Mutántica, aquel concepto de álbum

Gabriel Abalos

Triángula, grupo liderado por tres mujeres, grandes vocalistas: Micaela Vita, Noelia Recalde y Nadia Larcher, a quienes acompañan el guitarrista Juan Saraco, el bajista Lucas Bianco y el baterista Jonatan Szer, presentaron en Córdoba su nuevo disco, el segundo, titulado Mutántica. El álbum es una vuelta de tuerca dentro de un estilo original que se destaca en el horizonte de lo que se puede ser simplemente llamada música popular argentina, la que bebe tanto de elementos telúricos como de la música del mundo, fusionados en diez canciones de las tres integrantes. Triángula se presentó en la Sala Formosa de barrio Güemes, y fue mostrando ese repertorio que cuida su sonido con delicadeza, a veces íntimo y susurrado, otras enérgico como una tormenta, siempre para oír y prestar atención aun cuando parezca marchar sobre un ritmo pop o una máquina de rock. Los temas exploran zonas, ambientes, como la vieja guardia del álbum conceptual, sin hacer concesiones al baile ni a la digestión. El recorrido tiene dependencias, patio, balcones y, naturalmente, caracteres diferentes. Y a través de esas pinceladas numerosas, la constante es la reflexividad de las letras, que transportan historias a su vez, hechas de momentos, de emociones, de veneraciones, de lucha, de preguntas. Son dichas por voces que se elevan desde lo elemental, el cuerpo. El cuerpo social.

Escuchar Mutántica requiere oídos y cabezas disponibles para la ceremonia, allí hay pies en tierra, así como vuelos rasantes de las voces, enunciando arengas de mujeres, llamados, afirmaciones. De boca de Triángulas, este disco "imprime la belleza sobre los pedazos de un mundo roto. Ante la fractura, la grieta, el caos y el colapso, un puñado de melodías buscan convocar nuevamente a la manada para juntar fuerzas, porque las batallas continúan". La atención que reclama escuchar Mutántica se parece, no puedo explicar bien por qué, a la que solíamos disponer para los álbumes nuevos que llegaban a nuestras manos en los tiempos predigitales, y oíamos una y otra vez hasta extraer su savia.



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