Tiempos Circulares
"La venganza es ser felices"
Paula Arancibia Bravo
Tiempos Circulares: Es la historia de 4 amigos inseparables unidos a partir de un hecho común, la muerte de sus padres. Su venganza es ser felices.
Función: Miércoles 28 de mayo 20.30 hs. Cineclub Hugo del Carril

Ha pasado un mes desde que realicé las entrevistas que podrán leer a continuación. El día que las hice, meteorológicamente hablando, estaba igual que hoy: gris, nublado, llovía, que finalmente las estoy terminando. Desde hace un mes también he recuperado la capacidad de soñar, literalmente, hacía meses no recordaba lo que soñaba, y esa mañana de marzo, sin saberlo, ni esperarlo, se fueron develando ante mi, nuevas certezas que me devolvieron cierta calma y me revelaron nuevas formas de ver las cosas que nos pasan y nos mueven.
Algo de eso tiene que ver con el encuentro de ese domingo 23 de marzo al mediodía donde la vida me ponía una vez más en un escenario nuevo y complejo. Asistía, a un asado familiar con los protagonistas del documental Tiempos Circulares, por invitación de su director, Andrés Dunayevich, donde todos y todas se referían a mí como "la periodista" y si bien no me gusta definirme ni ponerme etiquetas, la realidad es que ese día mi trabajo ahí tenía que ver con una tarea periodística.
Luego de compartir unas charlas con Andrés, entre la picada y el asado, Martin me sugirió que empecemos con las entrevistas antes de que la reunión se convirtiera en una fiesta. Me pareció oportuno porque yo también me estaba empezando a relajar, incluso ya estaba haciendo amigos nuevos.
El día del estreno, el viernes 21 de marzo, llegué puntual a la función en la Sala de las Américas del Pabellón Argentina en Ciudad Universitaria, a pesar de que había tenido que abandonar los últimos minutos de la clase de la Cátedra de Realización Audiovisual IV en la Escuela de Cine de la UNC en la cual soy ayudante. Hacía apenas unos minutos habíamos terminado de ver Palabras (2008) un cortometraje documental de Ana Mohaded, (titular de la Cátedra y actual Decana de la Facultad de Artes) un relato en primera persona sobre el proceso de memoria que atraviesa una testigo en el juicio a los genocidas de la dictadura militar que asoló Argentina entre 1976 y 1983. Si bien ya sabía de qué se trataba Tiempos Circulares me sentía de algún modo preparada para continuar viendo y escuchando relatos difíciles, dolorosos. Me ubiqué en la cuarta fila para poder ver bien y desde el momento en el que ingresé, noté que me sumergía en una atmósfera que nada tenía que ver con el dolor, más bien tenía que ver con la alegría y me sentía de a poco parte de una reunión familiar.
Fue llegando de a poco la gente hasta colmar la sala, también llegaban los protagonistas, y saludaban a la gente, iban de acá para allá repartiendo abrazos y besos. Uno de ellos, Martín Fresneda, saluda a una mujer que estaba sentada a mi lado, automáticamente después me mira, y me saluda con un beso también, pero hasta ese momento nosotros éramos desconocidos. Hubo algo en ese gesto fraterno que me hizo sentir parte de esa ceremonia. Al día siguiente Andrés me invita al almuerzo del domingo, y acá estamos, en el living de la tía de unos de los protagonistas. Se escuchan guitarras al fondo, palmas, ladridos de perros, niños y niñas jugando, y la mesa repleta de cosas dulces. La casa está llena de gente con sonrisas, la casa está llena de abrazos. Mañana es 24 de marzo nos encontraremos con la misma alegría en las calles, marchando por LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA..

Entrevista con los protagonistas
Martín Fresneda, Ramiro Fresneda, Pablo De la Fuente y Carli De la Fuente
¿Cómo te tomaste la idea de que alguien quiera contar parte de tu historia? ¿Qué te generó eso?
Martín Fresneda: He dado testimonio desde que soy chiquito, desde aquel día que fundamos H.I.J.O.S, y lo dije a mis 19 años: "Sí, decidimos esto, lo hacemos, y así lo hice." A mi historia la contaron de mil maneras. Había un punto en lo personal, que tenía que ver con lo colectivo y con la situación del país, y quizá también en la crisis de mis 50. Sentí que debía dar un paso al costado, quedarme un poco al lado del camino, parar, mirar para atrás, hacer un balance y ver cómo seguir. Porque así como estábamos, ese "nosotros" estaba bastante deteriorado. Yo también hago política, atravesado por lo que hicimos desde el movimiento de Derechos Humanos, por toda mi historia y lo que significó en mi vida política. Cuando perdimos las elecciones, fue un golpe fuerte.
Cuando me proponen esto, yo ya había decidido entrar en una etapa introspectiva, de estar al costado. Cometés el error de pensar que estás representando algo, y cuando mirás para atrás, capaz no hay nadie. En mi caso no es que no había nadie, pero sí eran siempre los mismos. Entonces frené y dejé de hablar en representación de un "nosotros".
Es una crisis fuerte para quienes hacemos política o fuimos referentes. Hay quienes no quieren entrar en esa crisis por miedo a verse solos.
Había decidido no dar entrevistas políticas ni de derechos humanos. Pero cuando los muchachos empezaron con esto, estaban en un proceso muy distinto al mío. Los tres estaban de acuerdo. Mi hermano me insistió: "Tienen que contar la historia como una historia contada distinta". Me lo dijo Andrés, el hermano de Lucas. Yo a Andrés no lo conocía.
Lo pensé bastante. Mi hermano volvió a insistir. Y ahí me di cuenta que de alguna manera tenía que decir que sí.
Y lo dije también en los finales: cuando creímos que todo estaba concluyendo, cuando creíamos que ya habíamos hecho todo, que nuestro aporte era suficiente…
¿Cómo ves el papel de las juventudes hoy? ¿Faltan causas por las cuales luchar?
Martín Fresneda: Lo importante es encontrar la causa por la cual luchar. Nosotros no elegimos la causa: vino impuesta por nuestra tragedia. Una tragedia provocada por seres humanos, vivida en un marco de impunidad.
En el emerger de los derechos humanos, hay razones muy poderosas: la pérdida de familiares, la injusticia, el silencio. Eso se puede trasladar al cotidiano. Hubo un despertar enorme de las mujeres con su causa. Las infancias, los campesinos, el ambiente. Este mundo está lleno de conflictos.
Estamos en una transición. La revolución tecnológica está transformando los sujetos políticos. Entre lo analógico y lo digital, el pensamiento racional y el pensamiento líquido, las nuevas generaciones van a encontrar sus propias causas.
El desafío es resignificar el "Nunca Más" en los tiempos que corren. Gramsci decía: cuando lo viejo no muere del todo y lo nuevo no termina de nacer, surgen procesos morbosos. Eso vivimos.
La juventud no es que no tenga causas. Está viendo qué elegir. Nuestros hijos también van a hacer sus revoluciones. Hoy la derecha aparece como emergente global. Vamos a ver si logra satisfacer al pueblo. Tampoco hay que apurarse. A veces, las urgencias son de quienes no nos quieren. Aprendí eso cuando vi que habíamos privilegiado el ascenso social de muchos que después no nos quisieron ni nos eligieron. No ser elegido es doloroso, pero es un baño de humildad. Y ahí entra el espejo. Hay que tener los espejos limpios. Para no equivocarte tanto, para calibrar la crítica. Porque si tu acción no se corresponde con lo que decís, esa es la peor condena.
Muchas causas están viejas y no entusiasman. Pero hay que sostenerlas. La reparación de un pueblo es una disputa de sentidos. Nunca vas a tener un pueblo que piense igual. Por eso hay que defender el debate.
No se gana con leyes contra el negacionismo. Se gana con política. Y ahí está el desafío para las nuevas generaciones. ¿Cómo van a responder al odio? Yo decidí hace tiempo responder con justicia , con amor.
Y si no te pasó nada en tu vida, preguntate por tu sensibilidad, por tu identidad. Empezá cerca: ¿quién es tu gente?, ¿qué mundo querés?, ¿qué país?, ¿qué deseás?
Si decidís no preguntarte nada, entonces no critiques. Tené la humildad de callar. Yo estoy encontrando estas claves de entendimiento. Siento que es un momento para retirarse de la acción, repensar cómo salir a proponer un nuevo mundo.
¿Sabemos qué rumbo vamos a proponer? Hoy yo no lo sé. Por eso decidí no salir. Quienes hoy son dirigentes del campo de los DDHH deben tener claro ese rumbo.
Nosotros muchas veces fuimos criticados por los escraches. Decían que eran inconstitucionales. Pero, ¿cómo no iban a ser inconstitucionales las leyes de obediencia debida, punto final e indulto? Esas leyes rompieron el pacto social.
Hoy hay mucha queja. Pero las causas de DDHH deben formar parte de un nuevo pacto democrático. La defensa del Nunca Más es constante.
Nunca Más significa nunca menos. No volver a atravesar tragedias. Aunque también es como proponerte que en pareja nunca vas a lastimar: a veces te lastimás, incluso con la palabra. Eso es lo que yo siento cuando me preguntan estas cosas. Es una respuesta abierta. Todavía no está cerrada.
Carli De la Fuente: Soy autocrítico. No me gusta repetir que "los jóvenes no encuentran causas". Los jóvenes de hoy son nuestros hijos. Mis hijos tienen 16 y 22. Hablar de ellos me interpela como padre.
Nosotros vivimos la historia. Fuimos parte de un momento poderoso, como la creación de H.I.J.O.S. Pero, ¿qué alcance tuvo? No puedo deslindarme de esa responsabilidad.
Siempre creí que los jóvenes, por naturaleza, son revolucionarios. Tienen irreverencia, deseo, empuje. El problema tal vez sea que nosotros no supimos transmitir algo.
Recuerdo una despedida de murga actual. Decía: "Las revoluciones están frías, su entrega es difícil de entender." Eso dice mucho. Hoy todo está frío.
Y ahí debemos hacernos cargo. Quizás cuidamos a nuestros hijos en exceso. No los expusimos a lo difícil. Nosotros sí enfrentamos tiempos hostiles.
Y eso nos hizo quienes somos. Pero nuestros hijos vivieron una vida más equilibrada. ¿Eso les quita conflictos? No necesariamente. Cada uno arma su relato.
Tenemos responsabilidad en este enfriamiento. Las causas están, pero el discurso dominante es el del "sálvese quien pueda". Se exaltan la felicidad y la libertad individuales, vaciadas de contenido. Es la libertad del mercado.
Pero si miro el documental, veo que en el '95 vivíamos algo parecido. Era un momento de mierda: Menem, indultos, obediencia de vida... ¿Qué más circular que eso?
La historia vuelve. El tiempo es circular. El tema es qué capacidad tenemos nosotros para romper el absurdo actual.
Hace poco escuché a Casciari decir algo simple: no hay izquierda ni derecha, hay gente que quiere compartir el mate y gente que no.
Si tu felicidad es solo tu bienestar, andá nomás. Pero si querés construir algo con el otro, ahí hablamos. Yo voy eligiendo así. Es una brújula.
Pablo De la Fuente: Hay mucho individualismo. Se nota. La falta de una causa común aparece en distintas épocas. Pero hoy las redes y el celular profundizan ese encierro. Te separan, te aíslan. Eso genera dificultad para conectar con algo más allá de tu círculo cercano.
En el teatro lo veo: aparecen conexiones, pero cuesta sostenerlas. A veces hay que volver a contar. Preguntarnos cómo lo hacemos. Evitar lugares comunes, evitar agotar los relatos.
Creo que esta película tiene eso valioso: se nos ve jóvenes, con nuestra historia encima, pero con resortes que pueden generar identificación.
Son cuatro historias, excusas para mostrar una generación. Cuatro caminos distintos, con puntos de unión, pero también muy diferentes.
Y eso amplía la mirada sobre la militancia. Muestra que hay muchas formas de estar, de luchar, de construir.
Ramiro De la Fuente: Es complicadísimo todo esto. Pero lo que vos planteás es lo que nos impulsó a los cuatro, cada uno desde su lugar.
No fue que nos sentamos y dijimos "vamos a hacer esto". Se dio. Surgió una sinergia, una causalidad. Llegó en el momento justo.
Nos unió la confianza, la sensibilidad, el compromiso.
Y eso es clave. Nadie es dueño de los DDHH. Nadie es dueño de la libertad.
La apropiación es peligrosa. El proceso cívico-militar quiso apropiarse incluso de eso. Y nosotros lo abordamos en el documental.
Soy optimista. Creo que esta obra puede sumar un granito de arena a la memoria, a la justicia. Pero sobre todo, al diálogo.
Porque el fascismo entra fácil. Es simple, perverso. Exalta al individuo por encima del colectivo. Y eso es muy peligroso.
Nosotros no queremos bajar línea. No decimos "esto es lo que pasó y punto". Queremos que se vea, que se sienta, que se abrace.
En el estreno vino un pibe joven, me abrazó. No dijo mucho, pero entendió.
Desde adolescentes hasta niños: entendieron. Eso marca un rumbo
El documental se llama "Tiempos circulares, la venganza es ser felices". ¿Cómo te llevás con esa frase?
Carli De la Fuente: Me representa 100%. No me sorprende que la haya dicho mi hermano, porque sé cómo piensa.
Cuando Andrés me compartió la primera entrevista —la de Ramiro— me emocioné. A él lo impactó mucho y ahí entendió que esto iba a salir bien.
Ya había hablado conmigo, pero en esa entrevista vio que había una historia linda para contar.
Conozco a Ramiro profundamente. Desde afuera parece duro, pero es muy sensible. Esa búsqueda es la suya. También la mía. También la de muchos que venimos caminando juntos hace años.
Hace poco fue el cumpleaños 50 de Martín. Siempre estamos inventando excusas para reencontrarnos.
Ahora voy a mover el documental en Montevideo. Ya nos vamos a ver.
Y en ese cumple, todo esto volvió a estar presente.
Lo cierto es que la alegría se ve. La venganza, si es ser felices, es una forma de reparación.
Ramiro Fresneda: Todavía no la puedo procesar del todo. No sé bien por qué se me ocurrió esa frase. Se me ocurrió en ese momento, pensando en estas preguntas que me hacen. Intenté construir un lenguaje nuevo. No desde lo que aprendimos, sino desde lo que tenemos que aprender ahora.
La palabra "venganza" suena fuerte. Nosotros nunca tuvimos venganza. Pero cuando no hay justicia, aparece la bronca.
Y si no la canalizas bien, con humanismo, terminás en el totalitarismo o en el discurso autoritario.
Por eso yo elijo la democracia, con sus límites y contradicciones.
Felices... sí, por momentos. Como todos. Nosotros no somos una excepción. Tuvimos contención, claridad, vínculos sanos. Lo que hicimos lo hicimos desde ese lugar. Lo que vivimos lo vivieron también miles.
Pablo De la Fuente: Me parece un hallazgo. Me encantaría haberlo dicho yo. Tiene un poder de síntesis tremendo. Frente a la adversidad, el dolor, la angustia… aparece esa idea de "venganza" transformada en felicidad. Y eso está muy presente en la película: ¿qué hacer con eso que te pasó?
Uno tiene bronca, frustración, y quiere revancha. Pero, ¿cómo enfrentas esa revancha? ¿Cómo la cargás? ¿Cómo la usás a favor?
La felicidad es eso: canalizar de otro modo.
Y siendo felices, no solo nos aliviamos, también provocamos un efecto más profundo que cualquier represalia trágica.
Una venganza desde la vida, no desde el daño.
Martín Fresneda: No me contiene del todo. Me parece bien, pero...
Vuelvo para atrás. La frase la podría haber dicho cualquiera. Mi hermano me la atribuyó.
Yo diría: nuestra respuesta es ser felices.
Me gusta más decirlo así: nuestra decisión es ser felices.
Click para ampliar
Quiero agradecer a Andrés Dunayevich por la invitación a ese asado que hizo posible estas entrevistas, por su confianza y generosidad al dar lugar a las voces de sus protagonistas, una vez más.
A Ramiro, Martin, Pablo y Carli también por su tiempo esa hermosa tarde, por su alegría y valentía.
A Pablo Rivas y a Sergio Iturbe por su atenta ayuda.
Tiempos Circulares
Sinopsis: La muerte de sus padres perpetrado durante la última dictadura cívico-militar en Argentina en 1976 lleva a dos pares de hermanos - Carli y Pablo De la Fuente y a Ramiro y Martín Fresneda- a realizar un recorrido por diferentes espacios a lo largo de su vida que les permitirá ir cerrando círculos. Estos espacios son: 1) el Taller Cortázar (1983/84) 2) la agrupación H.I.J.O.S (1995) y 3) Los Juicios por crímenes de Lesa Humanidad en Córdoba (2008-2016). En ese trayecto siempre vuelven a encontrarse y la magia sucede una vez más. La música, la guitarra y los tambores, el asado, los abrazos y las copas arriba. "Su venganza es ser felices".
Duración: 1:18 minutos
Créditos:
Dirección: Andrés Dunayevich
Producción: Fernando Mercado
Producción General: Andrés Dunayevich
Dirección de Fotografía: Sebastián Cáceres
Cámara Adicional: Daniel Scarello
Musicalización y sonido: Jerónimo Piazza
Asesor de contenidos: Carlos Viale
Cámara Archivo: Dimas Gámes
Montaje y Postproducción: Fernando Mercado
Más notas de esta sección