"Poeta al borde de un ataque de verso"

"Obra poética completa". Con Susana Romano Sued a metros de la Feria del Libro.


Gabriel Abalos

El reciente octubre, en el marco de la 38ª Feria del Libro Córdoba y en la órbita de actividades que el evento echó a andar, hubo la tarde del viernes 18 un momento singular en la poesía cordobesa: la presentación del libro Obra poética completa, de Susana Romano Sued, una obra en dos tomos cuya publicación enaltece la bibliografía poética local.

Susana Romano es la poeta consciente de la lengua, a la vez de las sensaciones y de las resonancias en las palabras. De las acciones que construyen series, de series que constituyen la vida, y de la escritura que pone en marcha el mundo. La escritura no es silenciosa, está llena de voces y las voces ocurren en los hechos, trascienden. Las voces exceden el papel, multiplican el habla, son tribu, como diría la propia autora, y en ese oficio la pulida formación científica de Susana pone adjetivos como quien sabe de arquetipos, conoce el sonido de las raíces míticas y ha estudiado cómo encajar las piezas que develan significados.

Susana Romano es Licenciada en Letras Modernas (1971) , Licenciada en Psicología (1988) por la Universidad Nacional de Córdoba y Doktor der Philosophie (1986) por la Universidad de Mannheim, Alemania. Su carrera literaria replica la búsqueda de la excelencia. Algunos de sus libros publicados son Verdades como criptas (Premio Luis José de Tejeda 1980), El corazón constante, El Meridiano, Parque temático, Muros-Nomenclatura, y Procedimiento. Memoria de La Perla y La Ribera (traducida al inglés, al alemán y al francés). Forman una estela de encuentros en las etapas del camino. "Al estar jubilada, nos comenta, y con el orgullo de haber sido nombrada Profesora Emérita de la Universidad Nacional de Córdoba, ahora dispongo de tiempo y deseo para leer a numerosos poetas, ensayistas, novelistas de nuestro país y del exterior."

Yendo al comienzo de ese deseo, y si somos de veras los libros que hemos leído, Susana retrocede con la memoria y encuentra a una niña lectora: "Desde muy pequeña ya sabía leer, y ya me interesaba la poesía, y me gustaba leer, ya en primer grado de la escuela primaria a la que ingresé a los cuatro años. Y leía con voracidad", nos cuenta en una charla a metros de la carpa de la Feria del Libro. La lectura le dio las palabras de las que podía apropiarse, porque podía entenderlas. Dice: "Mi madre había nacido en Damasco, Siria. Y mi papá en Argentina, y entre ellos hablaban en árabe entre sí, cuando tenían algún secreto que yo no debía compartir. Como yo era muy inquieta, me enseñaron a leer y escribir, y teníamos en casa El tesoro de la Juventud, que yo recorría con avidez. Así empezó mi pasión por la literatura y la poesía".

De esa niña, de sus años de estudio, de su formación universitaria, arranca una línea que más tarde sufre la amarga experiencia de permanecer durante meses en el centro clandestino de detención, tortura y exterminio Campo de la Ribera, en Córdoba. Y luego (por suerte luego) el exilio en Alemania. La del exilio fue, dice, "una experiencia muy dolorosa, llena de complicaciones, en una vida que, empezando por la comunicación en una lengua ajena y lejana, sin embargo, al cabo me benefició porque Alemania fue el país donde pude retomar mis estudios, y doctorarme en la Universidad de Mannheim. Allí enseñé también en varias materias, así como el idioma español a cursantes de grado y posgrado. También escribí poesía, tanto en castellano como en alemán, que publicaba en distintos medios. Todo lo cual expandió mi experiencia intelectual, tanto práctica como teórica."

En cuanto a la etapa inmediatamente previa, es decir su detención ilegal, ha sido no solo una marca en el cuerpo, sino también tema de su posterior elaboración literaria, ya que fruto de la banalidad del mal surgieron textos: "En mi novela Procedimiento, Memoria de la Perla y la Ribera inventé una forma de escritura. Está escrita sin artículos determinados, con una alteración de las fechas, del discurrir del tiempo, que se distorsiona continuamente, replicando el suplicio de las prisioneras del campo de concentración. También incluye textos de Paul Celan, que tienen el carácter de homenaje a ese admirable poeta."

Su carrera profesional y literaria, tras su formación en Alemania, floreció en viajes y enseñanza, "la creación poética y ensayística, así como la docencia tanto en la Universidad Nacional de Córdoba, como en otras universidades del país, y del exterior, por ejemplo, en Canadá, Francia, Estados Unidos, México, Italia, Japón, han sido experiencias enriquecedoras, que me han permitido desarrollar saberes que he dedicado a mis alumnos, maestrandos y doctorandos."

Respecto a la edición de su obra poética completa, de esta publicación de la Editorial de la UNC en su colección Formas, se ha lanzado el volumen I, y lleva prólogo de María Teresa Andruetto, quien señala con precisión las claves de la poesía de Romano. Plantea, entre otras cosas, una creación que se sitúa "entre la denuncia y lo profético, la poeta construye, con oficio extremo, un permanente regreso a la tradición, tránsito y a la vez ruptura de conceptos y lugares comunes de la cultura." Y formula de manera magistral el oficio recobrado por la poeta en este volumen: "Todo el libro, la selección personal que la poeta ha hecho de poemas escritos a lo largo de los años, es una apuesta a esa palabra trabajada como se da vida al mármol; a la poesía como un oficio de picapedrero que cava hasta encontrar el magma oscuro y también la magdalena con que nuestra memoria se alimenta".

Susana Romano menciona, al final, el proceso de regresar a su propia escritura, y al de presentar su libro en la Feria del Libro de Córdoba: "Ha sido una experiencia digamos desafiante, y una tarea minuciosa, seleccionar, corregir, suprimir y agregar. Todo ello con la emoción que embarga compartir la creación con lectores que estuvieron en la presentación, tan elaborada, a cargo de Silvia Atwood, Livia Hidalgo y la siempre generosa y dispuesta María Teresa Andruetto, que enriquecieron el compartir la emoción de la lectura poética." 

Y una última inserción, relativa a algo que ella expresó en nuestro intercambio, luego de una de las respuestas: "Firmado: Poeta al borde de un ataque de verso", dijo. De allí la decisión de incluir esa frase suya como título de la entrevista.




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