Odonimias problemáticas
Especial para Tierra Media
Mario Bomheker

En los nombres que designan calles, plazas u otros espacios públicos - la odonimia - anidan valores culturales, sociales o históricos propios de las comunidades que los utilizan. Dichas denominaciones pueden convertirse en una fuente de disputa, cuando se trata de nombres que determinados sectores de la sociedad perciben como contrarios u ofensivos a sus ideologías o creencias. Un ejemplo notable es el de Julio Argentino Roca, comandante de la llamada Campaña del Desierto (1878-1885) y dos veces presidente de la República (desde 1880 hasta 1886 y desde 1898 hasta el año 1904). Hace algunos años el escritor e historiador Osvaldo Bayer encabezó una iniciativa para que se quitara su nombre de las innumerables calles y plazas, de ciudades y pueblos y se desmontaran las estatuas que lo homenajean. Es también un ejemplo de que, a pesar del tiempo transcurrido, el pasado es algo que se vive muy intensamente en el presente. Otro caso notable es el de Juan Domingo Perón. Después del golpe militar que lo depuso en 1955 se quitaron todas las denominaciones de las calles y plazas que hacían alusión a Perón y al peronismo. Pero en este caso pareciera que los conflictos entre sus partidarios y opositores (o una parte de sus opositores) se hubiesen disipado parcialmente y alcanzado un consenso para que calles de las principales ciudades del país lleven su nombre. Un caso curioso es el de Juan Manuel de Rosas y Domingo Faustino Sarmiento. Son escasas las calles o lugares que portan el nombre del Restaurador de la Leyes. En tanto su principal oponente y enemigo de los tiempos en que actuaron (mediados del siglo XIX) - Sarmiento -, nombra calles y avenidas de casi todas las ciudades del país. Aparentemente esos enconos históricos aún siguen vigentes.
En Córdoba, dos nombres conflictivos
En Córdoba también hay nombres que generan disputas y que cada tanto afloran a la palestra. Tales son los caso de Hugo Wast y Germán Bruno Genta

Hugo Wast
En agosto del 2023 estalló una polémica en la prensa local en torno a una iniciativa ciudadana para reemplazar el nombre de la Avenida Hugo Wast por el del sacerdote "Quito" Mariani. El Consejo Deliberante desestimó y archivó la iniciativa con el argumento de que el cambio traería aparejado numerosas complicaciones a los vecinos que viven en esa arteria así como a la administración pública y a las empresas de servicios.
Hugo Wast era el seudónimo del escritor Gustavo Adolfo Martínez Zuviría (Córdoba, 23 de octubre de 1883 - Buenos Aires 28 de marzo de 1962). Martínez Zuviría fue un escritor y político argentino simpatizante del franquismo, ferviente militante del conservadurismo católico-nacionalista y un declarado antisemita. Su novela El Kahal describe una conjura judía nacional e internacional para controlar la vida de las instituciones gentiles (la palabra gentiles del latín gens designa "al resto del mundo". Es decir, los que no pertenecen a la comunidad que la utiliza). Y a pesar de su carácter fabulador, difamatorio y discriminador tuvo gran éxito entra los sectores más recalcitrantes del nacionalismo y antisemitismo argentinos y numerosas reimpresiones. También era un colaborador asiduo de la revista Clarinada, una revista de carácter anticomunista y antijudía que se publicó entre 1937 y 1945.
La Avenida Hugo Wast se extiende entre la Avenida Rafael Nuñez y la calle Gregorio Gavier del Cerro de Las Rosas. El 22 de Octubre de 1976 el entonces comisionado de la dictadura militar en la Municipalidad de Córdoba, Coronel Héctor V. Romanutti, mediante la ordenanza Nº 6729 dispuso reemplazar el nombre que la calle llevaba hasta ese momento (general Manuel Belgrano) con el nombre del controvertido personaje. La ordenanza está acompañada de un breve texto suministrado por la Comisión de Homenaje a Hugo Wast de Buenos Aires que enumera las principales etapas de su actuación pública y procura fundamentar la decisión de las autoridades de facto.
Jordán Bruno Genta
Otro nombre de una arteria que es sumamente polémico es Jordán Bruno Genta ubicada entre Sol de Mayo y Misiones. En este caso mediante la ordenanza Nº 7458 del 17 de marzo de 1982 y la 7613 del 24 de noviembre de 1982 el comisionado de facto de la Municipalidad de Córdoba Eduardo P. Cafferata designó con el nombre del filósofo católico ultraconservador a los entonces pasajes Pampa de Barrio Observatorio (entre interior de manzana 9 y calle Río Negro) y 1 de Barrio Obrero (Dr. Miguel Urrutia y Sol de Mayo). En la ficha de nomenclatura urbana que sirve de fundamento a la decisión municipal (que proviene de un artículo del diario Los Principios) se señala que "la pedagogía de Genta es de contenido humanista, clásica y de profunda raigambre católica e hispánica".
Jordán Bruno Genta (2 de octubre de 1909, Buenos Aires-27 de octubre de 1974, Buenos Aires) fue un recalcitrante enemigo de la democracia, obsesionado por lo que consideraba el predominio tanto de la izquierda como del liberalismo en la vida nacional. Bregaba por instaurar en la Argentina un modelo en que la Iglesia y las Fuerzas Armadas fueran sus pilares. Fue autor de los primeros manuales de instrucción del Ejército y la Fuerza Aérea sobre "guerra contrarrevolucionaria" en la década del 60 y en los siguientes años y era un autor profundamente antisemita. En la Fuerza Aérea dictaba materias que se ocupaban de la masonería y el judaísmo. En 1974 Jordán Bruno Genta fue acribillado a balazos frente a su familia, al salir de su casa hacia su parroquia, por un comando del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
Hasta el momento, quizás por ser un autor relativamente desconocido por la ciudadanía en general, la denominación de una calle de la ciudad con su nombre no ha generado discusiones públicas, a pesar de que su actuación e impacto en los círculos en los que se desempeñó tuvieron igual o mayor influencia que Hugo Wast.
Naturalización
Acaso la lectura de estas líneas despierte en el lector la curiosidad por saber de quiénes o de que se tratan los nombres que llevan las calles y plazas de sus barrios, que por lo general no son azarosas y de esta manera romper la naturalización con que aceptamos dichas denominaciones.

Mario Bomheker
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