¡Qué vida la de Dieguito!

Horacio Sosa

Diego Bravo (Gentileza)
Diego Bravo (Gentileza)

Diego Bravo. Es el tecladista de Piero, desde hace justo 20 años viaja con el autor de Mi viejo (junto a una banda de músicos cordobeses) por países latinoamericanos y de todo el mundo. Es el profe del Taller de Folklore de la Escuela de Música La Colmena, allí despliega su experiencia y su saber construidos junto a figuras de la talla del Chango Farías Gómez, Bicho Díaz e Ica Novo, ganó su primer premio al recibir el Cóndor de Plata por la canción Volveré, co-escrita con Osvaldo Laport, actor protagónico de la película Bandido, y también trabaja en la producción de música de jingles publicitarios. Pocos días antes de esta entrevista, se presentó por  primera vez como solista, él y su piano, en el Centro Cultural Córdoba, en una noche dedicada a pianistas. A los 55 años recuerda con emoción su primera actuación con Abraxas, su primera banda de Villa Dolores, cuando tenía 13 años. Con mi compañero de Posdata, Pancho Alvarellos, recuerdo que ya más grandes que el atrevido purrete, lo veíamos tan joven y enamorado, inquieto e insaciable, que cuando nos tocaba compartir con él en las actuaciones, nos mirábamos y al unísono decíamos -emulando una historieta del Maradona niño- … "¡Qué vida la de Dieguito!".

Un músico multiinstrumentista, un alias de mail, una princesa y un Rey sefaradí

¿Viste esos músicos que los conociste tocando el bajo y un día los ves muy sueltos tocando el piano, y ahí nomás tocando la guitarra, y luego el bombo y otras percusiones, y no sólo tocando bien los instrumentos sino además componiendo y arreglando música con ellos, y grabando y produciendo? Uno de esos músicos es el Diego Bravo, o el Negro Bravo, o el Negro Diego, o Farafa69, su alias de mail, originado en una trompeta cual diana de clarín que el Negro imitaba a buen volumen, por lo que sus amigos lo bautizaron Farafa (onomatopeya de ese instrumento) y, por equívoco, una adolescente enamorada  un verano lo interpretó como un apellido árabe y en una romántica misiva le dejó un beso de princesa a su amado rey; ese fue el momento a partir del cual sus amigos -una delegación de músicos de María María, emblemático bar de los años '90, haciendo temporada en Mina Clavero- decidieron rebautizarlo y comenzaron a llamarlo Rey Farafa, que según él no está tan desubicado si se consideran los orígenes sefaradíes de su familia.

De Dolores al Rock de La Falda. A dedo hacia Córdoba. Que las músicas vengan a mí

Es otro de los artistas transerranos que se establecieron en Córdoba, una generación poco menos de una década más joven que Doña Jovita, por establecer una relación. Él también viene de Villa Dolores, o "Dolores", a secas -como le llaman sus habitantes- , la música lo agarró desde chico, y la vida lo llevó al Festival de Rock de La Falda en los '80, como febril espectador, para toparse en directo con las grandes figuras del rock argento y las bandas emergentes de Córdoba y del país, y se vino después a la capital mediterránea para involucrarse de a poco y luego hondamente en la comunidad musical de la ciudad, siendo siempre un muy activo y entusiasta protagonista.

Esa diversidad y versatilidad instrumental que se le reconoce, tal vez sea hija de su natural afición a toda la música, sin afincarse en un género o en otro sino tocando con cantautores urbanos, rockeros, folkloristas, jazzeros, y aprendiendo vorazmente sus códigos, sus secretos, cuerpeando sus misterios, y además -y esto es muy valioso y destacable- compartiéndolos con sus compañeros colegas del camino. En esta ciudad no podía no cruzarse con la música popular bailable y allí descubrió que su rechazo a escuchar cuarteto podía convertirse, a partir de la identificación con un público contagiado por el ritmo, en el placer de tocarlo.

Compuso las canciones de La Banda Inestable, propuesta que supo combinar humor y músicas populares diversas y bien tocadas, grupo con integrantes experimentados y con una discografía de 3 álbumes: el primero, de 2005, grabado en vivo en el bar La Casa de Buby, que está inédito; el 2do, "La Banda Inestable", el único publicado en Spotify, subido a la plataforma en 2008; y el tercero, de 2013, Cuarteto de Cuerdos, obviamente un disco de cuarteto, con canciones del género en su mayoría, y con la participación estelar de León Gieco, cantando una versión cuartetera de "Los ejes de mi carreta" de Yupanqui, disco que espera su publicación.

Diego es el autor del hermoso Choro Chopin, grabado por el guitarrista Horacio Burgos, además escribió Qué Malaria, grabado por La Mona Jiménez, y firmó junto a otros músicos amigos (Zurdo Castagno, entre ellos) el tema Asado y fernet, tal vez el más exitoso estribillo cuartetero de los últimos tiempos, popularizado en la versión de Los Caligaris, además de involucrarse en proyectos musicales del percusionista cordobés residente en París, Minino Garay. Con ustedes la conversación….

Los Bravo y un niño que escucha a Chopin y a The Police

Negro, contáme de Los Bravo en Dolores, la confluencia Santiago del Estero/Mar del Plata, la medicina o la abogacía, ¿la música en el medio?, Traslasierra y su ruta hacia el este.

Bueno, Dolores… mis viejos… foráneos ambos: papá santiagueño, mamá marplatense, se conocen en Unquillo, se casan, a mi viejo médico le sale laburo en Villa Dolores y en Houston, dilema, elige Villa Dolores, vamooos! Bueno, después, por supuesto, la influencia de la medicina, mi papá me llevaba a las operaciones, es cirujano, y yo estaba decidido a hacer ese camino, pero siempre la música paralela, porque mamá por suerte me mandó a estudiar piano, entonces siempre estaba la música ahí, hasta que llegó el momento de tomar la decisión. Bueno, naturalmente, medicina, y luego estudié también abogacía, mi mamá era abogada, en medicina duré un día, el mismo día que fui ya dejé, y en abogacía, duré dos meses...

La Falda, claro. A los 14 años, o sea en el '83, íbamos con los amiguitos desde Villa Dolores a La Falda, a dedo. Y también íbamos a dedo a Córdoba, bueno, íbamos a ver a Tamboor, a Posdata, no sé si conocés ese grupo… (risas). Siempre tratando de conectar con la historia de la música y Córdoba era lo más cercano. Los grupos de los '80 que escuchaba: The Police… siempre siempre… O sea, la primera música que escuché yo creo que fue Chopin, mi vieja me ponía el disco de Chopin, yo ni hablar sabía. Y luego, después dice que yo me iba al tocadiscos, ¿viste? Y me paraba ahí, no sé, dos, tres años, me paraba ahí al frente del tocadiscos, ¿viste? para que ponga el disco de La Polonesa de Chopin. Así que empecé con Chopin, pero por suerte en casa se escuchaba de todo. Había discos de Mercedes Sosa, de Zamba Quipildor, estaba el disco de La Fusa de Vinicius, Toquinho y María Creuza… María "Crazy" (bromea), el de Tom Jobim con Elis Regina. El otro, el de Toquinho y María Creuza, que en ese disco tocó Chango (Farías Gómez). Después había discos de… bueno, por supuesto de folclore: Manseros Santiagueños, había de todo… Prokofiev, Pedro y el Lobo, ese disco me marcó, Tchaikovsky, mucha música clásica, música popular también: Julio Iglesias, Silvio Rodríguez, Roberto Carlos, o sea de todo, menos cuarteto por suerte, aunque después… el cuarteto sonaba, como te conté, a la noche cuando me iba a dormir los fines de semana en el silencio de la noche, se escuchaba, se escuchaba el tunga y tunga y los locutores que piloteaban los bailes (hace la imitación de los sonidos), así que el cuarteto fue como un invasor en el silencio de la noche dolorense…

De Abraxas a la Jam de Folklore, de Chango Farías Gómez a Piero

Los grupos que integraste: Jam, Posdata, la Banda del Chango (Farías Gómez), La Banda Inestable, La Banda de Piero, La Eléctrica Folklórica, La Jam De Folclore… pero sé que hay más, antes y después de las citadas….

Bueno, por supuesto primero hubo grupos en Villa Dolores. A los 13 años con un amiguito armamos el dúo Abraxas y debutamos en el colegio, en la fiesta de fin de año. Después armé varias banditas ahí, Pacífico se llamó una, otra se llamaba Destructor. Con los amigos rockeros, Pacífico, y con los amigos progresivos, Destructor. Después me vine a Córdoba. Y claro, ahí empecé con Sostén que fue la primera banda con la que tocamos acá en los pubs, bueno, los boliches que había en ese momento. Fue a fines de los 80, cuando salí de la colimba, ese grupo, en el 88. Y después, claro, empecé con el Flaco Pailos con quien teníamos la Salsa Group. Y después, haciendo covers en un principio, ¿no?, con el Zurdo Castagno, y después empieza en el 93, con el Flaco Pesci, la vuelta de Jam; en el 94 y 95 la vuelta de Posdata; bueno, con el Zurdo Castagno, que al principio hace covers y después empieza a componer, y yo también… eso en Córdoba. Después me fui a Buenos Aires y allá estuvo bueno porque empecé tocando con Los Delfines del Asfalto, un grupo de murga porteña, alucinante, con bombo con platillo, medio teatral también, con estos chicos a los que el Chango les arreglaba las voces, así que ahí lo conocí a Chango. Antes en Córdoba -me había faltado eso- fue La Eléctrica folklórica con el Bicho Díaz. Después, con los años, aparte de murga, también toqué un poco, con el rockero Diego Mizrahi, y después música brasilera con el grupo Zambatuque ¿Qué más?...

Me hiciste acordar a un guitarrista y cantante argentino de música del Brasil, y sudamericana en general, con el que también tocaste, algunas veces me lo mencionaste… ¿cómo se llamaba?

Ah, sí, vos decís Beto Caletti. Con Beto fueron como tres años que toqué, me parece. Sí, sí. El bajo tocaba yo. Hicimos un ciclo en el Complejo Paseo La Plaza, de avenida Corrientes, allá abajo… ¿cómo se llamaba esa parte...? Sí, estuvimos como dos o tres años con Betito. Porque también con Beto, después, tocamos con Mariana Cincunegui, la chica de Piojos y Piojitos. Con ella también. Se llamaba Mariana y Los Pandillas. Música para niños. También grabé con ella un disquito. Música para niños, Horacio… ¡qué manera de tocar de todo, boludo…! Y allá en Buenos Aires trabajé de sesionista también… Ah, ahora me acuerdo! …con Liliana Herrero llegué a tocar, porque presentó un disco, Recuerdos de Provincia, donde había tocado el bajo (Guillermo) Vadalá y cuando presentó el disco él no podía estar, tenía otro show, así que fui de reemplazo… toqué los temas Remolino y Canción del Jangadero, me había puesto a sacar los arreglos que Vadalá había hecho en el disco lo más fielmente posible. Ah, y toqué con el Ica Novo también, me faltó mencionar que había tocado en Córdoba con él, antes de irme a Buenos Aires, que ahí empecé con el folclore ¿no?. También con (Gustavo) Gancedo, en Pantalones Largos, en el 90, ahí empecé con el folclore, no tradicional en este caso. Y después con el Chango conviví dos años, primero un año yo viviendo en su sala de ensayo, y después dos años más que él se vino a vivir a mi casa. Y después nos vinimos a vivir a Córdoba, y acá durante un año y medio, armó una banda cordobesa y bueno, acá hicimos algunos shows también, algunos festivales y ese tipo de cosas.

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De sacar canciones a componer un chorinho y un cuarteto

Contáme Negro, cómo fue llegar a la composición, el chorinho (Choro Chopin), las canciones de "la Inestable". El cuarteto: Qué Malaria y Hagamo' un asado, La Mona y Los Caligaris. Y esa diferencia que descubriste entre escuchar cuarteto y tocarlo.

Bueno, la composición empieza de grande en realidad. Yo amaba tanto sacar canciones de otros que no tenía siquiera la intención ni la atención para componer. Disfrutaba mucho sacar cosas. Y tocar covers y eso. Y después, como a los 23, empecé a hacer algunas cositas. Y bueno, ahí salió el chorinho, que al principio era un vals, y se lo dediqué a Chopin que fue el pianista que escuché al principio, el primer pianista, y primero era un vals como te digo, y un día lo pasé a binario y me gustó como quedó… quedó más espacio para las frases melódicas. En la (Banda) Inestable fue lo mismo, ya digamos que empecé a componer y tenía un repertorio, entonces cuando Chango se vuelve a Buenos Aires quedamos con la Ceci, con Pancho, con el Pichi, los que siempre estábamos con el Chango, digamos que se nos había ido el patrón, entonces les empecé a mostrar las cosas que yo tenía, que eran esas, el chorinho, y otras cosas de folclore, y después las mezclas que hacía con la Inestable, de tocar jazz en ritmo de chacarera, o Mozart en ritmo de chacarera, y el cuarteto… que fue una sorpresa, porque yo, si bien, como te decía, odiaba el cuarteto, no me gustaba, no era una música que me parecía bien… pero se ve que eso que te contaba de los bailes fue, viste, fue machacando… un día viviendo en Buenos Aires, cuando vivía en la sala de Chango, con otro amigo que también vivía ahí, el Adrián Molina, de Villa Dolores, actor, un día, en una borrachera, así de ginebra, escupimos el tema. Salió así de una, la música y la letra. Lo grabé esa noche en la compu y al otro día, con la resaca, lo voy a escuchar y cuando lo escucho me pareció super del estilo de la Mona Jiménez. Entonces lo grabamos allá, le mandé la música a la Mona y él decidió grabarlo. Entonces, cuando le comento a Chango esta historia, así como con un poco de sorpresa, porque había hecho un tema de cuarteto, le digo, che loco, hice un tema de cuarteto, y yo estaba… como no me gustaba a mí el cuarteto, entonces me sentía como contradictorio, y el Chango me dijo: (imita la voz del aludido) "...no tengas vergüenza, loco -me dice- no hay muchos pueblos que tengan la suerte de tener una música que los identifique..." ; entonces cuando me dijo eso, me cerraron un montón de cosas y lo tomé desde otro punto de vista al cuarteto, musicalmente sigue sin gustarme escucharlo, pero tocarlo me da un cierto placer, y a partir de saber eso en lo que me hizo caer el Chango, fue como decir, bueno, es cierto, no?, es la idea de "pinta tu aldea" la que está ahí… Y con "Hagamo' un asado" ("Asado y fernet" es el título registrado) fue parecido también, y son todos temas basados en hechos reales. El "Qué malaria" fue el primer cuarteto, el que hice con Adrián Molina… estábamos relatando toda la malaria que teníamos viviendo en Buenos Aires, crocantes de secos, estábamos relatando lo que era nuestra vida: nos cortaron la luz, el gas, digamos, era una historia real; y "Asado y Fernet" lo mismo: un día lo pasé a buscar al Zurdo (Castagno) por su casa, cuando se sube el auto me dice "...hagámo' un asado, tomémo' ferné", me lo dijo así, como proponiéndome un plan, y después yo hice la canción con esa frase que me dijo el Zurdo, y todas las cosas que han salido después, me di cuenta que están todas basadas en hechos reales: el cuarteto "Orillesé", que a ese no lo grabó nadie, tiene que ver con las multas de la caminera, y es una historia que le pasó a Pancho (Alvarellos): saliendo de gira le ponen una multa apenas cruza el Camino del Cuadrado, y cuando cruza a Traslasierra para tocar en Mina Clavero.. ¡¡pah!! ...otra multa, ¿viste? Entonces me pidió Pancho -eso fue a pedido de Pancho- "…loco, hay que hacer un tema con todo esto". Insistió, insistió hasta que hice el tema.

Entonces qué reflexión podés hacer sobre componer y tocar, sobre el oficio y la diversidad de roles: el instrumentista, el arreglador, el compositor, el productor: ¿Todos para uno y uno para todos?

Primero, como te decía, era solamente ser un músico y un intérprete, ¿no? De alguna manera, o sea… aprendí a tocar el piano, que me mandó mi mamá, estudié muy poco realmente, después seguí como autodidacta. De guitarra lo mismo, fui un año a guitarra, después seguí autodidacta, y con el bajo directamente fue un accidente: cuando llegué a Córdoba -yo iba a Collegium- Jorge Rodríguez, uno de sus profesores, dirigía un grupo de ópera rock en el Colegio Lasalle, entonces me dice: necesito un bajista… hay bajo pero no hay bajista, ¿sabés tocar el bajo? Sí, le dije yo, yo no había tocado en mi vida un bajo, pero sabía que era parecido a la guitarra, así que acepté y ahí empecé con el bajo, y realmente sí, el oficio de la música, siempre… creo que tiene que ver también con que siempre me gustó toda la música, entonces no tengo problema, al contrario, siempre quería tocar música, cosas nuevas, con gente nueva, porque de todo se aprende en este oficio. Entonces fue como un proceso: primero instrumentista, después empecé a componer, después empecé a hacer arreglos, porque me di cuenta que hacer arreglos era como componer, era lo mismo que componer pero en modo orquestal, no?, hacer varias composiciones que se conjuguen entre sí. En definitiva era eso, era hacer melodías que se puedan unir entre sí. O sea componer es hacer una melodía con unos acordes y hacer arreglos es hacer varias melodías. Así me animé a hacer arreglos, siempre todo muy autodidacta, y producir, lo mismo, es como otra faceta también, de cuando ya tenés más claridad y más seguridad en saber qué cosas van a funcionar, o por lo menos sentir qué cosas pueden funcionar, también a través de la experiencia, creo, porque ya te digo, a los 20 no componía ni una nota ni arreglaba una nota ni nada, creo que es todo parte de un proceso, "todos para uno y uno para todos", claro, tal cual. Acabo de hacer un jingle, recién lo mando y creo que pongo la misma pasión cuando hago un jingle que cuando quiero que una música mía tenga calidad y que suene bonito, creo que a vos también te pasa, me tiene que gustar a mí, entonces capaz que es un jingle de 40 segundos, pero estoy hasta que no me queda ninguna duda, creo que ese es el gran motor, te tiene que gustar lo que hacés a vos, después no importa.

También aprendiste a trabajar con solistas: Paola Bernal y tu entrevistador de hoy, cheee…. (risas)

Con Paola Bernal… sí, con Paola tocamos millones de años juntos, incluso su primer disco lo grabamos en Buenos Aires y lo arreglamos casi te diría con Chango… Chango y yo, en la casa donde vivíamos y en el estudio, amablemente él me permitió hacer un montón de arreglos en varios de los temas. Bueno, con Sosa fue, como te digo, la vuelta de Posdata primero, que para mí era el grupo que... Posdata y Tambor eran los grupos que me gustaban de Córdoba, los que más me gustaban... así que para mí fue como un sueño tocar con ellos. Cuando me llamaron los chicos de Posdata fue como… ¡vamooos! Y después bueno quedé por añadidura con Sosa solista…

"Es un buen tipo mi viejo…" - Un cordobés en París

Y un día empezaste a trabajar con Piero, leyenda de la canción argentina, a vivir los viajes, los aprendizajes, la convivencia grupal con la banda cordobesa del Tano, el fenómeno Piero.

Bueno, lo de Piero fue muy loco… porque yo lo fui a ver a Piero, en Mar de Plata, cuando tenía 14 años. También lo fui a ver en Villa Dolores. Y muchos años después, lo conocí personalmente: un día, fuimos con Chango a un estudio de grabación en Buenos Aires, porque Piero lo había contratado a Chango para la producción de un disco. Entonces lo acompañé a Chango, ahí lo conocí a Piero, y me acuerdo que me cayó re bien el tipo. Me sorprendió la humildad: vino, se acercó él a hablar conmigo, a preguntarme cosas, sin conocerme, como si él se tratara de una persona, digamos, normal… me llamó la atención, y esto fue como en el 99, 2000, y 5 años después entro a trabajar con él, en el 2005, y hasta el día de hoy, hace 20 años… La verdad que Piero es un divino, así como jefe, un compañero, uno más. La humildad y la buena onda de Piero es increíble. Yo lo adoro al viejo. Y sí, hemos convivido, imagínate 20 años girando, a veces dos semanas o tres, o un mes, la convivencia grupal. Como su banda somos todos de Córdoba, somos amiguitos, en eso no hubo mayor problema; de hecho casi te diría que es una familia, y que no hay muchos artistas que tengan una banda que les dure 20 años… 20 desde que estoy yo, el resto de la banda están desde antes, 25 ó 30 años.

Y otro día llegó Minino Garay y comenzaste a atravesar las experiencias con "el cordobés parisino"…

A Minino lo conocí cuando estábamos en la época de Pantalones Largos, el grupo con (Gustavo) Gancedo, Pichi (Pereyra) y el Gabriel Juncos, de folclore, así, más experimental, folclore como de proyección. Entonces bueno, en ese ambiente, cuando venía Minino de Francia, que era amigo ya de Pichi y de los chicos, ahí lo conocí, y también Minino desde el primer momento que lo conocí, yo tenía 20 años, él ya estaba en Francia y bueno, ya quedamos conectados siempre musicalmente, siempre, cada vez que ha armado alguna travesura me ha convocado en Córdoba. Como esto de la música del cuarteto, que le empezó a pegar de grande, grabar música de su tierra, así que hicimos un disco que me llamó para coproducirlo, lo grabamos en Lyon en el 2011, un disco que se llama "Asado". Y después, en el 2017, hicimos otro disco en Francia, que es de cuarteto pero más experimental, con cuarteto de cuerdas, una cosa realmente grabada con unos músicos de un nivel increíble que él conoce, músicos de Cuba, de Colombia, los músicos de Carlos Vives, un baterista de Francia, bueno en fin, todo una selección, de Brasil también, Fernando Huergo (bajista cordobés) que vino de Estados Unidos a tocar el bajo, un seleccionado de músicos para tocar cuarteto, esas cosas que se le ocurren a él que a mí me fascinan, y bueno he aprendido mucho de Minino, es un motor, una capacidad para trabajar, una pasión por la música, así que con Minino es un placer cada vez que tengo que hacer algo con él, y me exige también, entonces hace que me ponga a estudiar porque yo sé que él está en un nivel que para estar a su ritmo hay que meterle, viste?, sea música popular o sea lo que sea, él siempre nivela para arriba, la vara siempre alta, de dar lo mejor y tomarse la música como una cosa súper profesional, eso para mí es admirable… Mininíto Garay…

La Colmena, + Chango y + folkloristas, y una astróloga imprevista

Venís desarrollando tarea docente en La Colmena desde hace muchos años, siempre al frente del Taller de Folklore, verdad?

Justo te contaba lo de Piero, que comencé a tocar con él hace 20 años, en 2005. Precisamente desde ese mismo año estoy en La Colmena. La materia se llama Taller de Estilos y Ensamble, dentro de ella están los talleres de Folclore, de Jazz, de Latin Jazz y de Tango, y yo estoy a cargo del taller de folclore.

Y muchos años tocando con el Chango…

Con el Chango toqué ese año y medio acá en Córdoba, pero en Buenos Aires… muchas veces… una vez me acuerdo que lo invitan a cantar un tema en el Teatro San Martín porque venía Rigoberta Menchú*, entonces, no sé, le entregaban a ella un premio, creo, bueno, y lo invitan a Chango y él decide cantar "Te Recuerdo Amanda" de Víctor Jara, que lo estaba grabando en ese momento en el disco "Chango sin arreglo", y es una canción que el Chango tocaba y se emocionaba siempre, se emocionaba y lloraba. Entonces me dice (imita su voz, risas)…Negro, ¿no me querés acompañar a tocar? O sea, me llevó de guitarrista para que lo acompañe. Yo me sabía todos los arreglos, él los había hecho en mi casa, entonces me sabía todos los arreglos. Así que fui a tocar porque él lloraba cuando tocaba, entonces tenía miedo de equivocarse, de la emoción. Y después también, muchas veces lo llamaban para grabar: una vez lo llamó Claudia Puyó para que la acompañe en una zamba. Fuimos a grabar a Circo Beat, el estudio de Fito Páez. Ella quería que él la acompañe en una zamba, pero Chango siempre llevaba a la troupe. Me llevó a mí para que toque el bajo y a Pedro (Farías Gómez, hijo de Chango) para tocar el bombo, y así, o sea, en Buenos Aires, esos años que compartimos, que hacía los arreglos de este grupo donde yo te contaba, el grupo de murga, siempre estábamos ahí, digamos, mancomunados con la música, pero en su banda toqué en Córdoba, cuando se vino para acá.

Otros folcloristas con los que has tocado...

Te conté lo de Liliana, ese show cuando presentó su disco… con el Ica Novo, con el Pablo Lozano, que fuiste vos quien me contactó… con Pelu Mercó, tocamos y grabamos un disco o dos con ella, y ahora estoy tocando con los chicos de Deán Funes, Lucas Heredia y Martín Bravo, que son un dúo formidable, grandes ganadores del certamen de Punta Arenas en Chile, varios años han ido y han traído un montón de premios, yo los he acompañado también allá; la Pao Bernal, La Jam de Folclore, que fue otro proyecto importante… Bueno, con Melania Pérez tocamos en Cosquín, ella invitó a la Jam a que la acompañemos, porque nosotros la habíamos invitado previamente a ella aquí, en el ciclo que hicimos en lo que fue Cocina de Culturas, con la Jam de Folclore hicimos ese ciclo, donde también invitamos a los Coplanacu, a Verónica Condomí, a Luciana Jury, a la Bruja Salguero, qué sé yo, todo ese tipo de artistas del folclore. Toqué Con los Cuatro de Córdoba… con Claudio Pacheco, por supuesto… Deán Funes presente… sí señor! …con Marían Farías Gómez: un día armó una banda, le pidió a Chango que le arme una banda y armó una bandita y fuimos a tocar. Pero hicimos un solo show, creo, allá en Radio Nacional de Buenos Aires. Pero mirá, me había olvidado de ese show… y con Mariana Baraj! …toqué con Mariana Baraj en Buenos Aires. Ahí está, me estoy acordando, viste? …Ah, y una vez canté en Córdoba con Liliana Herrero, sí como lo escuchaste …en el auditorio de Radio Nacional Córdoba!! Fue tan grosso. Voy a ver a Liliana Herrero que tocaba con Diego Rolón y con el percusionista que… ¿cómo se llama? …que reemplazó a Facundo Guevara… entonces, viste, digo, a ver, me voy a mandar por el costado, porque quería ir a saludarlos; entro, como quien va a la radio, y me mando, me colé, digamos… me mando al camarín, cuando entro al camarín Liliana estaba cantando esa canción hermosa de Fattoruso que se llama "Brisas"… ¿la tenés?, escuchála, por favor Horacio "…Era una música que te nombró/ y tu nombre/ desde entonces en mí se quedó…." Bueno, entro, estaban cantando esa canción. Y claro, tiene dos voces, entonces automáticamente me pongo a hacerle la otra voz a Liliana, entro así, y terminamos el tema, la saludo y me dice… "Vení, te invito a cantar ese tema"…¡¡me invitó a cantar!! …o sea, yo jamás había estado en un escenario con un micrófono en la mano, solo, sin ningún instrumento quiero decir. O sea, nunca en mi vida había hecho eso. ¿Pero le iba a decir que no? De ninguna manera, le dije que sí, por supuesto. Así que, bueno, canté ese tema con Liliana. Muy bueno…

Debe haber alguien más, seguro, aunque te aclaro que la pretensión no es incluir los nombres de todos los músicos con los que has tocado… la lista es demasiado larga.

Sí!! …¿sabés de quién me estoy acordando? …que te puede resultar… (le brota la risa abruptamente) …de Ludovica Squirru*… (siguen las risas). Estábamos de temporada en Mina Clavero, con El Zurdo (Castagno). Y resulta que en el mismo teatro Ludovica Squirru hacía su show de horóscopo, y también tenía una cantante, Gipsy Bonafina, de Buenos Aires, y el dúo de Julián Bat en saxo y Marcelo Macri -sí, un sobrino de Macri- en piano, viste?, bueno… ellos hacían los interludios musicales; resulta que en plena gira a Bat y Macri les sale un show en Montreux… ¡Suiza!, entonces se tienen que ir raudamente. Así que, bueno, entramos como músicos -escuchá- el Coy Páez (un músico cordobés que se había radicado en Bs As, un personaje a quien conocí en esta historia) y yo, en piano (risas)… y esta chica, la Gipsy, como cantante…. eso es muy loco, tener en el currículum a Ludovica Squirru… Y, mirá, gugleo a Gipsy Bonafina y me entero -acabo de enterarme- que murió en el 2021… la mierda!... o sea que murió con… me llevaba once años…. era del 58. O sea que en ese momento que toqué con ella yo tenía 22 y ella tenía 33. Era muy linda…. Se murió hace cuatro años… hace cuatro años yo tenía 51 y ella murió con 62 años, boludo…qué joven… guau…

Y sí, Negro… como dice la Milonga de Manuel Flores, de Jorge Luis Borges… "Morir es una costumbre que sabe tener la gente…". Pero, demos vuelta la hoja… contáme de tu primer premio por la actividad musical.

Jaja, sí, tenés razón, terminemos arriba, como en los shows… Sí, mi primer premio, fue cuando ganamos con Osvaldo Laport el Cóndor de Plata por la canción Volveré, para la película Bandido, donde también tuvo una destacada participación nuestro hermano, el Panchito Alvarellos; yo la escribí y Laport la cantó y está en Spotify. Pero fue todo muy loco y muy mágico en cierto modo. Porque resultó que la canción no era algo previsto en el guion de la película o en la mente del productor, y la manera en que se dieron las cosas me hizo caer en la cuenta de que hay mucho de improvisación en el desarrollo o en la configuración final de una película: un día recibo algunas imágenes de la peli, imágenes de Laport en un estudio de grabación, se trataba de un cantante cuartetero en crisis que finalmente decide volver a cantar, escucho que balbucea una frase que dice volveré… volveré, a raíz de eso se me ocurrió preguntar si habían pensado en una canción final y me respondieron que no había nada en esa dirección. Cuestión que un día me dicen que han decidido que haya canción final y me piden que me ponga manos a la obra con eso. Yo tomo el volveré… volveré que había escuchado como el disparador letrístico del tema, le pongo melodía y ritmo de cuarteto, y la canción ya estaba. Como fue clave para mi trabajo esa palabra repetida, esa expresión, decidí incluir en los créditos autorales a Osvaldo Laport. Lo loco es que la canción, que no estaba planeada, que no había sido pensada, cómo es la cosa, termina ganando un premio, y eso fue tan loco como lo de Pancho: alguien que no es actor y que termina ganando, él también, un premio en Tucumán y otro en Buenos Aires. De hecho, Pancho viajó a recibir esos reconocimientos sin poder creerlo. Y esto: el premio Cóndor es mi único premio hasta ahora, porque tengo dos idas al Gardel pero perdimos en las dos. Pero la nominación tiene su valor, no? Una fue por Los Caprichos de Carnota, por Mejor Álbum de Folklore, se trataba de un tributo discográfico al gran cantautor que lo hicimos con Julián Beaulieu, Fer Romero y José Gómez; y la otra vez fue por una canción que escribimos con Ricky Sued para Paola Bernal, en la que nos nominaron por Mejor Canción de Folklore.-



*Rigoberta Menchú Tum (9 de enero de 1959) es una líder indígena guatemalteca, ganadora del Premio Nobel de la Paz (1992) y del Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional (1998).

*Ludovica Squirru Dari (Buenos Aires, 9 de mayo de 1956) es una astróloga, escritora, poeta y actriz argentina.


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En recuadro
El cruce de Diego con Charly

De izquierda a derecha, Diego Bravo, Celeste Carballo, Charly Garcías, cámara en mano, y Deborah Dixon, de Las Blacanblus
De izquierda a derecha, Diego Bravo, Celeste Carballo, Charly Garcías, cámara en mano, y Deborah Dixon, de Las Blacanblus

El día que te cruzaste con Charly (García), uno de tus superhéroes, el otro es el Flaco (Spinetta), contáme…

Precisamente… fue después del show de Liliana en La trastienda, reconocida sala de conciertos de San Telmo en Buenos Aires, agosto de 1998, cuando presentó su disco Recuerdos de Provincia, una buena época de Charly, me refiero a que se lo veía bien: yo fui a parar ahí porque oficiaba de remisero o chofer de Liliana y además iba a encontrarme con amigos… Charly estaba invitado por Liliana y eso se desparramó entre el público, iban a cantar juntos Desarma y sangra; así fue, Charly alternó piano y guitarra, cosa que me sorprendió mucho porque es un tema muy pianístico, y en guitarra tampoco es fácil de tocar, antes de que el tema termine decido irme al camarín, y me siento en un rincón, al minuto de terminar entra Charly García al camarín y se sienta al lado mío… estuvimos un rato solos, sin hablar, no cruzamos una palabra, yo estaba ahí con él y no lo miraba… no lo podía mirar… en realidad, no lo quería molestar; hasta que llega el final del show, Liliana llega al camarín y comienza un desfile de figuras a saludarla: Hebe de Bonafini, Pino Solanas, Iván noble, un montón de gente. Después del aluvión, Charly, que empuñaba una cámara, se copó en hacer un primer plano de mi mano donde había un vaso de ron y en la otra un faso, de pronto bajó la cámara, me miró, y yo sabía qué me estaba pidiendo… en un momento quedamos en el camarín Celeste Carballo, Déborah Dixon, una de las Blacanblus, yo y otros, y Charly empezó a cantar, a capella, y todos comenzamos a cantar con él… te juro, como en el cuento del Flautista de Hamelin*, todos atrás de él cantando, nos contagiamos irremediablemente, eso fue muy sorprendente.

Al rato todos nos disparamos hacia el bar de adelante a cenar, me senté solo en una mesa vacía, y al minuto Charly se sentó al frente mío, en la misma mesa, y pidió tekila, cerveza y pizza, así como lo estás escuchando… jaja.

jaja… parecemos el sketch de Capusotto del fan de Maradona, el que ve genialidades en las acciones más intrascendentes del ídolo..

jaja…sí, tal cual…. A renglón seguido, Diego Rolón y Luis Volcof guitarrista y bajista respectivamente de Liliana, la abandonaron y se vinieron a la mesa. De repente, Charly desapareció, se fue. En un momento se vio que empezaban a cerrar el lugar, muchos se iban… se empieza a ir la gente, y al rato nos dirigimos hacia la puerta los últimos cinco que quedábamos: Liliana, Celeste, Rolón, el Negro Moreno (prensa de la Herrero en esos años) y yo. Justo estábamos saliendo y en la puerta casi nos chocamos con Charly que estaba regresando y pregunta ¿che, ya se van?, ahí estaba Osvaldo, el encargado de La Trastienda, le digo… ¿da para tocar?, Osvaldo pega la vuelta y empieza a encender las luces y prenden los equipos, habían dejado todo armado, Charly fue a la barra por botellas de whisky y ron y al rato estaba sentado en un teclado empezando a tocar y yo me prendí con él con una guitarra, y estuvimos ahí hasta las 6 de la mañana…

Pero pudiste salir de esa especie de parálisis de estar con el prócer rockstar y conectar con él más horizontalmente, digamos….

Sí, comenzó a darse una relajación de esa cosa tensa, porque Charly irradiaba una energía musical que era imposible no conectar con eso, se acabó el divismo, el ídolo y el fan, era la música lo que importaba. Después llegaría la realidad al volver a casa, me esperaban preocupados desde la noche anterior, imagináte….


* El flautista de Hamelín es el personaje principal de una leyenda medieval alemana. En la historia, el Hamelin logra con su flauta que todos lo sigan.



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