Tres películas en un día
Paula Arancibia Bravo
Este año el cine se ha ido convirtiendo de a poco en una especie de refugio para mí. Más allá de que disfruto ver películas, a la par de mirarlas también las estudio. La experiencia del visionado en las salas de cine se ha vuelto una ceremonia de la que no me quiero privar por lo menos dos veces por semana, en el mejor de los casos tres, salvo esta excepción… cinco en una semana, tres en un día. Ese día los planetas se alinearon y me dejaron liberada la agenda toda la tarde de un martes nublado, fresco, ideal para ver películas y tomar café.
Así fue que a la mañana, después de trabajar en la oficina, organicé mi tarde en función de las propuestas de la cartelera de cine que había ese día en Córdoba.
15.30hs Cineclub Municipal Hugo del Carril: "Los tonos mayores" de Ingrid Pokropek
"Miramos el mundo una sola vez, en la infancia. El resto es memoria"
Louise Glück
"Tus obsesiones son, como mucho, lo mejor que posees. Son reliquias de la infancia. Y es de las profundidades de la infancia de donde proceden los mayores tesoros…"
Jan Švankmajer
Se trata de la ópera prima de Ingrid Pokropek, nombre que ya había visto en varios créditos de las películas de El Pampero Cine, particularmente la recuerdo de "Las poetas visitan a Juana Bignozzi" de Laura Citarella. Si no la vieron y la encuentran en alguna plataforma vayan a verla, van a descubrir a una poeta profunda y pícara que va al hueso. Ese era el único dato que tenía de la película, que era una ópera prima de una joven directora, dato suficiente para hilar muchos de los motivos que vi inscriptos en la película.
En las primeras obras de un artista, hablo del arte en general y de la literatura y el cine en particular, suelen plasmarse aquellas primeras impresiones del mundo. Es con esa mirada y con esa voz con las que se cuentan las historias, esa mirada que se sorprende con los fenómenos que nos rodean, y a la que le sorprenden la dimensión de los hechos y la escala de los objetos.
La película cuenta la historia de Ana, una niña que sufrió un accidente, por ese motivo le colocaron en una parte del brazo una placa de metal a través de la que recibe unas frecuencias sonoras determinadas. Con la ayuda de su amiga Lepa que toca el piano logran empezar a traducir esos tonos en música. La película va muchísimo más allá de esto que estoy contando, se transforma en una película de espías, suspenso, en una búsqueda del tesoro por la ciudad y varias cuestiones más.
En las películas siempre hay una escena o varias que lo van cambiando todo: el devenir de la historia o el devenir de lo que el espectador siente. En esta película eso pasa cuando luego de un distanciamiento, Ana se reencuentra con su amiga Lepa y ella le es indiferente.
Lo que sucede es que algo ha cambiado en Lepa, está enamorada o le gusta mucho un chico, piensa en él, en cómo verse más linda para él, y piensa en su próxima cita con él. La amistad con Ana ha sido desplazada y con ello el tiempo que compartían, sus rituales y momentos.
La sensación de angustia que produce perder una amiga en la adolescencia es total, casi comparable a un duelo amoroso. La escena logró llevarme a ese lugar, y volví a experimentar ese malestar, como un dolor en el pecho y también esa sensación de abandono. En la adolescencia la amistad es todo, las únicas que pueden entenderte son tus amigas, nadie más, ni tu familia, ni los varones, ni la escuela, ni los adultos, nadie.
Después de esta especie de pérdida Ana es arrojada al devenir de su historia y de lo que le está sucediendo: escuchar frecuencias, ser la antena de señales que nadie sabe de dónde vienen. En esa búsqueda se embacará acompañada de un joven soldado al que conoció la misma noche que se peleó con Lepa. El está fanatizado con descifrar códigos, enigmas y acertijos sueltos, perdidos en la multitud de la gran ciudad de Buenos Aires. Esa noche Ana estaba sola en un bar y empezó a escuchar las frecuencias, las fué tocando con un tenedor en un vaso, y más allá un grupo de soldados la escucharon, uno de ellos se acerca a Ana y le muestra en un papel el código morse que había descifrado: "no me olvides". Acabas de decir "no me olvides" le dice el.
Hasta acá llego con la película porque el resto lo tienen que descubrir ustedes mismos. Cuando vean "Los tonos mayores" hagan click e ingresen en esa hermosa aventura.
Salgo del cine y la siguiente función es en media hora, hay casi 10 cuadras de distancia entre una sala y otra de este pequeño festival de cine que me armé. Llueven una gotas tímidas, el aire es fresco. Prendo mi celular mientras camino y recibo varios audios y mensajes de dos personas que están en la misma ciudad de Europa, donde también está lloviendo, ellos no se conocen entre sí y a ambos quiero mucho. Me cuentan cosas distintas y no puedo dejar de reírme de la casualidad. Quiero decirles algo importante pero no sé bien cómo, entonces recuerdo: "No me olvides", dicen las frecuencias que recibe Ana, es un mensaje a través de frecuencias, a la distancia, también es una flor, entonces pienso: tengo a quien regalarle flores, y sigo…
Busco un café, una medialuna y mientras termino de contestar esos mensajes me siento en un banco del parque del Palacio Ferreyra donde será mi próxima función de cine. Ese parque es bellísimo, frente a mí un chico toca la guitarra, más allá una pareja se hace mimos en la cara y toman mate. Yo termino mi café y le tiro migas a los pajaritos que vinieron a visitarme, les doy literalmente la mitad de esa medialuna. Me quedo unos momentos ahí mirando el cielo gris, escuchando las melodías del chico que toca la guitarra, estoy invadida por la sensación de sentirme un poco como Ana, una niña que busca descifrar señales que la invaden. A mi me pasa eso con las imágenes, voy buscando el más allá de todo lo que veo, la historia de fondo, el otro lado de las cosas, por eso me molesta cuando la gente me dice: "te estás haciendo la película" Por supuesto que me estoy haciendo películas, estudié cine!!!
18hs - Cine en el Palacio- Museo Evita: "Hable con ella" de Pedro Almodóvar
Esta película no necesita introducción, ni comentario.
Dicen que es la favorita de Pedro Almodóvar y es una de las mías.
Quienes no la hayan visto aún es urgente que lo hagan cuanto antes.
5 motivos por los que "Hable con ella" es una de mis películas favoritas
1- Porque es un dramón amoroso, con triángulos incluidos.
2- Porque está Darío Grandinetti y, aunque no me guste mucho cómo actúa, es un hombre muy muy alto y muy muy elegante. Pude verlo personalmente en una edición de ARTE BA cuando ARTE BA estaba bueno, hace más de 12 años.
3- Porque Lidia, la torera que interpreta Rosario Flores, padece la misma fobia que yo, a las víboras.
4- Porque dentro de la esta película hay otra, muda: " El amante menguante". Un cortometraje que ilustra la película que vio Benigno una noche.
5- Porque en la película hay una escena donde Caetano Veloso canta Cucurrucucu Paloma y lloro cada vez que la escucho.
Detalle nuevo que encontré:
Cuando Grandinetti se retira del concierto de Caetano llorando y se va a fumar un porro al lado de la pileta se puede ver una cerca de madera pintada blanca y celeste como la bandera argentina. En el cine las casualidades no existen.
20:30 hs Cineclub Municipal Hugo del Carril : "Imprenteros" Dir: Lorena Vega y Gonzalo Javier Zapico
"Imprenteros" es una obra de teatro, un libro y un documental.
¿Qué es una familia ?
Es la primera pregunta que la película arroja luego de hacer la presentación de los personajes.
Después de haber participado en los talleres de biodrama de Vivi Tellas, (directora de teatro y curadora, creadora de Biodrama, un proyecto revolucionario sobre biografías escénicas; su singular concepción del teatro documental ha dado lugar a una serie de archivos vivos con intérpretes no profesionales) Lorena Vega, actriz, directora, dramaturga y profesora escribió la obra de teatro "Imprenteros" y la interpreta junto a sus hermanos, y allí aborda los oficios y a la familia. En este caso el oficio de los imprenteros, que era el de su padre.
La materia prima que da origen a todas las obras es la misma: la familia, ese vínculo tan frágil, tan complejo, y tan único. Como decía mi madre: "Cada familia es un mundo". Y en este mundo pasaban cosas como estas:
En la pantalla la vemos a Lorena en el escenario de un teatro, detrás de ella hay una pantalla donde se proyecta un video de su fiesta de 15, es el momento del vals, ella nos va contando quien es quien y que hacen. Al finalizar esa secuencia dice: "A mi papá no lo invité a mi fiesta de 15, él tenía una imprenta y cuando le pregunté si me hacía las invitaciones me respondió: no hago sociales", es decir no hacía tarjetas de invitación a eventos.
No hace falta decir nada más después de oír esa respuesta.
Desde ahí es que estos tres hermanos a través de la obra de teatro exploran sus vínculos familiares intentando conectar con aquel padre ausente, su oficio de imprentero, el valor de lo que hacía, la relación con su madre…
Después del éxito total que fue la obra, más de 500 funciones a sala llena en Buenos Aires, la Declaración de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura de la Nación, uno de los hermanos empezó a pensar en la idea de imprimir literalmente algo en relación a esa experiencia teatral. Nace la idea de un libro, aparece en escena Documenta, la editorial en la que Gabriela Halac cruza teatro y libros. Aparece entonces Córdoba, sus paisajes, el río, y estos tres hermanos reunidos en una residencia junto a las editoras para cocinar juntos el futuro libro. A ese viaje se suma Gonzalo Javier Zapico, pareja de Lorena Vega y director de cine que viene a mostrarnos todo este proceso y así dar a luz un derivado más de la gran historia de "Imprenteros".
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