrario de como se debe hacer'", argumentaba el gran escritor uruguayo Eduardo Galeano, con la genialidad que a este cronista le falta.
"Diego Armando Maradona fue adorado no sólo por sus prodigiosos malabarismos sino también porque era un dios sucio, pecador, el más humano de los dioses. Cualquiera podía reconocer en él una síntesis ambulante de las debilidades humanas, o al menos masculinas: mujeriego, tragón, borrachín, tramposo, mentiroso, fanfarrón, irresponsable. Pero los dioses no se jubilan, por humanos que sean. Él nunca pudo regresar a la anónima multitud de donde venía. La fama, que lo había salvado de la miseria, lo hizo prisionero" concluye el oriental.
La anónima multitud de las populares que nacieron en las mismas Fiorito que Diego, volvieron a recoger su mensaje enriquecido por la pobreza. No fue simplemente una respuesta a la ironía rastrera y bajo vuelo. Fue también un grito de resistencia. Fue una advertencia. No se metieron con Diego, solamente desde la verborragia del vocero, se metieron con todos los pelusas, aumentando la pobreza y la indigencia en tiempo récord. Se metieron contra Don Diego y Doña Tota, se metieron con los jubilados y los trabajadores.
Enojaron a D10s y él responde volviéndose millones. "Los dioses no se jubilan", Adorni. Ya lo han dicho prosas mejores, yo solo te lo quería recordar.
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Comentarios:
- Angelina: Hermoso! Te amo!!!
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